Gestión Estratégica

PONTIFICIA UNIVERSIDAD CATÓLICA DEL PERÚ

FACULTAD DE GESTIÓN Y ALTA DIRECCIÓN

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ENSAYO

Nombres y códigos:

Leyla Suyin Gamonal Lizarbe                        20163359

Tipo de evaluación: Segundo ensayo

Curso: Gestión Estratégica

Horario: 0801

Profesor: Daniel Mcbride Gonzalez

Jefa de práctica: Karen Mandujano Atencio

SEMESTRE 2021-1

Hoy en día, ante los constantes cambios que implica un entorno globalizado y competitivo en el que las organizaciones operan, la gran mayoría de estas son consideradas “exitosas” cuando se puede observar la presencia de un “líder” que tiene una visión clara sobre el futuro que la organización desea alcanzar. Si bien existen muchos factores de éxito detrás de todo esto, considero que una visión que ha influenciado en el logro de resultados, permite que el líder sea capaz de introducir a su grupo o organización respecto de la visión, no como parte de un logro personal sino como una certeza en la que todos puedan creer y se identifiquen como parte de ella, haciendo que todas sus ganas y energía, se enfoquen hacia las metas comunes.

Por esta razón, diversos autores mencionan la necesidad de una visión compartida como una disciplina que puede ayudar a mejorar el liderazgo, la comunicación, a potenciar las energías de los equipos de trabajo y fomentar el desarrollo de otras disciplinas propias de las organizacionales. Tal es el caso de Peter Sange, quien es uno de los autores que en su libro “La Quinta Disciplina” propone cinco diciplinas bajo un enfoque sistémico que contribuye a impulsar el aprendizaje en una organización inteligente, siendo la “visión compartida” una de ellas. En sentido, es necesario explicar a qué nos referimos con organización inteligente y visión compartida. Según León, Tejada & Yataco (2003) una organización inteligente es aquella capaz de aprender permitiendo así expandir sus posibilidades de crecimiento, donde no basta solo adaptarse y sobrevivir sino tener la capacidad de crear. Esto se puede relacionar bajo un pensamiento sistémico donde resulta importante percibir el mundo bajo diferentes perspectivas para adaptarse al cambio constante y convertirse en una organización de aprendizaje continuo. De esta manera, una planeación estratégica debe ser modificable y dispuesta a reestructurarse en base a las exigencias del entorno globalizado y competitivo, lo cual implica que las estrategias organizacionales para alcanzar la visión de una empresa, deban ser modificadas. Es en ese contexto que Moreno (2009) menciona:

Resulta importante la comunicación interna entre el líder y los empleados de una compañía para coordinar y adaptar esos cambios, potenciando sus sentimientos de pertenencia con la compañía y haciendo que todos los integrantes de la organización unan sus esfuerzos hacia el mismo objetivo, y con la misma visión, se pueda decir que el esfuerzo es dirigido hacia el logro de una visión compartida

Asimismo, el término “visión compartida” es algo inspirador, es como una declaración de un objetivo que deseamos lograr, cuyo éxito está alineado a otras personas. En otras palabras, responde a la pregunta ¿qué queremos crear?, es decir cuando se comparte una imagen similar donde todas las personas de la organización están comprometidas el uno con el otro para tenerla, de esa manera se crea un sentido de comunidad que impregna la organización y da coherencia a diversas actividades (Senge, 1990). De esta forma, la visión compartida es ese interés común que actúa como una fuerza interior individual para que se convierta en general, ya que la gente comienza a trabajar en conjunto. Por todo lo mencionado anteriormente, es donde radica su importancia en las organizaciones, pues la visión compartida puede lograr que los trabajadores tengan una mayor aspiración a sus metas personales, una identificación y compromiso con lo que se quiere crear, de tal manera que la visión personal se convierta en la visión de todos los demás integrantes de la organización. Esto concuerda con lo establecido por Senge (1990) “Una visión compartida es una visión con la que muchas personas están verdaderamente comprometidas porque refleja su propia visión personal [..] y cambia la relación de las personas con la empresa, ya no es ´su empresa´; se convierte en ‘nuestra empresa’ ”. Es decir, es necesario comenzar con una visión personal que apunta hacia la construcción de una visión compartida en la que todos se sientan comprometidos y debe nacer dentro de cada uno, no puede ser impuesta ni obligada a ser desarrollada por otra persona. Tal como menciona, Villacrés (2004) citado en Díaz y Rosas (2012) “La visión compartida no se debe imponer ni ordenar, pues se perdería el verdadero objetivo de su construcción”.

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