La agroalimentación, agricultura tradicional y la agricultura sustentable
Enviado por Paula Vásquez • 30 de Septiembre de 2016 • Ensayo • 3.111 Palabras (13 Páginas) • 276 Visitas
I. DESARROLLO
La agroalimentación, agricultura tradicional y la agricultura sustentable
La agroalimentación es la rama agrícola que se encarga de cuidar y cultivar los productos que son consumidos como alimentos en sus diferentes calidades. Para comprender este término es necesario entender que la “Agricultura tradicional” cuenta con tecnologías que aprovechan la energía humana, la solar y la capacidad del productor el cual crea un ecosistema propio. Muchas veces, la inversión de capital disminuye el desarrollo agrícola al no obtenerse las ganancias adecuadas y esto provoca el abandono de prácticas innovadoras que están fuera del alcance la oferta y la demanda.
La agricultura sustentable, tiene que ser el resultado de políticas de agricultura apoyadas por el estado, también requiere de una acción gubernamental que la convierte en un fin político ya que implica decisiones de técnicos y funcionarios. Para que sea sustentable, debe involucrar conocimientos y manejo eficiente de riqueza genética, botánica y reproductiva de la agricultura tradicional. (González, et al, 2007:156)
La agricultura y tecnología agrícola son parte del proceso de adaptación, selección con el cual el hombre ha inventado formas de vida, en las cuales la sustentabilidad depende mucho de la aplicación de insumos que pueden ser limitados o promovidos por políticas gubernamentales. La agricultura sustentable será del interés de consumidores conscientes, de productores interesados y de intermediarios e investigadores que puedan promover una política agrícola que reoriente la política productiva de un país y el consumo masivo de su población. (González, et al, 2007:157)
Sistemas de agroalimentos
Los sistemas agroalimentarios se desarrollan en ámbitos que muchas veces son limitados. Por ello, es necesario que se haga uso de los recursos naturales de una manera ambiental, económica, económica y social, con el fin de conservar el ecosistema. El desarrollo de los sistemas debe enfocarse en objetivos más allá de la producción, lo que incluye la eficiencia en las cadenas alimentarias y debe promover prácticas y dietas sostenibles.
El sistema alimentario
El Grupo de alto nivel de expertos en seguridad alimentaria y nutrición (HLPE) “sistema alimentario sostenible (SAS), es un sistema alimentario que proporciona seguridad alimentaria y nutrición para todos de manera que no se pongan en peligro las bases económica, social y ambiental que generarán seguridad alimentaria y nutrición para las generaciones futuras”
El consumidor
Los consumidores y sus elecciones, cumplen una función destacada para orientar la producción. Esto sucede con la elección de ciertos tipos de productos de acuerdo con su lugar de origen, procesos de producción o productor. Ellos también influencian por la forma que compran, transportan, conservan, cocinan y consumen sus alimentos. El consumo de alimentos se ve afectado por varios factores, que incluyen la disponibilidad, accesibilidad y elección de los alimentos, los que a su vez pueden verse influenciados por la geografía, demografía, ingresos disponibles, situación socio-económica, urbanización, globalización, religión, cultura y actitudes de los consumidores y mercadeo.
La pérdida y desperdicio de alimentos
La pérdida y el desperdicio de alimentos ocurren en todas las etapas sucesivas de la cadena de suministro de alimentos destinados al consumo humano, abarca desde la producción inicial hasta el consumo final de los hogares. Dicha disminución, puede ser accidental o intencional. Cuando los alimentos se pierden o estropean antes de llegar a su fase de producto final o a la venta minorista, hablamos de pérdida de alimentos.
Los procesos que contribuyen a este problema son: la recolección, almacenamiento, embalaje, transporte, infraestructura o a los mecanismos de mercado, o de los precios, así como a los marcos institucionales y legales.
Un ejemplo de esto, pueden ser las frutas recolectadas que se caen de un camión y se consideran pérdida de alimentos. Cuando los alimentos son aptos para el consumo humano, pero no se consumen debido a que se deja que se arruinen o son descartados por los minoristas o los consumidores, se llama desperdicio de alimentos. Un aspecto que influye al desperdicio son las reglas de etiquetado de fecha de caducidad rígidas o mal entendidas, o a prácticas de almacenamiento, compra o de cocina inadecuadas.
Reunir a las partes implicadas en la pérdida y el desperdicio de alimentos
La reducción de las pérdidas y el desperdicio de alimentos atraen un creciente interés y suscita actuaciones a nivel mundial. Gobiernos, instituciones de investigación, productores, distribuidores, minoristas y consumidores, tienen enfoques diferentes sobre el problema, sus soluciones y la capacidad de realizar cambios.
Entre los aspectos que causan más presión en el medio ambiente, se encuentran los patrones de consumo y las tendencias, para evitar el desperdicio es necesario que existan cambios fundamentales en el amanera en que se producen, procesan, transforman y consumen los alimentos.
Existe el término “consumo y producción sostenible”, el cual se refiere a la implementación integrada de patrones de consumo y producción de los alimentos, esto se hace respetando los niveles de carga de los ecosistemas de la naturaleza. También, se debe considerar todos los aspectos y las fases de la vida de un producto, la producción y el consumo, el estilo de vida sostenibles, dietas, cómo se gestionan las pérdidas y desperdicios de alimentos y reciclaje, las normas, métodos y conductas que reduzcan los efectos sobre el medio ambiente y se pueda hacer sostenible la necesidad de las futuras generaciones.
Según el Banco Mundial en su comunicado de prensa titulado “La pérdida y el desperdicio de alimentos, un obstáculo para la reducción de la pobreza”, basado en el informe trimestral “Alerta sobre precios de los alimentos”, en todo el mundo se desperdicia un tercio o un cuarto de la producción de los alimentos para el consumo humano. En las regiones más afectadas como África y Asia Meridional, estas pérdidas representan entre 400 y 500 calorías diarias por persona y hasta 1520 calorías en el mundo desarrollado.
La FAO estima que cada año, cada habitante de la región desperdicia 223 kilos de alimentos, un total de 127 millones de toneladas, suficientes para dar de comer a 300 millones de personas, o el 37 por ciento de los hambrientos en el mundo.
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