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Union Economica Y Monetaria De Europa


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2013  •  5.367 Palabras (22 Páginas)  •  417 Visitas

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Unión Económica y Monetaria Europea

La Unión Económica y Monetaria (UEM) es uno de los objetivos más ambiciosos de la Unión Europea que se ha ido implementando de forma paulatina en varias etapas. Este proceso de integración europea ha establecido una moneda común en sus Estados miembros (el euro) e instaurado mecanismos para coordinar las políticas económicas y presupuestarias de los Estados miembros, al tiempo que ha constituido un sistema de gobernanza económica basado en una política monetaria única y una política de cambio compartida por el Consejo y el BCE.

Los objetivos principales de la UEM son varios. En primer lugar, los beneficios que pueden derivarse de la supresión de los tipos de cambio bilaterales en Europa. Los más importantes son 1.- La eliminación de los costes de transacción derivados de los cambios de monedas en las transacciones intraeuropeas; 2.- La eliminación del riesgo y la incertidumbre asociados a la volatilidad cambiaria dentro de la zona euro, lo que a su vez se espera que afecte positivamente al comercio y a la inversión internacional y que repercuta en una bajada de los tipos de interés de los países con menor reputación de estabilidad al eliminarse la prima de riesgo por devaluación y 3.- Una mayor transparencia en la formación de precios, al reducirse la posibilidad de fraccionar nacionalmente los mercados y discriminar precios. Al eliminarse estos obstáculos sobre el comercio y el movimiento de factores, cabe esperar que aumente la especialización de las economías europeas y se produzca una asignación más eficiente de los recursos, reforzando los efectos de la creación del mercado único. Esta mayor eficiencia elevará la productividad de los factores y dará lugar también a un aumento en la inversión, elevando la tasa de crecimiento.

En segundo lugar, reforzar la estabilidad monetaria y la potencia financiera de Europa, poniendo fin, por definición, a cualquier posibilidad de especulación entre las monedas comunitarias, garantizando, mediante la dimensión económica y financiera de la Unión Monetaria creada, una cierta invulnerabilidad de la nueva moneda frente a la especulación internacional y ofreciendo al euro la posibilidad de convertirse en una importante moneda de reserva y de pago.

II. DESARROLLO HISTÓRICO DE LA INTEGRACIÓN MONETARIA

La creación de la UEM es la culminación de un proceso histórico de más de veinticinco años que ha respondido desde sus orígenes a unos determinados objetivos. Estos objetivos se han centrado en la integración monetaria como un factor de cohesión económica y de solidaridad entre los Estados miembros, y en el que el éxito del mercado común supone la convergencia de las políticas monetarias de los Estados miembros y un verdadero mercado interior que incluye la unión monetaria.

Para ello, la Comunidad Europea ha llevado a cabo, a lo largo de su historia, varios intentos de potenciar la cooperación económica entre sus miembros, siendo la Unión Económica y Monetaria (UEM), de hecho, una aspiración de la UE desde finales de la década de los años sesenta.

Por tanto, dentro de la revisión histórica que se puede realizar se han de diferenciar varias etapas. La primera corresponde al periodo (1957-1969), caracterizado por la inexistencia de una acción monetaria europea, dado que en aquellos años el Tratado de Roma tan sólo preveía disposiciones poco importantes en materia de cooperación monetaria. Sin embargo, es en esta etapa cuando surge la idea de crear una moneda común, aunque el sistema monetario internacional no lo demandase dado que, durante esta etapa, los seis Estados fundadores de la Comunidad (Francia, Alemania, Italia, Bélgica, Países Bajos, Luxemburgo) participaban en el sistema monetario internacional de Bretton Woods, que estaba funcionando bien con un régimen de paridades fijas estable.

En este contexto y, bajo la perspectiva de las tensiones que empezaban a mostrarse en el sistema monetario internacional, la Comisión Europea presenta al Consejo, en febrero de 1969, el memorándum sobre “La Coordinación de la Política Económica y de la Política Monetaria en la Comunidad”, conocido como Plan Barre. El principal objetivo de este Plan era lograr la convergencia y la compatibilidad de los objetivos económicos de los países miembros, la coordinación de sus políticas económicas y la cooperación monetaria a nivel comunitario. Para ello, se proponían una serie de medidas, entre las que destacaban realizar una coordinación de los planes económicos a medio plazo, el establecimiento de facilidades de crédito a corto plazo de carácter inmediato e incondicional para aquellos estados miembros que experimentaran dificultades de balanza de pagos y el establecimiento de facilidades de crédito a medio plazo de carácter condicional para los estados miembros con dificultades de carácter persistente en sus balanzas de pagos.

Siguiendo este Plan, los jefes de Estado de la CEE invitaron al Consejo de Ministros a desarrollar una estrategia para la creación de una unión económica y monetaria, que dio lugar al denominado Informe Werner, publicado en 1970, que supuso una nueva etapa (1969-1979). El informe Werner (entonces Primer Ministro de Luxemburgo) proponía alcanzar el objetivo final de una integración completa en un horizonte de diez años a través de un proceso que constaría de tres etapas. Para la primera etapa, que concluiría en 1973, se proponía limitar las fluctuaciones del tipo de cambio de las monedas de los estados miembros, ampliar las facilidades de crédito a corto y medio plazo y alcanzar una mayor cooperación entre las políticas económicas de los miembros. En las siguientes etapas, los tipos de cambio quedarían fijados de forma irrevocable y se llevaría a cabo la unificación progresiva de los mercados de capitales hasta alcanzar la completa liberalización de los movimientos de capital, para crear finalmente un banco central común.

Este Informe se plantea en una situación en la que el sistema de Bretton Woods desaparece, dando lugar a una flotación generalizada de las monedas. Además, la crisis del petróleo agravó la presión sobre las monedas europeas, generando una gran inestabilidad monetaria, causante de serias dificultades económicas y sociales. En este contexto, el proyecto del informe Werner que debía comenzar en 1980 no se materializó, debido a que los resultados del mecanismo de "la serpiente en el túnel", creado en 1972, que redujo los márgenes de fluctuación entre las monedas comunitarias (la serpiente) en comparación con los existentes entre estas monedas y el dólar (el túnel), fueron decepcionantes. Concretamente, a finales de 1977, sólo la mitad de los nueve países entonces miembros (Alemania, Bélgica, los Países Bajos, Luxemburgo y Dinamarca) continuaba

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