Ley Sopa

Rob Brown es el representante de “Misha” el cantante pop más popular y rico del mundo, además es uno de los promotores y diseñadores de la ley SOPA. Posee una gran influencia en el senado norteamericano y tiene muchos intereses involucrados en esta ley. Argumenta que la situación actual de la Internet (con actos de piratería no penada) afecta de manera significativa los intereses económicos, no solo de su representado, sino también de toda la industria porque los falsificadores de Internet cuestan al los involucrados (consumidores, creadores, negocios, etc.) aproximadamente US$ 100 000 millones al año. En consecuencia, dice que la aplicación de esta ley sería una herramienta efectiva para detener la piratería que afecta a la industria de contenidos porque, enfatiza, es un crimen desde cualquier punto de vista. Por otro lado, considera injusto que la creatividad de las personas se vea insultada al no recibir ningún beneficio por sus creaciones y piensa que si cualquier persona desea beneficiarse (ya sea con fines de lucro o motivos personales) de algún material debe de reconocer el esfuerzo del creador otorgándole un aporte económico que lo incentive a continuar su labor de invención.

Rob ha estado en el mundo del espectáculo en Hollywood desde que tiene memoria. Su amado padre, Mark Brown, era un reconocido actor de la época, un hombre bondadoso y cristiano que le enseñó a Rob que siempre debe de ayudar a los más necesitados. Es por ello que Rob posee una fundación llamada “Bright Eyes” que opera en África y brinda educación y alimentación a más de 30 000 niños en condiciones de extrema pobreza. Cuando le preguntan por qué invierte tanto dinero de su fortuna en niños que ni conoce, él responde: “he llegado a una etapa en la que el dinero no es importante para mí; sin embargo, el hecho de saber que un niño lo aprovecha en su educación para sacar adelante a su familia y país, hace que todo tenga sentido. Si esto implica gastar mi dinero, pues espero vestir harapos y seguir viendo aprender a estos niños”. Él no dice estas palabras para conseguir publicidad para “Misha” ni para incrementar su presencia mediática, sino porque es lo que realmente siente en su corazón. Todo esto es fruto de las enseñanzas cristianas de su padre.

Cansado de todo el stress que le produce su trabajo y los (cada vez más influyentes) opositores de la ley SOPA, Rob (para salir de su rutina) decide ir a la sede de su fundación en Mozambique y olvidarse por unos días de su trabajo en Hollywood. Al llegar, recibe una calurosa bienvenida de las personas que forman parte de su fundación (trabajadores y beneficiados) y promete que, después de acomodarse y descansar un poco, irá a ver las aulas donde se educan los niños. Alrededor de 4 horas después, Rob visita el aula R-103, es abrazado por los niños y luego decide tener una plática con Abdou, el profesor.

Rob le pide algo de información acerca de los niños y su aprendizaje, Abdou le comenta que ha habido varios niños que han podido ser profesionales y han sacado

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