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Lineas De Periodo Presidencial


Enviado por   •  11 de Agosto de 2013  •  8.349 Palabras (34 Páginas)  •  329 Visitas

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ACTIVIDAD 3. LÍNEA DEL TIEMPO. PERIODOS PRESIDENCIALES.

MANUEL ÁVILA CAMACHO

1940-1946

MIGUEL ALEMÁN VALDÉS

1946-1952

ADOLFO RUÍZ CORTINES

1952-1958

ADOLFO LÓPEZ MATEOS

1958-1964

1940 1943 1946 1949 1952 1955 1958 1961 1964

GUSTAVO DÍAZ ORDAZ

1964-1970

LUIS ECHEVERRÍA ÁLVAREZ

1970-1976

JOSÉ LÓPEZ PORTILLO

1976-1982

MIGUEL DE LA MADRID HURTADO

1982-1988

1964 1967 1970 1973 1976 1979 1982 1985 1988

CARLOS SALINAS DE GORTARI

1988-1994

ERNESTO ZEDILLO PONCE DE LEÓN

1994-2000

VICENTE FOX QUESADA

2000-2006

1988 1991 1994 1997 2000 2003 2006

3.1.1. La coyuntura de la Segunda Guerra Mundial. La presidencia de Manuel Ávila Camacho

La corriente de pensamiento económico que imperó sobre finales del siglo XIX y principios del XX fue la Marginalista o Neoclásica. Sus más destacados representantes fueron:

Carl Menger (1840-1921)

León Wairas (1834-1910)

William S. Jevons (1835-1882)

Alfred Marshall (1842-1924)

Ellos realizaron un riguroso estudio de la microeconomía resaltando el concepto del valor marginal (de los ingresos, costos, rendimientos, utilidad, etc.) en el análisis económico.

La economía se encarga del estudio de la satisfacción de las necesidades humanas mediante la creación de bienes de consumo.

Aquí se encuentra la vieja paradoja de porqué vale más un diamante que un pedazo de carbón, si en esencia son lo mismo.

La razón es simple: hay más carbón que diamantes; pero además, y esto es lo fundamental para entender esta corriente de pensamiento, se aprecia más un diamante por su rareza y la dificultad para extraerlo que una pieza de carbón por lo fácil que resulta obtenerlo. Es decir, es una combinación entre escasez y utilidad.

Esto fue el punto de partida que permitió que los marginalistas elaboraran una teoría de la formación de los bienes de consumo, los factores de la producción y las condiciones de satisfacción de los consumidores en un orden exclusivo de mercado.

Cárdenas respaldó la candidatura del último general que habría de ocupar la presidencia: Manuel Ávila Camacho. La designación no estuvo exenta de problemas, pues existían otros generales que se sentían con los mismos merecimientos que Ávila Camacho.

Sin embargo, la decisión se tomó debido a que el presidente creyó prudente que su sucesor siguiera una política moderada sin extremismos en un momento de crisis internacional, por la intensificación de la Segunda Guerra Mundial y las presiones surgidas a causa de las expropiaciones y las promesas de indemnizar a los ex dueños de las industrias expropiadas.

Con esto dio inicio el gobierno de la “unidad nacional”, ya que se evitaron antagonismos del pasado como Estado contra Iglesia, campesinos contra terratenientes, trabajadores contra capital y, muy importante, se derogó la controvertida reforma al Artículo 3, poniendo fin al experimento socialista.

El presidente buscó transformar la economía mexicana de predominantemente agrícola a industrial. Para ello se sirvió de una coyuntura propicia pues, debido a la conflagración bélica internacional, nuestro país ocupó un relevante lugar como proveedor de materia prima y mano de obra a la pujante industria armamentista de Estados Unidos.

Además, si se piensa que lo que menos deseaba el gobierno de aquel país era que nuestras autoridades simpatizaran con los gobiernos considerados como enemigos (las potencias del Eje Berlín-Roma-Tokio: Alemania, Italia y Japón), resulta bastante coherente el fuerte impulso que tuvo nuestra economía desde esa posición.

Durante este periodo se instituyó el modelo económico conocido como “Sustitución de importaciones” que le procuró a nuestro país un gran estímulo a la inversión nacional y extranjera que favorecía al sector secundario y terciario de la producción; aunque sacrificando al sector primario.

En dicho modelo, las economías en vías de desarrollo –como la nuestra– deben implementar o intensificar la producción local de ciertos artículos que normalmente se obtienen de fuera. Por lo anterior, se controló la importación de bienes de consumo pero se permitió la entrada de bienes de capital.

Como podemos ver, este modelo está sustentado en el mercantilismo, en donde se promueven las exportaciones y se limitan las importaciones para incrementar la riqueza nacional, como sucedió durante el gobierno de Ávila Camacho.

3.1.2. Miguel Alemán Valdés. Primer presidente civil

Los gobiernos anteriores se caracterizaron por ser de coyuntura; es decir, se favorecieron con la emergencia de la Segunda Guerra Mundial que necesitaba las materias primas mexicanas pero, al término de la conflagración, el país no estaba preparado para enfrentar una lógica de crecimiento que, entre otras cosas, se había apartado de las clases populares.

En ese contexto aparece el primer presidente civil desde el inicio de la revolución. Conocido como “el cachorro de la revolución”, Miguel Alemán Valdés, continuó con la línea marcada por Manuel Ávila Camacho, su antecesor, abriendo grandes cauces a la inversión nacional y extranjera favoreciendo la industrialización del país al integrar por vez primera a un gabinete más técnico y científico que político.

Hombre de ideas modernas y constructivas, Miguel Alemán aprovechó el arranque económico que le había dado su predecesor y prosiguió con intensidad el proceso de reindustrialización:

Aumentó la electrificación.

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