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IMPACTO DE LA CONDUCTA INDIVIDUAL EN EL DESEMPEÑO DE UN INTEGRANTE DE LA ORGANIZACIÓN.


Enviado por   •  25 de Julio de 2016  •  Ensayo  •  961 Palabras (4 Páginas)  •  193 Visitas

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EVIDENCIA DE APRENDIZAJE

Elaborado por:  Catalina Araceli Castañeda Estrada

ES1521200502

Docente: Virginia Sánchez Villeda

Fecha: 29/febrero/2016

IMPACTO DE LA CONDUCTA INDIVIDUAL EN EL DESEMPEÑO DE UN INTEGRANTE DE LA ORGANIZACIÓN.

La siguiente actividad está basada en un film titulado “El virus de la actitud en el lugar de trabajo”

Una organización está compuesta por individuos quienes están dotados de emociones, sensaciones y raciocinio que hacen manifiesto por medio de acciones y conductas, el comportamiento individual afecta directa e indirectamente al comportamiento organizacional, es por ello, que la actitud asumida por cada miembro se verá reflejada en sus tareas, en sus relaciones interpersonales, en su productividad y, por ende, en el ambiente laboral.

Hay muchos modos de vacunar al equipo cuando surge el virus de la actitud y se manifiesta de varias maneras en las personas. Aquí se mencionan algunas.

El alterado. Es aquel miembro de la organización que siempre exagera las situaciones generando una mala percepción grupal.

El perfeccionista. Aquella persona que todo le parece poco, insuficiente o de baja calidad ya que utiliza este término como un arma para exigir de manera extrema ya que cree equívocamente que esto le confiere una personalidad de más valía, eficacia y eficiencia.

El resistente. Este virus ataca aquellos individuos que se resisten a los cambios, ellos prefieren la monotonía o que todo marche igual ya que tienen miedo a la innovación, por ello impactan seriamente a la productividad. Se les conoce como “trabajador dinosaurio”, prefieren su zona de confort, aunque esto se traduzca a no renovación, no superación, no crecimiento personal ni laboral.

El limitado. Es aquel que solo se concreta a su trabajo llevando al dedillo su manual de funciones en donde no tiene disponibilidad ni iniciativa para aportar ideas o generar más de lo que está estipulado. ¡Nunca da más de lo estrictamente necesario!

El esparcidor de rumores. Generalmente dentro de la organización no hay uno sino varias personas comunicativas o como ordinariamente se dice “chismosas” ya que tienden a las habladurías sin fundamento, son amarra navajas e individuos conflictivos. Esta es una actitud sumamente negativa y perniciosa no solo para el infectado sino para toda la organización.

El no comprometido. No responde a sus actividades, muestra indiferencia o poco interés, dice que las tareas van estar en determinado momento y no las realiza, pero tampoco les da la importancia que tienen y toma una postura de desenfado como diciendo ¡no pasa nada! Dicha actitud lesiona al trabajo y al compromiso.

El pesimista. Trabaja activamente, pero busca problemas en todos lados, tanto con sus compañeros como en la realización de tareas generando constantes perdidas de productividad desde el aspecto individual hasta el organizacional.

Para poder vacunarse contra el virus de la actitud debemos seguir los siguientes pasos.

  1. Detectar y aceptar que hay un problema de actitud. Es como el enfermo si no reconoce ni acepta su ausencia de salud, entonces no le puede dar un tratamiento de sanación, por desgracia el ser humano siempre está ubicado en su línea de defensa, por lo tanto, para combatir la infección debemos reconocer la enfermedad.
  2. Es importante que alguien le haga ver al compañero (a) de trabajo alguna deficiencia o sus problemas de “actitud”, cabe mencionar que al tocar este punto es importante no poner el enfoque en la personalidad ya que es muy difícil de cambiar, en lo que se debe centrar la persona que va a realizar la crítica constructiva es, en como la actuación del compañero puede tener un impacto negativo en sus relaciones con los demás.
  3. Para gestar cambios es esencial que cada miembro de la organización tome consciencia y se responsabilice de sus actos, al responsabilizarse se elige responder a una selección más amplia de acciones.
  4. Es básico reconocer las causas ocultas en uno mismo o en los demás y exteriorizarlas. En muchas ocasiones quizá la mayoría el problema de actitud no tiene como detonante la índole laboral sino más bien la personal, venimos cargando problemas desde nuestra casa, ya sean familiares, con los vecinos, económicos, etc., y explotamos en la zona de trabajo. Hay que se participes, pero no solo de los conflictos que nos competen sino también de las soluciones para poder apoyarnos y salir delante de la mejor manera. Para ello es fundamental reconocer nuestros sentimientos y saber controlarlos, buscar que nuestras metas personales tengan convergencia con las metas de equipo para potencializar el crecimiento.
  5. Hay que tener claras las líneas de comunicación
  6. Es necesario reemplazar las viejas reacciones ineficaces con nuevas respuestas más cómodas y pertinentes a la situación.
  7. Debemos tener apertura de mente y ser positivos.
  8. El trato hacia los demás debe ser respetuoso, colaborativo, participativo, con valores y justo.

Para evitar la recaída en la actitud hay que manejar las situaciones que producen tensión y darles seguimiento para que no vuelvan a ocurrir.

Así como las malas actitudes también las buenas actitudes son contagiosas por ello debemos llevarlas a la práctica de manera cotidiana para que produzcan un ambiente laboral sano, agradable y productivo.

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