Rol del liderazgo en la resolución de conflicto

Rol del liderazgo en la resolución de conflicto

Escudero Whu, G.

Liderazgo es la palabra del milenio, pero ¿qué significa realmente? Muchos autores han intentado definirla. Cohen (1990) dijo “liderazgo es el arte de influenciar a otros a conseguir su máximo desempeño para alcanzar una tarea, objetivos o proyecto” (p. 22); Bennis y Nanus(1985) consideran que “un líder es, por definición, un innovador” (p.119), es decir, que hace cosas que otras personas no han hecho o no hacen; Capezio y Morehouse (1997) dijeron “liderazgo es la habilidad de influenciar individuos o grupos a pensar, sentir y tomar acciones positivas para alcanzar los objetivos trazados” (p. 1); y como ellos hay muchos más (Bass &Avolio, 1993; Bowie, 2000; D’Alessio, 2017) que han intentado darle un concepto sin llegar a una definición única, pero que han aportado nuevos puntos de vista sobre lo que el liderazgo debe ser capaz de hacer.

Por las definiciones de los autores previamente mencionados se deduce que el liderazgo no es un actuar individual, sino que tiene un líder responsable de generar cambios positivos en sus seguidores para que, a través de estrategias o pasos, puedan llegar a un estado futuro ideal u objetivo de largo plazo y se sabe, por las experiencias de cualquier lector, que eso no es tan fácil. Sin embargo, el líder debe ser capaz de manejar cualquier situación que se presente en esa ejecución de objetivos, entonces, ¿Cómo es que el liderazgo resuelve conflictos en un grupo de trabajo?

Este ensayo se enfocará en el efecto positivo que puede tener el rol del líder en cualquier grupo de trabajo, especialmente cuando se presentan conflictos de cualquier tipo. Se argumentará, en primer lugar, que el líder con su personalidad motivadora y su capacidad de enseñar a las personas ayuda a las parte a reconocer la existencia de un problema, en segundo lugar, el líder con una buena administración de su inteligencia emocional puede impulsar la comunicación efectiva y la escucha activa del grupo permitiendo la negociación y, por último, con un alto nivel de pensamiento crítico, el líder delimita la zona de posible acuerdo permitiendo la aparición de alternativas o soluciones ante el conflicto. Después de examinar algunos textos, el ensayo sugiere que el rol del liderazgo es transformar los conflictos como parte de una nueva estrategia para obtener cambios significativos de largo plazo.

Los conflictos en el trabajo han tomado una evidente importancia y Dávalos (2005) lo entendía bien, pues él menciona que durante los últimos dos siglos las formas violentas de solucionar las diferencias han ido cambiando paulatinamente entendiendo, hoy, que “el campo de batalla es una mesa de negociaciones” (p. 215), pero en realidad ¿qué es un conflicto?

El conflicto según Touzard (1981) es el resultado de un proceso donde una persona o grupo incrementa su propio interés sobre el otro. Por otro lado, Fernández (1999) mencionó que para que una situación sea calificable como conflicto deben existir ciertas características como interacciones antagónicas entre participantes, ya sea grupos o personas, ineficiencia normativa, utilización directa o indirecta del poder e intencionalidad. Sin embargo, muchas veces para que exista un conflicto no es necesario que exista un problema o diferencia real, muchas veces el conflicto se crea solo con la percepción de la existencia de un problema o de una diferencia, es por ello, que definiremos operativamente al conflicto como las discrepancias percibidas entre, en este caso, un grupo de trabajo como resultado de una interacción antagónica.

Lussier (2011) señala que hay dos tipos de conflicto: el funcional y el disfuncional. En el funcional existe el conflicto, pero también existe la resolución del mismo que contribuye al logro del objetivo organizacional, mientras que el de tipo disfuncional nunca es resuelto. Aunque los conflictos siempre estarán presentes en las organizaciones, es necesario estar preparado para enfrentarlos y solucionarlos, pues ahí radica la importancia de conocer las causas reales que están generando el conflicto y las personas que están involucradas en el, para así poder visualizar las alternativas de solución y trazar la estrategia más pertinente para afrontarlo, entendiendo que la negación del conflicto potenciará el problema e impactará en el desempeño de la organización. Expuesta la idea de Lussier, es importante que en los grupos de trabajo exista una persona que sea capaz de hacer del conflicto, un conflicto funcional y es ahí donde entran los atributos reales del líder.

En el mundo laboral la definición de líder suele confundirse, a veces se llama líder al que es más inteligente, al que habla más bonito, al que tiene mejores contactos o al que es referente por su éxito profesional, pero la realidad no es esa. Inés Temple (2014), por ejemplo, comenta que el líder real es el que busca el beneficio del equipo, esto es, llegar a una situación futura positiva juntos y de la misma forma; por su parte, Carolina Pretell (2016) expone que el verdadero líder es aquel que tiene mentalidad estratégica y capacidad de obtener resultados positivos para el bien común; asimismo D’Alessio (2017), en concordancia con Temple y Pretell, defiende que la persona que va a ser líder debe cumplir con cuatro atributos importantes: Conocer y administrar su propia personalidad, mantener un alto nivel de pensamiento crítico, administrar su inteligencia emocional y ser ético. Si estos atributos se consiguen en una persona y además cumple con los requisitos mencionados por Pretell, en el momento en que se presenta un conflicto el rol del liderazgo toma escena en la resolución del mismo.

La solución de un conflicto empieza por reconocer la existencia del mismo, sin embargo, en muchas ocasiones el problema se vuelve disfuncional porque las partes involucradas, o al menos una de ellas, no reconoce el problema y toma una actitud evasiva o competitiva haciendo que las percepciones, posiciones, intereses, creencias y otros factores agraven la situación; es por dicha razón que la presencia de un líder es primordial en un grupo de trabajo dado que su personalidad permitirá el reconocimiento del conflicto en aras de resolverlo.

La personalidad de un líder verdadero, es decir de un líder transformacional como lo explican Bono y Judge en el 2004, debe ser de bajo neuroticismo, es decir, no impulsivo, ni ansioso, ni hostil o depresivo; debe ser estable, paciente y, además, debe poder desarrollarse socialmente, es decir, ser cálido y asertivo, una persona que no incomode a los demás con su forma de actuar, que esté abierto a nuevas experiencias, en otras palabras, que no enfrasque las opciones en el ámbito de lo conocido, que tome riesgos; esta personalidad también debe inspirar confianza, ser altruista, honesta y por último debe ser escrupulosa, con responsabilidad y sentido del deber.

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