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Mariella Gramaglia

Cualquier mujer que lleva una unión de un millón de mujeres? Tratar con el gobierno sobre las trabajadoras precarias? que lucha por nuevos derechos a las madres? La organización de un banco que ofrece cientos de miles de pequeños préstamos a su correntiste? En India sucede. El sindicato, que también es un movimiento feminista, llamada SEWA (Asociación de Mujeres Trabajadoras por Cuenta Propia), y en el país, es un verdadero poder. Nacida en 1981 como una filial de la Unión de Trabajadores del Textil, pronto se convirtió, bajo el liderazgo de Ela Bhatt - líder legendario carisma, intenso - un modelo único en el mundo, diseñado por expertos, la organización autónoma de las mujeres. Sin embargo, el público en general no es noticia.Nosotros, los europeos, cuando nos fijamos en el Sur, somos prisioneros de nuestros estereotipos. Ponemos los ojos sólo en lo que queremos ver. Muy a menudo, la miseria, la fragilidad, la vergüenza de los derechos negados, lo que sin duda merecen atención. A veces, más recientemente, y para Asia, en particular, el irresistible ascenso de la nueva y poderosa, que sorprenderá con sus crías, a menudo arrogante, determinación. Echamos de menos la complejidad de la trama y la urdimbre de lo que en nuestra lengua llamamos sociedad civil en la India, lo que es el reino de las mujeres. No hay ningún movimiento social que no tiene un protagonista: desde Medha Patkar, durante veinte años luchando por los derechos de los pueblos indígenas a los bordes de la enorme reserva de la represa Sardar Sarovar en el río Narmada, a Aruna Roy, luchador social y promotor de Rajasthan una ley de transparencia de la administración pública que ha permitido a los agricultores para conocer sus títulos de propiedad de tierras y reclamarlos, en un sinnúmero de otros menos famosos. Incluso en la India hay una gran cantidad de "anti-política": la clase dominante, desde la independencia hasta nuestros días, es muy empobrecidas, la corrupción es generalizada, la arrogancia de los políticos, si cabe, aún más. Sin embargo, las mujeres fuertes que guardan un carisma impulsado por la confianza de los oprimidos, no sólo gritan en la calle desprecio por los poderosos. Nutre la democracia con las actividades diarias. No considere sólo un sistema de reglas que acompaña el desarrollo del mercado, sino una práctica de la vida creativa de prevalecer sobre la voluntad del otro dominio.Tal vez tienen algo que enseñarnos.

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