La evolución histórica del hombre está íntimamente ligada al desarrollo de la actividad contable

La evolución histórica del hombre está íntimamente ligada al desarrollo de la actividad contable y es así como al surgir las primeras actividades de división del trabajo y el sentido de propiedad, en la antigüedad se desarrolló un incipiente comercio que da origen a las primeras técnicas y prácticas contables. Esta necesidad, surge a partir del momento mismo en que el hombre inicia el trueque de bienes y requiere conocer el coste de lo que está intercambiando.

A partir del periodo antiguo, aparecen las primeras civilizaciones que emplearon actividades contables como los fenicios, los asirios y los Vikingos, los cuales, se hicieron fuertes en la actividad comercial y el mar mediterráneo se convirtió en el principal corredor para llevar las mercancías hacia las principales ciudades de la antigüedad.

Por otra parte, Egipto, Roma, Grecia, Mesopotamia  y Babilonia fueron los grandes impulsadores de las técnicas contables de la antigüedad. Dichas técnicas consistieron inicialmente en un sistema de partida simple.

Por consiguiente, en Grecia (siglo V a.C), ya existían leyes que obligaban a los comerciantes a llevar ciertos libros de contabilidad, y el código de SOLON (594 A.C.), el cual, creó un  tribunal de cuentas.

Sin embargo, estas no fueron  los primeros lugares donde se encontraron ciertos rastros que permitieron deducir la existencia de prácticas contables en la prehistoria, aunque fueron muy importantes para su avance como método, las que realmente permitieron descubrir estas prácticas  fueron situados en el templo rojo de Babilonia donde se recibían depósitos y ofrendas que se representaban con interés.

Posteriormente, surge la ley Poeteria Papira de nexis, fue promulgada en el año 428 a.C en Roma, la sugerida ley intervino a favor de los deudores nexi (ciudadanos empobrecidos), que son aquellos deudores que adquirieron esta obligación por medio del Nexum. La ley declaro libres a los ciudadanos que eran nexi en el momento de su promulgación; prohibió encadenar en los sucesivos a los deudores, y decidió que no podían ya comprometer sus personas en provecho del acreedor, sino solamente sus bienes.

Tiempo después, la contabilidad se ve influida por los gobernantes de libia, un antiguo reino en el oriente medio, donde  acuñan las primeras monedas en el siglo VII a.C, el genio de los monarcas indios consistía en reconocer la necesidad de lingotes muy pequeños y fácilmente trasportables, equivalentes a no más de unos pocos días de labor o a una pequeña fracción de cosecha.

A partir de lo sucedido anteriormente con el reino en el medio oriente, aparece información donde reconocen que las actividades contables se facilitaron considerablemente entre los siglos VII y IX, debido a la aparición de una moneda común que tuvo aceptación internacional, esta fue nombrada el Solidus emitido por Constantinopla. Ya en el imperio Romano se creó una moneda homogénea en las distintas regiones y unitaria en precio, tamaño y valor llamada Denario.

Más adelante, entre los siglos VIII y XII  en Italia, exactamente las ciudades de Venencia y Florencia fueron el epicentro del comercio, constituyéndose como pioneras de la contabilidad debido a la partida doble propuesta por Benedicto Cotrugli en 1458 en una de sus obras llamada “della mercatura et del mercante perfecto” donde indicaba que todo comerciante debía llevar tres libros: el mayor con un índice, el diario y el borrador sin embargo en 1494 aparece Fray Luca Piciolo perfeccionando este sistema, donde  trato todo aquello lo relacionado con los registros contables de los comerciantes, el inventario, borrador, diario, mayor   y de las normas para transportar los totales a la siguiente página del mayor, asimismo incluye pautas a considerar para descubrir errores cometidos en la registraciones.  .

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