Factores de riesgo para el consumo de tabaco

MARCO TEÓRICO

El consumo de tabaco o tabaquismo esta entre los problemas de salud pública más importantes en los países desarrollados y de manera emergente en los países en desarrollo como el Ecuador (Juarez, 2017). Involucra diferentes niveles de atención en salud, además de exponer a otros ámbitos de la sociedad. Es un problema de salud pública, porque integra la principal causa previsible de enfermedad y muerte prematura. El tabaco provoca una amplia gama de enfermedades como el cáncer de pulmón, enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias crónicas, etc.  Así mismo, podemos pensar que el feto es un fumador pasivo, consecuentemente se observa un incremento de la morbimortalidad en los periodos prenatales, neonatales, niñez e infancia, cuestión que llevará acaso a la presencia de enfermedades crónico-degenerativas en poblaciones cada vez más jóvenes y que demanden recursos humanos y logísticos de mayor costo (Perez, 2019).

Las muertes causadas por el tabaco en los países desarrollados se evalúan en un porcentaje del 15%, mientras que en los países en desarrollo los estimados llegan al 3.7%. Sin embargo, en América Latina no existen sistemas de registro adecuados para poder evaluar su verdadera magnitud, aunque debemos considerar que el 30% de su población adulta es fumadora. En el Ecuador, a mediados de los 90, las personas entre los 12 y 40 años consistían en un 31.7 % de fumadores. La adolescencia es el blanco ideal de todas las estrategias de la industria tabacalera, porque ella constituye la etapa más frágil para iniciar el consumo de sustancias tóxicas; por ejemplo, en los Estados Unidos el 80% de las personas que consumen tabaco lo hicieron por primera vez antes de los 18 años, en el Ecuador el 76.9% de los varones y el 57% de las mujeres lo hicieron entre los 12 y 18 años (Rabines, 2018).

La prevalencia de tabaquismo entre la población adolescente está entre el 40% y 49% en países como España, 34.5% en Estados Unidos y 36.3% en el Ecuador, observándose una mayor tendencia a la estandarización entre ambos sexos y a una disminución en la edad de inicio. Estas inclinaciones globales al consumo pueden ser resultado de la intensa campaña que realizan las empresas tabacaleras para convencer a los adolescentes que fumen, por lo tanto, es posible suponer que las medidas preventivas existentes para evitar el consumo aún son ineficientes. Haciendo una investigación más minuciosa del problema es necesario considerar que el consumo de tabaco en la adolescencia es el resultado de varios factores, los cuales no precisamente han sido determinados como causales. Se han identificado distintos factores de riesgo: biológicos, psicológicos, familiares, sociales. Entre los cuales destacan la presencia de los psicopatológicos (los más habituales son los trastornos afectivos como el entorno de amigos o padres fumadores, y la existencia de disfunción familiar).

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