La Lealtad de los Empleados es un concepto viejo y anticuado

Ambos textos plantean algo en común, y es que la lealtad de antaño está muerta.

Así lo expresa el texto de “La Lealtad de los Empleados es un concepto viejo y anticuado”, donde Linda Gratton afirma: " La lealtad está muerta, fallecida, principalmente por la forma que tienen actualmente los contratos, la subcontratación, la automatización y múltiples carreras.” Eso también se puede confirmar con la alta rotación laboral de los jóvenes que recién entran al sistema de trabajo.

El 24 de agosto de 2014 se publica, en el diario La Tercera un artículo sobre este tema: “Chile tiene la tasa de desvinculaciones más alta de la región, lo que implica pérdida de productividad y de información estratégica. Las empresas deben adoptar estrategias para mitigar los costos de ese proceso.”

La mayor tasa de emigración de un empleo a otro es debido a promesas de desarrollo de carrera incumplidas, seguido por conflictos con jefaturas o supervisiones, por tanto, tal como explica el primer texto, la lealtad de los empleados hacia sus empleadores a disminuido al nivel casi de extinción.

Pero esto es, en gran parte, producto de que los empleadores no han evolucionado y han seguido con políticas que apuntan al trabajador que sólo busca estabilidad para su familia. Hoy el mercado ha cambiado y la búsqueda de desarrollo personal, profesional y cumplimiento de metas es crucial para los profesionales.

El segundo texto lo ve de otra manera. Dice que la lealtad no está muerta, si no que ha mutado: Los empleadores son leales a un tipo diferente de empleado y viceversa. La lealtad no se presume. El concepto de condescendencia ya no existe. Ambos buscan algo diferente y es ahí donde radica el problema o solución.

El primer texto habla de que la monogamia ya no existe, y el segundo apoya la teoría de que el problema no es si son o no monógamos, si no de cómo la empresa puede lograr encantar y enamorar a sus empleados para que estos entreguen su 100% y no abandonen su puesto.

Personalmente he trabajado en distintos lugares, bajo la premisa de la búsqueda de mi desarrollo profesional. La rotación ha sido por esto mismo.

Trabajé en Metlife, donde el ejecutivo está lleno de regalías. Capacitaciones, premios, concursos, seguros asociados, beneficios, etc. Pero ese trabajo no era para mi. Y lo es así para muchos ejecutivos que terminan postergando sus carreras por dedicarse a la venta. Hay una búsqueda de captación de buenos clientes, pero la selección del personal no está asociada a ofrecer desarrollo profesional, si no que de poder adquisitivo.

También viví la experiencia de “ponerme la camiseta por la empresa”, pero la retribución no fue la que esperaba. La brecha de sueldos era altísima, no habían capacitaciones ni posibilidades de ascenso, por lo que renuncié incluso sin tener nada

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