La Resistencia al cambio.

Tema 6.- Resistencia al cambio

Ya se ha hablado mucho acerca de las características que debe de tener un líder para poder convertirse en el agente de cambio dentro de una organización. Pero porque, a pesar de saber e incluso de cumplir con un amplio número  de requisitos, conocer la problemática por la que está pasando la organización y sabía qué hacer para salir de dicha situación no lo logran.

Y es ahí donde se encuentra el problema – La incapacidad de hacer lo que uno sabe que conviene y es menester hacer- es una causa reiterada del fracaso de supuestos líderes. Las cabezas de casi todas las organizaciones que han caído durante los tiempos difíciles de los últimos años padecieron de la misma enfermedad mal diagnosticada que ha resultado fatal, y ese es el problema el no poder dirigir el cambio.

¿Por qué no pudieron? Durante las últimas tres décadas se supuso que los fracasos empresariales se debían a la falta de conocimientos prácticos. Los problemas familiares del ocaso industrial, de la caída de la productividad, de la obsolescencia tecnológica, de la ausencia de innovación y de otras manifestaciones como las utilidades decrecientes y las corporaciones en contracción se atribuyeron a la incapacidad de sus directivos de comprender o aplicar las técnicas empleadas por las “compañías excelentes”.

Pero el diagnostico de los expertos acerca del problema está equivocado. Ya que no es la falta de conocimientos prácticos lo que impide a los directores hacer lo que deberían de hacer. El problema radica en que no pueden superar la resistencia profundamente enraizada a cambiar a la cultura organizacional. Y esto es debido a que los propios líderes nunca demostraron estar plenamente convencidos de ello.

Ya que viven al amparo del viejo sistema y aunque por un lado comprenden sus carencias, por el otro no olvidan que habían tenido muchos éxitos apegándose a esos preceptos. Y es que la gente sabía que cuando llegara el momento decisivo de empujar, nada realmente fundamental- nada amenazador para las viejas costumbres y los viejos muchachos- habrían de ocurrir.

Por ello en cualquier intento de transformación gerencial es fundamental conocer la fuente de resistencia al cambio tanto por parte de los líderes como de los seguidores. “la mejor medida de un liderazgo efectivo es el comportamiento de los seguidores. La medida en que los seguidores acepten un cambio necesario también es la medida de la efectividad de los líderes.

Pero solucionar esa resistencia no ha sido foco de atención  de muchos líderes cuya fijación mental ha estado más en sus tareas, sus visiones y sus funciones, hasta la exclusión casi total de las necesidades, las aspiraciones y sus funciones de los seguidores. En este apartado no enfocaremos  en porque todos rechazamos el cambio.

“Lo que muestra la experiencia y la historia es que los pueblos y gobiernos nunca han aprendido algo de la historia o actuado con base en principios deducidos de esta”. Hegel

33 razones posibles de la resistencia al cambio.

El autor en este libro nos expone hipótesis acerca de las causas profundas de la resistencia al cambio.

1. Homeostasis. El cambio continuo no es una condición natural de la vida; por ello, la resistencia el cambio es un instinto humano saludable. La estabilidad de la sociedad resulta tan importante que es “de los más inicuo…someter a las instituciones y las practicas públicas e inmutables a la inestabilidad de un capricho privado.”

2. Stare decisis. En derecho consuetudinario, la presunción siempre debe otorgarse al statu quo. La carga de la prueba siempre debe recaer sobre el agente del cambio.

3. Inercia. Cuando un cuerpo grande está en movimiento, hace falta una fuerza considerable para alterar su curso.

4. satisfacción. La mayoría de las personas está perfectamente contenta con el statu quo. “este es el mejor de todos los mundos”

5. Falta de Madurez. El cambio solo se da cuando se satisfacen ciertas condiciones previas.

6. Temor. Los humanos sentimos temor innato ante lo desconocido.

7. Egoísmo. El cambio podrá ser bueno para los demás o incluso para el sistema en su conjunto, pero a menos que sea específicamente bueno para nosotros, nos opondremos a él

8. Falta de confianza en uno mismo. Las nuevas condiciones exigen de nosotros nuevas capacidades, habilidades y actitudes, pero carecemos de la confianza de que vamos a poder hacer frente a los nuevos retos.

9. Conmoción del futuro. Cuando las personas se sienten agobiadas por cambios importantes se enconchan y resisten por la especie tiene muy poco poder de adaptación.

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