GASTRONOMIA, DESARROLLO E IDENTIDAD CULTURAL, EL CASO PERUANO
Enviado por jccnp • 3 de Noviembre de 2011 • 3.325 Palabras (14 Páginas) • 1.766 Visitas
LA REVOLUCIÓN GASTRONÓMICA PERUANA
En los últimos años el Perú entero vive bajo el son de un increíble boom gastronómico.
Como lo han puesto sobre la mesa los críticos, cocineros y analistas más reputados, este
fenómeno culinario de sabor nacional tiene un importante potencial para promover el
desarrollo económico inclusivo del Perú y para reafirmar nuestra identidad cultural.2
Según el estudio “Dimensiones del Aporte Económico y Social de la Gastronomía en el
Perú, elaborado por la consultora Arellano Marketing para la Sociedad Peruana de
Gastronomía (Apega), la cocina genera una cadena de valor que produciría más de S/.
40.000 millones, que sería el 11,2% del PBI proyectado para el 2009. Es decir, casi el
doble de la producción minera del 2008.3
Este año la gastronomía aportará tanto o más que la minería, convirtiéndose en una
nueva locomotora del desarrollo del país, ya que arrastra a otras industrias, “como el
transporte de alimentos, turismo, fábricas de ollas y menaje, fábricas de sillas, mesas,
manteles, las industrias del acero y la madera”. Si se mide sólo lo que generan los
restaurantes, el estudio revela que éstos proyectan producir durante el 2009 un consumo
de S/. 12.350 millones, que sería el 4,2% del PBI, casi la producción agrícola de todo
el año pasado.
El estudio muestra que la gastronomía involucra directa e indirectamente a cinco millones
de personas, el 20% de la Población Económicamente Activa (PEA), en toda la cadena
productiva que va desde extracción, industria y comercio hasta servicio.
El turismo gastronómico es una categoría en crecimiento que ya representa el 5% del
turismo. Según su estudio, alrededor de 100.000 turistas cruzan de Ecuador y Chile (a
Tumbes y Tacna, respectivamente), sólo para probar la sazón nacional. Las divisas obtenidas por este rubro habrían alcanzado los US$ 120 millones en el 2008, según
cifras de la Cámara de Comercio de Lima.
Al respecto, en un reciente ensayo titulado “El sueño de un chef”, Mario Vargas Llosa
señala claramente el nuevo imán turístico peruano: “Si alguien me hubiera dicho hace
algunos años que en el extranjero se organizaría un viaje turístico gastronómico por el
Perú, simplemente no lo hubiera creído. Pero ha ocurrido. Y sospecho que los chupes de
camarones, los piqueos, la causa, las pachamancas, los cebiches, el lomito saltado, el ají
de gallina, los picarones o el suspiro a la limeña, atraen ahora al país tantos turistas
como los palacios coloniales y prehispánicos del Cusco y las piedras de Machu Picchu”.
Lo dicho por el autor de Los Jefes es una mera realidad. Esta oferta gastronómica ha
provocado que el número de turistas que recalan en nuestro país se incremente
exponencialmente. El 42% de ellos, según estadísticas del Ministerio de Comercio
Exterior y Turismo, asegura que la gastronomía fue uno de los aspectos que más influyó
en la elección del Perú como destino. Encuestas realizadas entre turistas indican que más
del 90% consideró la comida peruana entre buena y muy buena. El beneficio de
habernos posicionado como una alta cocina es incalculable, pues se está construyendo la
vitrina para promover los ingredientes de origen nacional.
La nueva vedette de América
Hace unos quince años la cocina peruana era una ilustre desconocida en el mundo. Sólo
era apreciada por un puñado de cronistas gastronómicos y de turistas sibaritas que
visitaban el Perú en busca de la sazón peruana. En grandes ciudades como San
Francisco, París, Madrid o Buenos Aires había algunos restaurantes peruanos, pero
estaban orientados principalmente a menoscabar la melancolía gastronómica de la
colonia peruana. Este panorama ha comenzado a cambiar y en forma radical. La
proyección internacional de nuestra culinaria toma cada vez más vuelo y se sirve en
aviones y trenes de lujo, es elogiada en los principales periódicos, como The New York
Times, Le Monde o El País, se lee en las más respetadas publicaciones de culinaria
gourmet y pasea sus aromas por festivales internacionales y programas de la televisión
internacional.
Esta carrera gastronómica que hoy rompe récords empezó en Chile. Al respecto, Emilio
Peschiera, de “El Otro Sitio”, precursor de la presencia de la comida peruana en Chile,
estima que en los últimos diez años el número de restaurantes peruanos en Santiago
supera ya los cincuenta. El restaurante “Astrid & Gastón” ha sido reiteradamente
seleccionado como el mejor de la capital mapochina. Esa sabrosa debilidad que ha
saciado apetitos también es posible encontrar en Quito, Caracas, Bogotá, México,
Panamá, Madrid, San Francisco o Florida, ciudades donde finos restaurantes
encabezados por las cadenas “Astrid & Gastón” y “La Mar” ofrecen la peruvian food.4
Pero la expansión no es sólo en número sino sobre todo en calidad pues la comida
peruana comienza a apuntar al nicho de los restaurantes exclusivos.
Hoy en el Perú crece exponencialmente el número de restaurantes y la comida es tema
de todos. La cocina está de moda en los medios de comunicación masivos nacionales. No sólo se propalan programas gastronómicos en la televisión y en la radio o se hacen
reportajes en revistas y diarios, sino que el tema gastronómico aparece en todos las
demás secciones o programas y la cocina está presente en los noticieros, rutas de viajes,
cultura y entretenimiento.
Por ello, no es de extrañar que Lima y las principales capitales del interior del país
hayan sacudido su oferta académica, y hoy proliferen escuelas de cocina, algunas
mejores que otras. Ergo, la carrera de cocina se ha convertido en una profesión de
moda, e incluso se ofrecen varios post grados.
Hay un notable boom de las publicaciones gastronómicas. Es de resaltar el importante
aporte de la Universidad San Martín de Porres, que en la reciente década ha publicado
más de cincuenta títulos sobre gastronomía peruana, sustentados en investigaciones
sistemáticas sobre la comida del Perú y sus regiones.5 A nivel masivo destaca la prolífica
labor del diario El Comercio, con la edición de cincuenta libros y fascículos de calidad
con tirajes que oscilan entre los 30 y 70 mil ejemplares, y que no sólo se venden en el
Perú. A esta alborada
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