Los años Del Periodo De Entreguerras Y La Segunda Guerra Mundial, 1914-1944
Enviado por nataliacardonal • 16 de Noviembre de 2013 • 1.997 Palabras (8 Páginas) • 599 Visitas
Los años del periodo de entreguerras y la Segunda Guerra Mundial, 1914-1944
Durante la Primera Guerra Mundial y a principios de los años veinte, se permitía que las monedas fluctuaran en rangos bastante amplios en términos tanto del oro como entre ellas. En teoría, la oferta y la demanda de las exportaciones e importaciones de un país ocasionaban cambios moderados en el tipo de cambio alrededor de un valor central de equilibrio. Esta función era la misma que había desempeñado el oro en el patrón oro anterior. Lo malo es que estos tipos de cambio tan flexibles no funcionaron para equilibrar. Por el contrario, los especuladores internacionales vendieron en corto las monedas débiles, ocasionando que su valor cayera mas allá de lo garantizado por los factores económicos reales. Sucedió lo opuesto con las monedas fuertes. Las fluctuaciones en los valores de las monedas no se podrán compensar en el mercado cambiario a plazo, un tanto delgado, a menos que fuera a un costo exorbitante. El resultado neto fue que el volumen de comercio mundial no creció en los años veinte de acuerdo con el producto nacional bruto mundial, y declino a un nivel muy bajo con la llegada de la Gran Depresi6n de los años treinta.
Se hicieron varios intentos por regresar al patrón oro durante los años del Periodo de Entregue¬rras. Estados Unidos regresa al oro en 1919, el Reino Unido en 1925 y Francia en 1928. El retorno de la libra esterlina de la primera posguerra mundial en 1925 a su paridad de antes de la guerra de 4.86656 dólares por libra esterlina tuvo como resultado creciente desempleo y estancamiento económico en el Reino Unido, todo por la intención de restaurar la confianza en el sistema cambiario. El problema de encontrar valores de paridad nuevos y razonablemente estables para el oro nunca se resolvió antes del colapso del sistema bancario austriaco de 1931, lo que ocasiono que la mayoría de las naciones comerciantes abandonaran de nuevo el patrón oro.
Estados Unidos volvió a un patrón oro modificado en 1934, después que el dólar esta¬dounidense sufriera una devaluación de hasta 35 dólares por onza de oro a partir de un precio de 20.67 dólares por onza, que estaba en efecto antes de la Primera Guerra Mundial. Aunque Estados Unidos retorno al patrón oro,' este no comerciaba solo con los bancos centrales extranjeros, sino con los ciudadanos particulares. Desde 1934 hasta el final de la Segunda Guerra Mundial, en teoría, los tipos de cambio se determinaban de acuerdo con el valor de cada moneda frente al oro. Sin em¬bargo, durante la Segunda Guerra Mundial y sus repercusiones inmediatas, muchas de las princi¬pales monedas perdieron su convertibilidad a otras monedas. El dólar fue la única moneda importante de comercio que siguió siendo convertible.
De acuerdo con las disposiciones del Acuerdo de Bretton Woods, todos los países fijaron el va¬lor de sus monedas en términos de oro, pero no se requería cambiar sus monedas por ese metal. Solo el dólar continuó siendo convertible al oro (a 35 dólares por onza). Por tanto, cada país decidía cual era el tipo de cambio que deseaba frente al dólar, y luego calculaba el valor a la par del oro de su moneda para lograr el tipo de cambio deseado con respecto al dólar. Los países participantes estuvieron de acuerdo en mantener el valor de sus monedas dentro del uno por ciento del par comprando o vendiendo divisas u oro según se necesitara. La devaluación no se manejaría como política de comercio competitiva; pero si una moneda se volvía demasiado débil para defenderse, se permitía una devaluación de hasta diez por ciento sin una aprobación formal del FMI. Las devaluaciones mayores requerían de la aprobación del FMI.
Tipos de cambio fijos, 1945-1973
El acuerdo monetario negociado en Bretton Woods y supervisado por el FMI funciono bastante bien durante el periodo de reconstrucción y de rápido crecimiento en el mercado mundial que siguió a la Segunda Guerra Mundial. No obstante, las políticas fiscales y monetarias nacionales bastante divergentes, las tasas de inflación diferenciales y algunos enfrentamientos externos inesperados dieron al traste con el sistema. Un elemento clave en la falla de este sistema fue su moneda central: el dólar. El dólar estadounidense fue la principal moneda de reserva de los ban¬cos centrales y la clave para la maraña de valores de los tipos de cambio. Lo malo estuvo en que Estados Unidos presento déficits persistentes y crecientes en su balanza de pagos. Se necesito una fuerte salida de capital en dólares (conocido con frecuencia como "dumping de dólares en los mercados mundiales") para financiar estos déficits y para satisfacer la creciente demanda de dólares por parte de inversionistas y negocios. A final de cuentas, la sobrecarga de dólares en el exterior tuvo como resultado una falta de confianza en la capacidad de Estados Unidos para cumplir sus compromisos de convertir dólares en oro.
La crisis de 1971.
El 15 de agosto de 1971, el presidente Richard Nixon se vio obligado a suspen¬der las compras o ventas oficiales de oro por la Tesorería, después que Estados Unidos sufrió salidas de casi una tercera parte de su reserva oficial de oro en los primeros siete meses del año. Además, en lo que se llamo la "Fase I" de una serie de cambios en política, Estados Unidos gravo temporalmente 10% adicional a todas las importaciones, y se congelo el total de precios locales en sus tasas existentes.
Ya que en teoría el precio del oro en 35 dólares por onza no había sufrido cambios, no se sintió un impacto inmediato en la cantidad de reservas monetarias internacionales. Sin embargo, Estados Unidos anuncio al mundo que el dólar ya no serviría como la base del patrón oro-divisas (y que este país no se ajustaría ya a las "reglas del juego"). Entretanto, se permiti6 que los tipos de cambio de la mayoría de los. principales países negociantes flotaran en relación con el dólar, y que lo hicieran de manera indirecta en relación con el oro. A fines de 1971, la mayoría de las principales monedas se habían apreciado
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