Los Puercos Desnudos
Enviado por rewey2000 • 20 de Octubre de 2014 • 913 Palabras (4 Páginas) • 331 Visitas
esores agudos) y operaciones defensivas (en qué grado el paciente se apoya en
defensas de alto nivel relativamente adaptativas o más bien en defensas
desadaptadas basadas en negación y disociación); en la TFP la evaluación no emplea
categorizaciones descriptivas como el DSM-IV sino que mide el “nivel de organización
de la personalidad” del paciente (Zerbo y cols., 2013). Durante el proceso terapéutico
se identifican síntomas y rasgos patológicos mediante técnicas proyectivas, y se
trabajan como objetivos tres áreas principales:
En cuanto a la confusión sobre el sentido de la identidad, la integración de
aspectos escindidos del yo y de los objetos. TFG- AVANCES EN EL ABORDAJE PSICOTERAPÉUTICO DEL TLP- Alejandro García Alamán 19
19 de Junio de 2013 Semestre 1/2013
En el plano de las emociones, integrar rasgos de personalidad impulsivos.
Trabajar el carácter inestable de las relaciones interpersonales.
El tratamiento consiste en dos sesiones individuales a la semana de 45-50 minutos,
que se combinan con los restantes elementos del tratamiento integral, durante las
cuales se pueden distinguir algunas fases:
Fase inicial de establecimiento de la estructura del tratamiento, donde se marcan
límites a los comportamientos autodestructivos,
Fase de psicodiagnóstico, donde mediante aplicación auxiliar de herramientas como el
Test de Apercepción Temática (TAT) se explora la psique del paciente y su sentido de
la identidad; esta fase suele solaparse con la anterior. Una vez confirmado el
diagnóstico, analista y paciente trabajan en la identificación de factores en la vida del
paciente que puedan interferir con la consistencia del tratamiento (conductas de
riesgo, medicación, etc.); la TFP asume la capacidad del sujeto para hacerse cargo de
la responsabilidad de estos comportamientos.
El enfoque principal del tratamiento se encuentra en la exploración de la
experiencia del self del paciente observando su experiencia de la terapia y el
terapeuta. La principal atención del analista se centra en el fenómeno de la
transferencia: mientras en el transcurso del tratamiento aparecen el yo desintegrado y
las intensas reacciones emocionales, el terapeuta ayudará al paciente a contenerlas,
observar las representaciones y entender las razones, deseos, miedos o ansiedades
que sostienen esa disociación (Stern y Yeomans, 2013). El terapeuta debe mostrarse
como una figura capaz de sostener, contener, frustrar y gratificar al paciente,
introduciendo los nuevos elementos en pequeñas dosis y reforzando el vínculo
terapéutico (Tovar Palomino, 2010). Las técnicas más habituales para ello serían la
clarificación de estados internos, la confrontación de las contradicciones
observadas y la interpretación que ayude a explicar las divisiones y relaciones
entre los diversos estados (Stern y Yeomans, 2013). Se trata por tanto de una
modalidad de psicoterapia psicoanalítica mucho más breve, directiva y participativa de
lo habitual en este marco teórico.
Caso de estudio (Tovar Palomino, 2010)
Se trata de una paciente mayor de 18 años, que se sometió voluntariamente a 22 sesiones de
terapia de 45 minutos de duración.
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