Sin ambición no hay crecimiento

“sin ambición no hay crecimiento…”

Un nuevo paradigma nos aborda en este tiempo de cambio, como en todas las situaciones de la vida, la evolución en matera de trabajo es indispensable. Cuando mencionamos la palabra empleo creemos que es esa gota de agua que nos va a saciar la sed de dinero, pero nos encontramos con que es un aspecto importante en nuestra vida y que trasciende mas allá de una simple satisfacción personal. Todo empieza con una emoción, ese sentir personal de crecer, de amar y sentirse amado, de aprender y avanzar hacia nuestros objetivos personales, ¿pero que sucede cuando algo de en nuestro interior deja de sentir?, ¿Cuándo ya no existen más ganas de realizar lo que al principio nos apasionaba?

Este tipo de situaciones nos pasan a todos los seres humanos, eso nos hace humanos; y en materia laboral estas situaciones repercuten demasiado en el desarrollo profesional de muchas personas, que a diario pierden el sentido de la labor que desempeñan. Ser ambiciosos laboralmente no implica anhelar “muchos ceros en mi chequera”. Hoy en día ese ser ambiciosos implica ir más allá de lo que nuestra labor nos exige, de lo que la organización para la cual trabajamos nos impone como tarea. Inés Temple nos habla de una motivación interior, una motivación que diariamente debemos buscar en nosotros mismos, que nos hace felices, que nos hace productivos; porque no es el simple hecho de ser empleado como ella lo menciona sino ser prestador de servicios.

A medida que avanzamos en el mundo laboral nos damos cuenta de que es lo que realmente nos apasiona, lo que realmente nos hace ser felices. Esa felicidad no es hacer las cosas para las cuales los demás me ven aptitudes, no es hacer lo que me dará dinero “por montones”; esa felicidad es hacer lo que para mí es importante, lo que le da sentido a seguir adelante, a seguir creciendo y ésta no la vamos a encontrar en un trabajo que me dinero, en un matrimonio perfecto, esa felicidad la vamos a encontrar en el interior de cada uno.

Ser trabajador de una empresa grande o de una chica a decir verdad pierde sentido cuando nos damos cuenta en realidad de que mi trabajo es importante para el crecimiento de mi empresa y el mio, en el mismo instante en que somos nosotros quienes damos ese valor agregado a nuestro trabajo.

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