La Economía Independientemente

En la economía interdependiente de hoy, una persona puede ir a su trabajo manejando su auto diseñado en Alemania y armado en México por Ford, con componentes fabricados en estados unidos y Japón a partir de acero coreano y plástico malasio. Quizás llene el tanque en una gasolinera de British Petroleum (BP), propiedad de una multinacional inglesa. Tal vez la gasolina se refine de petróleo extraído de un pozo de la costa occidental de áfrica por una petrolera francesa que lo transporto a estados unidos en un barco de una naviera griega. En su camino al trabajo, posiblemente esta persona hable con su corredor de bolsa por medio de un celular Nokia diseñado en Finlandia y armado en Texas con microcircuitos producidos en Taiwán y diseñado por ingenieros indios empleados de Texas intruments. Quizás le diga a su asesor financiero que comprara acciones de deutsche telekom, una empresa alemana de telecomunicaciones, que de ser un monopolio paraestatal, se transformó en una compañía global gracias a un enérgico director ejecutivo israelí, tal vez encienda la radio, del auto, echa en malasia por una compañía japonesa para oír una canción popular de hip hop compuesta por un sueco cantada en ingles por un grupo de Dinamarca que firmó un contrato de grabación con una disquera francesa para promover su disco en el extranjero. Nuestra persona podría pasar por una cafetería, de servicio de automovilistas, administrada por inmigrante coreano y ordenar un latte con leche desgrasada y panecillos cubiertos de chocolates. Los granos de café vendrían de Brasil y el chocolate de Perú, mientras los panecillos se habrían horneados en el lugar, según una antigua receta italiana.

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