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Financiero de los últimos años en Colombia.


Enviado por   •  10 de Octubre de 2014  •  Ensayo  •  3.338 Palabras (14 Páginas)  •  245 Visitas

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InterBolsa: qué hay detrás

SEMANA revela las ramificaciones del mayor descalabro financiero de los últimos años en Colombia.

En el mundo del capitalismo financiero ha quedado demostrado que cualquier cosa puede pasar. Hace cuatro años, Wall Street se estremeció con la bancarrota de uno de sus gigantes más emblemáticos: Lehman Brothers, el más antiguo banco de inversión de Estados Unidos con 158 años de historia. Hoy Colombia se sorprende con la caída de InterBolsa, la firma comisionista más importante del mercado de valores, que hasta hace pocas semanas era la envidia del mundo financiero nacional.

Los últimos días del colapso del gigante colombiano fueron angustiosos y tensos para todo el mundo. Los dueños de la firma bursátil buscaban infructuosamente quién salvara la compañía del descalabro, el gobierno sudaba la gota fría temiendo por el coletazo que podría significar la caída del Goliat en el mercado local y el temor crecía como espuma entre los clientes e inversionistas.

Para enviar un mensaje de tranquilidad y evitar que el pánico se extendiera, el superintendente financiero, Gerardo Hernández, intervino rápidamente la compañía y en un último esfuerzo, convocó a los grandes bancos del país para buscar alternativas con el ánimo de proteger a los inversionistas.

El lunes festivo, 5 de noviembre, las oficinas de la Superintendencia Financiera eran un hervidero de gente buscando soluciones. Mientras los funcionarios del gobierno les pedían explicaciones a los máximos accionistas de InterBolsa, los directivos y abogados de dos de los más grandes bancos del país -Bancolombia y Davivienda- analizaban la posibilidad de quedarse con algunos de los negocios de la firma bursátil. Pero era tal la complejidad financiera de la compañía de bolsa y las dudas sobre eventuales contingencias que se podrían presentar a futuro, que los dos bancos llegaron a la misma conclusión: la firma ya no era la niña más bonita del baile como se pensaba.

El ministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, por su parte, preocupado por lo que pudiera pasar con los 1,6 billones de pesos en títulos de deuda pública que manejaba InterBolsa, respiró tranquilo cuando Bancolombia decidió quedarse con este negocio, pues se evitó que los títulos (TES) del Estado se quedaran sin liquidez, dándole un duro golpe a las finanzas públicas.

Fue ese un día largo y dramático y tuvo su clímax cuando se tocó el espinoso tema de cómo los mayores accionistas de InterBolsa responderían a los inversionistas afectados. Después de unos tires y aflojes, llegaron a un acuerdo con el superintendente Hernández para firmar un pagaré por 80.000 millones de pesos como respaldo ante cualquier eventualidad en la liquidación de la firma.

Pero en las últimas semanas, no solo el gobierno y los accionistas de InterBolsa andaban con los nervios de punta. Algunas de las otras 28 firmas comisionistas que operan en el mercado temían que el gigante bursátil les cayera encima y las llevara a una crisis de liquidez; los bancos, a su vez, evaluaban la situación día a día y los inversionistas, grandes y pequeños analizaban si el desarrollo de la crisis de InterBolsa podía llegar a afectarlos a ellos.

La situación fue tan grave que el Banco de la República, en junta extraordinaria, decidió abrirles una ventanilla de liquidez a las demás firmas comisionistas para evitar un efecto dominó que se llevara por delante el mercado de valores.

Lo que en el fondo estaba quedando en evidencia era que los problemas de liquidez que InterBolsa venía enfrentando desde hace varios meses, y que se había agudizado en las últimas semanas, eran tan solo la fiebre del paciente, pues el cuadro clínico era mucho más complejo.

Nadie entendía cómo la firma comisionista más importante del país, pilar esencial de un creciente grupo financiero y empresarial con ramificaciones en todo tipo de negocios dentro y fuera de Colombia, había llegado a la liquidación. A las autoridades que intervinieron las oficinas principales les bastó pocas horas para darse cuenta de que la caída de la firma podría ser solo la punta del iceberg. Como le dijo uno de los investigadores a SEMANA: "Esta historia es una caja llena de sorpresas".

Después del terremoto que sacudió a la comisionista, los ojos de los medios y las autoridades están ahora puestos en las entrañas del grupo empresarial: la relación con fondos en el exterior, los vínculos entre las sociedades, las filiales en Panamá y Brasil, los vehículos de inversión que se usaban en Colombia y hasta las peleas y fricciones entre los dueños y ejecutivos que se están empezando a ventilar públicamente.

La increíble historia del auge de InterBolsa es tan fascinante en su conquista del mercado como compleja en su derrumbe, debido a que a su alrededor hay una estructura financiera difícil de entender y un andamiaje jurídico kafkiano, donde los mismos socios tienen participaciones en varias sociedades en Colombia y en el exterior, lo que dificulta desenredar sus operaciones.

En aras de la claridad, el capítulo InterBolsa se podría sintetizar en tres grandes temas y una conclusión: el primero, las millonarias operaciones con acciones de Fabricato que llevaron a la firma al descalabro; el segundo, las operaciones que los propios accionistas hicieron con acciones de InterBolsa, y el tercero, las relaciones de la holding con el Fondo Premium Capital Appreciation Fund constituido en Curazao. La conclusión es que esta historia podría poner en tela de juicio el papel de los reguladores y supervisores del mercado de capitales.

Sobre el primer punto, el de Fabricato, hay que decir que las llamadas operaciones 'repo' son legítimas y usuales en los mercados. Se trata de mecanismos de venta con pacto de recompra de títulos para conseguir liquidez. Lo que dio pie a la desbocada de InterBolsa fue el monto y la sobrevaloración del precio de la acción de Fabricato. La firma tenía operaciones por 300.000 millones de pesos en 'repos' de la textilera, cuyo precio de la acción estaba generando desconfianza en el mercado. Muchos inversionistas no querían negociar con ese título pues temían que el precio cercano a los 90 pesos estuviera inflado. Hasta hace poco más de un año se cotizaba a 30 pesos, y un crecimiento de esa magnitud no reflejaba la realidad de la empresa que estaba en dificultades.

El hecho de que el mercado le quitara la confianza a la acción de Fabricato fue fatal para InterBolsa, pues se quedó sin la manera de fondearse con estos mismos títulos y, en consecuencia, sin liquidez para responderles a sus clientes que querían su dinero. La

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