Quien Robo Mi Qeso

¿Quién movió mi queso?

La narración de Spencer Johnson trata de un laberinto, en el que viven dos ratones y dos personas muy pequeñitas que para sobrevivir deben de encontrar el queso que está almacenado en depósitos por todo el laberinto.

Un día llegan al depósito que está repleto de queso y abusan de él hasta que un día se acaba. Al ocurrir esto los ratones corren a buscar queso por todo el laberinto, mientras que las personitas de nombres Hem y Haw esperan que aparezca queso nuevo. Después de varios días los 2 pierden fuerzas por falta de queso.

Un día Haw sale en busca de un nuevo depósito lleno de queso. En su recorrido Haw escribiendo frases por todas las paredes del laberinto.

Mientras los ratones ya han encontrado otro depósito lleno que también encuentra Haw al ir corriendo por el laberinto al final Hem queda esperando que le devuelvan su antiguo queso a pesar de que su amigo Haw intentara cambiar su manera de pensar. Esta interesante obra comienza con la comparación de los animales con los humanos (se puede decir que los humanos somos animales, pero que reaccionamos de manera distinta debido a nuestra capacidad de razonamiento).

Al acabarse el queso los ratones reaccionan a esto por instinto de manera inmediata, aunque no escatiman en su consumo de queso para evitar que se termine. Las personitas al igual que los ratones consumen el queso para sobrevivir pero no van a buscar más al momento que se termina.

El personaje Hem es como aquellas personas que se resisten al cambio de la sociedad mientras que Haw creo que es la clase de gente que siempre está tratando de innovar que está en constante cambio para sobrevivir en el mundo.

El laberinto representa la vida que tiene obstáculos para llegar a un objetivo en común (en el caso de la historia son los contenedores gigantes de queso). Cuando alguien logra una meta tiene que mantenerse ahí o mejorar, como en el caso de la historia donde Haw al llegar al contenedor de queso lo revisaba a cada momento para checar que no se terminara, gracias a su capacidad de razonar y al aprendizaje de que no todo el queso llega como caído del cielo.

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