Evolucion Del Sistema Monetario Internacional
Enviado por joseluis89 • 27 de Mayo de 2012 • 3.199 Palabras (13 Páginas) • 1.222 Visitas
Introducción
Un país puede usar políticas monetarias, fiscales y de tipo de cambio para modificar los niveles de empleo y producción dentro de sus fronteras. Aunque el análisis supone que las condiciones macroeconómicas en el resto del mundo no se vean alteradas por las acciones del país que estudiábamos, este supuesto no es un supuesto realista: cualquier variación en el tipo de cambio real de un país implica, automáticamente, una variación de sentido opuesto en los tipos de cambio reales de los otros países, y cualquier cambio en el gasto interno total de un país es probable que altere su demanda de productos exteriores (sus importaciones). A menos que el país sea de tamaño insignificante, los acontecimientos dentro de sus fronteras afectan a las condiciones macroeconómicas en el exterior y, por ello, complican la tarea de los gestores de la política económica de los otros países. Esto implica que las decisiones de política económica de los Estados Unidos sin duda afectan lo que sucede en México, y en consecuencia nuestro país debe actuar.
Este documento examina como el sistema monetario internacional influyó en la política macroeconómica y en los resultados de tres periodos: la época del patrón-oro (desde 1870 a 1914), el periodo de entreguerras (de 1918-1939) y el periodo tras la Segunda Guerra Mundial durante el cual los tipos de cambio se fijaron según el acuerdo de Bretton Woods (1945-1973).
Evolución del Sistema Monetario Internacional
Los objetivos de la política macroeconómica en una economía abierta:
En las economías abiertas los gestores de la política económica están motivados por los objetivos de equilibrio interno y externo. Definido de modo sencillo, el equilibrio interno requiere el pleno empleo de los recursos de un país y la estabilidad interna de los precios. El equilibrio externo se obtiene cuando el déficit por cuenta corriente de un país no es ni tan elevado que éste no sea capaz de hacer frente a sus deudas exteriores futuras, ni su superávit sea tan abultado que coloque a los extranjeros en una situación complicada. Las definiciones de equilibrio interno y externo dadas anteriormente resumen, sin embargo, los objetivos que comparten la mayoría de las autoridades económicas con independencia de su entorno económico concreto.
El equilibrio interno: el pleno empleo y la estabilidad del nivel de precios
Cuando los recursos productivos de un país están plenamente empleados y su nivel de precios se encuentra estable, decimos que el país se encuentra en equilibrio interno. Sin embargo, si la economía de un país esta “sobrecalentada” y los recursos están sobreempleados, también tiene lugar una mala utilización pero de diferente tipo (aunque probablemente menos nociva). Los trabajadores que hacen horas extraordinarias, por ejemplo, podrían preferir trabajar menos y tener mayor tiempo para disfrutar del ocio, pero sus contratos les exigen trabajar más durante las épocas de demanda elevada. Las maquinas que están trabajando más intensamente tendrán que sufrir averías frecuentes y a depreciarse mas rápidamente.
El equilibrio externo: el nivel óptimo de la balanza por cuenta corriente
La noción de equilibrio externo es más difícil de definir que la del interno, porque no hay elementos de referencia como son el “pleno empleo” o la “estabilidad de los precios” para aplicar a las transacciones externas de una economía. Un país que esté comprometido a mantener fijo su tipo de cambio frente a las monedas extranjeras, por ejemplo, puede muy bien adoptar una definición de equilibrio externo diferente de la de aquellos que tengan tipos de cambio flotantes.
Los textos de economía internacional identifican a menudo el equilibrio externo con el equilibrio de la balanza por cuenta corriente. Aunque esta definición es apropiada en ciertas circunstancias, no es adecuada como regla general. Ya que se debe tomar en consideración que un país con déficit por cuenta corriente esta tomando prestados recursos del resto del mundo, que tendrá que devolver en el futuro.
¿Cómo debería clasificarse un objetivo de empleo para las industrias de exportación, por ejemplo, cuando el crecimiento de las exportaciones influye en la capacidad global de la economía para pagar su deuda externa?
Dependiendo de los acuerdos establecidos sobre tipos de cambios, las autoridades económicas pueden estar preocupadas por alteraciones en otras cuentas de la balanza de pagos distintas de las de la cuenta corriente. Para complicar aun más las cosas, la línea divisoria entre los objetivos internos y externos puede ser borrosa y confusa.
La política macroeconómica internacional bajo el patrón-oro, 1870-1914
De acuerdo con Paul Krugman y Maurice Obstfeld, el periodo del patrón-oro entre 1870 y 1914 se basó en ideas muy diferentes sobre la política macroeconómica internacional, si lo comparamos con aquellas que han formado la base de los acuerdos monetarios internacionales en la segunda mitad del siglo XX. Pueden considerarse como el intento de construir sobre la fortaleza del patrón-oro evitando sus debilidades. Esta sección analiza como funcionó en la práctica el patrón-oro antes de la Primera Guerra Mundial, y como podían los países conseguir sus objetivos de equilibrio interno y externo con este sistema.
El patrón-oro tuvo su origen en el uso de las monedas de oro como medio de cambio, unidad de cuenta y deposito de valor. A pesar de que el oro había sido usado para estos propósitos desde tiempos antiguos, el patrón-oro, como institución legal, tiene su origen en 1819, cuando el Parlamento Británico aprobó la Resumption Act. Esta ley derivaba su nombre de la exigencia de que el Banco de Inglaterra reanudara su practica interrumpida cuatro años después del estallido de las guerras napoleónicas (1793-1815) de cambiar papel moneda por oro a un tipo fijo. Más entrado el siglo XIX, Alemania, Japón y otros países también adoptaron el patrón-oro. En este momento, la Gran Bretaña era el líder económico en el mundo, y los otros países tenían la esperanza de conseguir un éxito económico similar imitando las instituciones británicas. Los Estados Unidos se unieron efectivamente al patrón-oro en 1879 cuando fijo al oro los “billetes de banco” (“Greenbacks”) emitidos durante la guerra civil. La ley del patrón-oro de los Estados Unidos de 1900 institucionalizó los vínculos entre el dólar y el oro. Debido a la supremacía británica en el comercio internacional y al avanzado desarrollo de sus instituciones financieras, Londres se convirtió,
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