Orquestación Estratégica
Enviado por gprada • 4 de Octubre de 2013 • 4.564 Palabras (19 Páginas) • 316 Visitas
Por más de un siglo, el juego fue dominado por los
protagonistas de siempre: Europa, Estados Unidos
y Japón. Pero en décadas recientes el escenario
competitivo ha cambiado. Campeones provenientes
de mercados emergentes han conquistado posiciones
de liderazgo en una amplia gama de sectores globales,
y lo han hecho no por la vía de derrotar a los gigantes
establecidos en su propio juego, sino cambiando las
reglas para crear un juego nuevo. En cemento, ya no
es Europa la que encabeza la lista, sino una agresiva
multinacional –Cemex– con oficinas centrales en Monterrey,
México. El fabricante de electrodomésticos de
más rápido crecimiento del mundo –Haier– proviene
no de Japón o Europa, sino de Qingdao en China. Otra
empresa emergente china –Galanz– lidera el mercado
mundial de hornos microondas. La mayor cervecera
del mundo por volumen –InBev– es un joint venture
entre una cervecera belga y una brasileña. La mayor
empresa de acero del mundo –Mittal Steel– comenzó
hace menos de 30 años como una pequeña miniacería
en Indonesia.
A primera vista, el explosivo avance de estos y otros
campeones emergentes se ubica en algún punto entre
lo inverosímil y lo milagroso. La mayoría de las empresas
provenientes de estos mercados enfrenta un alto
costo de capital y una limitada disponibilidad de financiamiento;
sus clientes domésticos suelen tener bajos
niveles de ingreso disponible, pero no por ello son con-
sumidores menos exigentes; las firmas deben librar su
batalla en dos frentes: contra competidores domésticos
en el segmento inferior y contra multinacionales en el
segmento superior; y carecen de recursos tales como
tecnología y marcas en la misma magnitud que los líderes
establecidos de los grandes bloques económicos
tradicionales.
¿Cómo se explica, entonces, que estas compañías
emergentes hayan logrado conquistar en tan corto
tiempo posiciones de liderazgo global? ¿Qué ha hecho
que los actores tradicionales hayan cedido terreno frente
a competidores provenientes de regiones en desarrollo
como China, India y América Latina? Pensamos que el
problema para muchas empresas establecidas ha sido
que sus ejecutivos se han hecho las preguntas equivocadas.
En Estados Unidos, Japón y Europa, los ejecutivos
siguen obsesionados con responder a la pregunta de
cómo optimizar su modelo de negocios ya establecido.
Esto supone que existe solamente una mejor manera de
competir, a menudo arraigada en la noción de cadena
de valor. Lleva a los ejecutivos a preguntarse qué están
haciendo otros competidores para luego compararse
con ellos y copiar mecánicamente a los exitosos. Los
lleva a preguntar a sus clientes actuales si están satisfechos
con su oferta actual de productos. Los lleva a
preguntarse cómo los programas de gestión de calidad
–tales como Seis Sigma y TQM– pueden extraer mejoras
incrementales del modelo establecido. Todas estas
preguntas llevan a las empresas a imitarse unas a otras,
a converger en un modelo de negocios homogéneo, a
ofrecer a los clientes más de lo mismo. Al igual que las
parejas que llevan mucho tiempo casadas, los competidores
se asemejan cada vez más entre sí con cada año
que pasa (vea el recuadro “Los conceptos que conducen
a seguir haciendo lo mismo”).
Ciertamente hay ventajas a en este enfoque, en términos
de una mayor eficiencia. Pero los campeones de los
mercados emergentes no encontraron nuevas respuestas
a viejas preguntas. En lugar de eso cambiaron las preguntas.
No se preguntaron “¿cómo podemos hacer más
eficiente el modelo de negocios establecido?”, sino que
cambiaron la pregunta a “¿cómo podemos volvernos
más ágiles?”. Por agilidad no nos referimos a hacer más
de lo mismo, un poco más rápido o mejor. La agilidad
estratégica se refiere a la capacidad de una empresa para
aprovechar consistentemente oportunidades emergentes,
más rápida y eficazmente que sus rivales. Mucho se
ha escrito acerca de identificar nuevas oportunidades.
Pero en realidad, detectar una oportunidad es muchas
veces la parte fácil. El gran desafío de la agilidad estratégica
no es ver la oportunidad; es tomar la oportunidad.
Requiere que las empresas satisfagan una nueva necesidad
en el mercado, articulando un nuevo conjunto
de recursos y coordinándolo en combinaciones novedosas.
Piense, por ejemplo, en el iPod: Apple tejió una
sofisticada red de diferentes empresas, incluyendo las
casas discográficas que proporcionan el contenido, los
subcontratistas que fabrican el dispositivo y las firmas
que fabrican accesorios y productos complementarios.
Tomadas en conjunto, estas empresas constituyen un
ecosistema que satisface una necesidad del mercado.
Y es la red, más que el producto en sí, la que crea una
barrera a la entrada que impide a los imitadores copiar
la propuesta de Apple.
En este artículo introduciremos el concepto de orquestación
para describir cómo una empresa forma y
coordina una variedad de nodos de una manera novedosa
para aprovechar una oportunidad. La orquestación
no consiste en construir una red estática para
luego dejarla osificarse en el tiempo. Por el contrario,
la orquestación requiere mantener una red dinámica,
dispuesta a tomar nuevas oportunidades a medida que
surgen y no quedar atrapada en modelos de negocios
desgastados. En las páginas siguientes describiremos
cómo la orquestación está ayudando a empresas en
América Latina y otras regiones emergentes a aumentar
su agilidad estratégica, y presentaremos algunos
principios básicos que permitirán a los ejecutivos desarrollar
con éxito la capacidad de sus compañías para
orquestar estratégicamente.
De cadena de valor a orquestación
Los modelos basados en la eficiencia comienzan con la
noción de una cadena de valor, que retrata un conjunto
de actividades que agregan valor a un producto. Estas
actividades siguen un flujo lineal, desde la compra de
materias primas hasta la producción, la comercialización
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