Gestion De Activos Y Pasivos
Enviado por mar301 • 6 de Mayo de 2014 • 3.776 Palabras (16 Páginas) • 501 Visitas
La Gestión de Activos y Pasivos (GAP): una solución para evaluar, controlar y hacer seguimiento de los riesgos de mercado*
StratCo Consultores Asociados, Noviembre 2005.
La gestión de activos y pasivos (GAP) cobró relevancia hace unos 25 años en Estados Unidos, cuando la catástrofe de las Savings and Loans tuvo un costo superior a los 300,000 millones de dólares. Poco a poco, varios países han adoptado reglas para medir los riesgos de mercado y evitar situaciones similares. De la misma manera, el Banco Internacional de Pagos de Basilea ha publicado recomendaciones al respecto para estandarizar criterios de medición.
Para entender mejor el proceso presentamos una reseña del desarrollo de las técnicas de GAP, describiendo las bases en que se fundamenta y los objetivos que busca. Finalmente, le damos una mirada a la situación colombiana.
ANTECEDENTES
El contexto del mundo financiero de mediados del siglo pasado fue bastante tranquilo. Durante muchos años los principales parámetros macroeconómicos se comportaron dentro de unos márgenes predecibles, y la legislación de cada país protegió a los competidores de las fuerzas del mercado. Gerenciar una institución financiera en estas condiciones era un asunto sencillo.
Sin embargo, a comienzos de la década de los setenta dos aspectos cambiaron: la inflación se convirtió en un fenómeno internacional de grandes proporciones y los cuerpos reguladores adoptaron esquemas más libres que fomentaban la competencia. Como consecuencia, nacieron nuevos retos y nuevas presiones haciendo más difícil mantener la rentabilidad de antes. También se incrementó la vulnerabilidad de los estados financieros a los riesgos inherentes al negocio, dado que el menor margen de utilidades resultante de estos cambios ya no podía diluir las pérdidas generadas por eventos imprevistos.
Esta década será recordada por su generalizada inestabilidad económica. Los efectos del embargo petrolero y la separación del dólar americano del patrón oro, entre otros, introdujeron fuertes desequilibrios en las economías mundiales, generando una inflación disparada. La consecuencia inmediata para el sector financiero fue el alza de las tasas de interés, lo cual cambió la manera de hacer banca. El negocio dejó de ser prestar dinero a un precio superior al del costo de las captaciones: la estructura de vencimientos tanto de los activos como de los pasivos empezó a cobrar importancia.
La estabilidad nunca se recobró. La economía quedó marcada por una mayor volatilidad en las tasas de interés y de cambio entre las diferentes monedas.
Existen muchas razones que podrían explicar este fenómeno. Dos de las que generaron mayor interdependencia de los mercados son la internacionalización de las economías y el libre movimiento de capitales. Otro problema era que cada país manejaba su problemática macroeconómica a su manera, lo que causaba desequilibrios permanentes. Todo esto hizo que los problemas coyunturales de un país impactaran en las economías de sus socios comerciales.
También hay que tener en cuenta la nueva corriente de pensamiento de los organismos reguladores de la actividad financiera. Lentamente, las fuerzas del mercado fueron tomando el control del sector antes regulado y protegido. La iniciativa la tomó Estados Unidos al inicio de la década de los ochenta, pero la creciente popularidad de las teorías de libre mercado había conseguido que otros países implantaran medidas semejantes. El Estado colombiano adopto medidas como la relajación del control de cambios, la autorización a instituciones extranjeras para abrir operaciones en el país y la aparición de la Multibanca, entre otras.
El resultado de este proceso de liberación fue una competencia más agresiva. Las instituciones, que venían trabajando su base de clientes como si fuera un mercado cautivo, tuvieron que desarrollar estrategias: algunas mejoraron sus servicios, otras diseñaron nuevos productos, segmentaron su clientela y unas refinaron sus precios, todo para mantenerse competitivas. Los ganadores fueron los clientes, que gracias a la existencia de nuevas alternativas en el mercado pudieron sofisticar su conocimiento, pedir soluciones a problemas financieros más complejos y adquirir una mayor sensibilidad al precio.
LA GESTIÓN DE RIESGOS
En la actualidad existen 4 grandes clases de riegos para una institución financiera: riesgos de crédito, operacionales, del entorno y del mercado.
Los riesgos de crédito se refieren al incumplimiento en el pago de las obligaciones contraídas por la clientela y han sido manejados por las divisiones comerciales. Los operacionales abarcan los errores en procesos, las fallas de los sistemas y el fraude. Estos son controlados con entrenamiento, capacitación, mantenimiento y pólizas de seguros. Los riesgos del entorno cubren los temas regulatorios, fiscales o sociales, manejados con programas institucionales, relaciones públicas o campañas de imagen.
Finalmente, existen 3 riesgos de mercado: de liquidez, de interés y de cambio. El riesgo de liquidez se presenta al intermediar dinero con transformación de plazos, y trata de la imposibilidad de responder a las obligaciones contraídas. El de interés se refiere a los efectos que tienen las subidas o bajadas de las tasas de interés del mercado sobre el margen financiero, mientras que el riesgo de cambio se presenta cuando existe una diferencia entre el total de los activos y el total de los pasivos de una misma denominación monetaria en una entidad. Estos riesgos son objeto de la GAP.
OBJETIVOS DE LA GAP
La GAP es una función que debe encuadrarse en la estructura organizacional y dimensionarse dentro de las necesidades específicas de cada institución. Su objetivo más elemental es medir y controlar los riesgos de mercado y diseñar estrategias para manejarlos. Sin embargo, con esquemas más sofisticados la GAP puede ayudar en la medición de la rentabilidad individual de los productos, la evaluación del desempeño de una gestión proactiva de activos y pasivos y en la planeación del crecimiento y de la estructura del balance.
La implantación de la GAP debe tener en cuenta dos factores. Primero, las características de las actividades de la institución. Una compañía de que se limita a otorgar créditos de consumo necesitará un sistema de GAP sencillo, mientras que un banco que maneja operaciones de cambio, créditos con condiciones poco corrientes y sus derivados, necesitará una GAP de mayor complejidad. En segundo lugar, la GAP implica un cambio en la cultura de la institución y requiere el desarrollo de habilidades específicas.
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