Indicadores
Enviado por anpereir • 20 de Abril de 2014 • 7.579 Palabras (31 Páginas) • 242 Visitas
LOS INDICADORES
Son formulaciones generalmente matemáticas con las que se busca reflejar una situación determinada, un indicador es una relación entre variables cuantitativas o cualitativas que permite observar la situación y las tendencias de cambios generadas en el objeto o fenómeno observado, en relación con objetivos y metas previstos e impactos esperados. Estos indicadores pueden ser valores, unidades, índices, series estadísticas, etc. Son las herramientas fundamentales de la evaluación.
Utilidad
Los indicadores son útiles para varios fines:
• Evaluar la gestión
• Identificar oportunidades de mejoramiento
• Adecuar a la realidad objetivos, metas y estrategias
• Sensibilizar a las personas que toman decisiones y a quienes son objeto de las mismas, acerca de las bondades de los programas
• Tomar medidas preventivas a tiempo
• Comunicar ideas, pensamientos y valores de una manera resumida: "medimos lo que valoramos y valoramos lo que medimos".
Un indicador aislado, obtenido una sola vez, puede ser de poca utilidad. En cambio, cuando se analizan sus resultados a través de variables de tiempo, persona y lugar; se observan las tendencias que el mismo puede mostrar con el transcurrir del tiempo y se combina con otros indicadores apropiados, se convierten en poderosas herramientas de gerencia, pues permiten mantener un diagnóstico permanentemente actualizado de la situación, tomar decisiones y verificar si éstas fueron o no acertadas.
Características de un buen indicador
Un buen indicador:
• Sirve a un propósito;
• se ha diseñado teniendo en cuenta este propósito y las características de los usuarios;
• guarda relación con un asunto de interés actual o futuro (es decir, es útil);
• es costo-eficaz: logra el objetivo de su utilización con la mínima cantidad de recursos, utiliza recursos (datos, entre ellos) existentes o permite utilizar los datos nuevos que requiere para otros usos y usuarios;
• es válido, es decir que mide lo que se pretende medir;
• es objetivo: permite obtener el mismo resultado cuando la obtención del indicador es hecha por observadores distintos, en circunstancias análogas;
• es sensible: es capaz de captar los cambios ocurridos en la situación objeto del indicador;
• es específico: aplicable solo a la situación de que se trata;
• es inequívoco en su significado;
• se puede obtener sin dificultad;
• es consistente en el transcurso del tiempo;
• se obtiene oportunamente;
• es preciso;
• es transparente (fácilmente entendido e interpretado por los usuarios);
• es dado a conocer periódicamente a las partes interesadas.
Estos criterios tienen varias implicaciones que condicionan y limitan los tipos de indicadores que se pueden desarrollar, y la forma como se pueden construir, presentar y utilizar. Muchos de estos criterios son también en cierto grado mutuamente incompatibles: ésa es una razón por la que los indicadores son difíciles de diseñar. La necesidad esencial de costo-eficacia, por ejemplo, significa a menudo que los indicadores se deben desarrollar con base en los datos que ya existen o, si éstos se van a recoger por primera vez, que puedan ser utilizados también para otros propósitos. Desafortunadamente, muchos de los datos existentes se han recogido para propósitos específicos y no son, por lo tanto, ideales para otros usos.
La necesidad de claridad y de facilidad de entender también implica que los indicadores deben condensar a menudo grandes volúmenes de datos en un breve resumen (como lo es un indicador), y que las complejidades del mundo se reducen a un mensaje simple e inequívoco. El criterio de validez científica, por otra parte, requiere que el proceso de precisión no vaya demasiado lejos. Los indicadores deben simplificar, sin sesgar, la verdad subyacente, o perder las conexiones y las interdependencias vitales que gobiernan el mundo verdadero. Al mismo tiempo, si los indicadores deben ser sensibles al cambio, es necesario que se basen en datos exactos, de alta resolución y consistentes.
Lograr esto, mientras también se mantiene la simplicidad, es sí mismo un desafío. Hacerlo así, al tiempo que se asegura que se pueda hacer uso de los datos limitados y a menudo variados que generalmente están disponibles, es aún más arduo. Alcanzar todo esto de una manera rentable es de hecho difícil.
Las diversas aplicaciones que pueden darse a los indicadores también crean desafíos. Cada uso puede implicar la necesidad de un indicador ligeramente distinto. Un indicador ideado para monitorear tendencias en el tiempo, por ejemplo, debe basarse en datos que son representativos espacialmente, pero no necesariamente intensivos o completos. El mismo indicador, usado para examinar patrones geográficos y para identificar lugares de interés ("hotspots"), deberá basarse en datos espaciales que son detallados y comprensivos: las variaciones temporales serán menos importantes.
Un indicador desarrollado para levantar conciencia pública sobre una cuestión de salud ambiental necesitará ser interesante y aceptable para la comunidad afectada (el indicador deberá tener 'resonancia'). Esto puede significar que será necesario sacrificar un cierto grado de complejidad y de rigor para hacer el mensaje fuerte y claro. En los indicadores que se idean para el uso como parte de una investigación epidemiológica, por el contrario, el énfasis será ante todo puesto en su validez y exactitud científicas. Por todo lo anterior, el desarrollo de indicadores multi-propósito es sumamente difícil. En algún grado, todos los indicadores tienen un uso y un contexto específicos.
Los indicadores también deben ser dinámicos. Se deben actualizar y corregir en la medida en que el entorno cambia: cambios no solamente en las condiciones específicas que ellos describen, sino también en la disponibilidad de datos, en el conocimiento científico, o en los niveles de interés y necesidades de sus usuarios.
Los indicadores, por lo tanto, no son fijos ni universales. Lo que hace que un indicador sea bueno en un lugar en un momento determinado no será necesariamente relevante en otro. Por consiguiente, aunque es posible idear conjuntos definitivos de indicadores que responden a necesidades específicas, la utilidad más amplia de éstos es inevitablemente limitada. Por otra parte, no es apropiada una especie de anarquía, en la cual cada uno desarrolla sus propios indicadores. Esto daría lugar a una duplicación esfuerzos, a la proliferación de conjuntos de indicadores y a una dificultad cada vez mayor de comparar o de combinar indicadores provenientes
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