Normativa y problematica en la creacion de empresas en Colombia

NORMATIVA Y PROBLEMÁTICA EN LA CREACION DE EMPRESAS EN COLOMBIA

     El mundo actual implanta múltiples retos en cuanto a la creación de empresas (tanto micro como grandes), esto es, debido a que actualmente se debe pensar más allá de las simples fronteras de un país o región, se debe pensar en mercados internacionales, en la globalización etc.

      Es por lo anterior se ha llegado a la instauración de una serie de políticas y/o normas de las cuales, su objetivo es “viabilizar la creación de proyectos factibles que generen un impacto en el desarrollo socioeconómico del país” (Gomez, Martínez, & Arzuza, 2006) y así  incentivar la creación de empresa y el emprendimiento. De este hecho surge la siguiente cuestión: ¿La creación de políticas y/o normas son suficientes para incentivar y lograr la creación de empresa?

La ley 520 de 2000 se es instaurada básicamente para promover la creación de micro, pequeñas y medianas empresas con ciertas ventajas y apoyo por parte de entidades estatales, como Bancoldex, SENA, Banco de fomento industrial, entre otros. Además, con el fin de reducir los trámites, las Cámaras de Comercio tendrán un registro unificado (Registro Único Empresarial).

De igual manera y regido bajo la misma ley se creó un órgano, adscrito al hoy conocido como Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, llamado Fomipyme que se encarga de inyectar capital a las micro, pequeñas y medianas empresas. Otro beneficio otorgado por la ley 520 se trata de que en conjunto, las empresas y entidades estatales realicen Ferias y Exposiciones para proyectar el producto colombiano, así como las entidades gubernamentales dando reducciones de los aportes parafiscales durante 3 años.

     Es muy importante que se apoye e incentive la creación de empresas, dado que esto genera un crecimiento de la economía, una disminución en la tasa de desempleo y genera que el país sea mucho más auto sostenibles, incluso más, si estas nuevas empresas son innovadoras y realizan procesos de producción que no se llevaban a cabo en el país, e implicaban la importación de estos bienes y servicios, generando así un aumento de los costos de estos bienes importados por múltiples factores como la inflación importada, la devaluación de la tasa de cambio etc.

Hay que tomar en cuenta que el solo incentivar y establecer políticas para la creación de empresa no es suficiente en cuanto a obtener unos procesos más factibles, en consecuencia de esto  el emprendedor del siglo XXI debe ser “una persona abierta, multicultural, innovadora, creativa, observadora del entorno y capaz de adaptarse a los cambios sociales, culturales, económicos o medio ambientales” (García Gónzalez & Bória Reverter, 2005) de esta forma los empresarios estarán en condiciones de aprovechar los incentivos en una forma adecuada.

     Un importante propósito que se busca con la implantación de estas políticas es “crear empresas innovadoras y con vocación exportadora, para así promover la internacionalización de las misma” (Gomez, Martínez, & Arzuza, 2006) muchos países “tanto desarrollados como en vías de desarrollo están abordando el emprendimiento como una alternativa a la incertidumbre laboral de nuestra época y a la necesidad de creación de riqueza y nuevas empresas para la población, especialmente en el caso de los jóvenes” (Rodríguez González, 2014), cabe resaltar que estas nuevas empresas no solo ayudan a la población en la creación de riqueza, además de esto mejora sus niveles de vida; un ejemplo de esta mejora se puede analizar en el caso de Colombia donde la pobreza  que se aprecia en el sector rural es inmensa,  la cual no solo afectan a los jóvenes hijos de campesinos sino a toda su familia,  el estado “tomando cartas en el asunto” decide apoyarlos en estos problemas de pobreza, dando prioridad a estas partes rurales del país, con la creación de un fondo el cual tiene el propósito de “aportar capital inicial y financiamiento para la creación y fortalecimiento de empresas comerciales y/o de transformación primaria de productos agropecuarios o pesqueros” (Layis Gómez, 2006) el cual se fortaleció mediante la creación de la ley MYPIME, y como bien se afirmó anteriormente este fondo permite que muchas de estas familias en condiciones de pobreza puedan crear sus propias empresas que no solo aumenta sus riquezas, además de esto permite que sus hijos tengan acceso a un mayor grado de educación ( ya que en promedio, en el sector rural en Colombia, los estudios no pasan de 4 años) que lógicamente en un futuro aumente ( para el niño o joven) su calidad de vida.

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