“¿Quién se ha llevado mi queso?” es una fábula

¿Quién se ha llevado mi queso?

“¿Quién se ha llevado mi queso?” es una fábula cuyos personajes principales son dos ratones, Fisgón y Escurridizo, y dos liliputienses, Haw y Hem. Cada uno de estos personajes representa una parte del ser humano: los ratones, nuestra parte instintiva y los liliputienses nuestra parte humana y pensante.

Así mismo, la metáfora del queso, es aquello que buscamos alcanzar, como la felicidad o el éxito.

Como lo sugiere Johnson, el queso no siempre es fácil de alcanzar, sino por el contrario, hay que trabajar mucho, para entonces, cuando al fin lo consigamos, podamos disfrutarlo y obtener las recompensas a las largas horas que pasamos en su búsqueda.  Sin embargo, la vida es muy cambiante, y casi todo en ella tiene una fecha de caducidad; irremediablemente las cosas (tanto las buenas como las malas), terminan para dar paso a algo nuevo.

El conflicto se presenta cuando se observa lo efímero de las cosas buenas, ya que es cuando su término nos pesa y se vienen los malos ratos. Ante estos cambios en la historia, los ratones sin más, se adaptan y se mueven a buscar aquello que desean, es decir su queso; no se detienen a preguntarse el porqué de sus desgracias. Si las situaciones cambian, cambian ellos.

Por el contrario, los liliputienses, de naturaleza humana, pero tamaño de ratón, son seres pasionales y pensantes. Su reacción al cambio es completamente diferente: al ser conscientes de la mutación, enfrentan un proceso entero, de asombro, negación, tristeza, enojo y finalmente frustración.

La diferencia entre la naturaleza de ambos, radica en que para los ratones el queso era un asunto meramente fisiológico, únicamente querían saciar su hambre. Los ratones que no habían desarrollado ningún sentido de pertenencia hacia el queso, fácilmente se desprendieron de lo que ya habían perdido y se pusieron en acción, recorriendo el camino en busca de más y de un nuevo queso. Por supuesto, al pronto haberse puesto en marcha, pronto alcanzaron su objetivo.

Sin embargo para los liliputienses era algo más, era su estado de óptimo bienestar y felicidad, y como tal, hicieron que su vida girara en torno al queso, viviendo de la manera más cómoda y acostumbrados de tal manera a poseerlo, que comenzaron a vivir de una manera apática e indiferente.

Y es precisamente por este estado de costumbre  que al perder el queso, se sienten derrotados, pues no saben qué hacer sin él y se rehúsan a creer que lo han perdido.  Tras todo este proceso de negación y frustración, Haw, uno de los personajes se da cuenta de que es tonto esperar que las cosas cambien si ellos no cambian primero; y tras muchas vacilaciones y dubitaciones, se decide a emprender la marcha, pues en su fuero interno sabe que si no avanza, no llegará a ningún lado.

Así, después de un tiempo de angustias y andar sin meta, se dio cuenta de que la búsqueda de su queso, es decir, la búsqueda de la felicidad es en donde radica realmente el ser feliz, pues si estás haciendo algo por alcanzarlo sabes que vas en camino y que tarde o temprano llegarás al destino.

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