Valor total del dinero que necesita un país de Alfred Marsahll
Enviado por javfernav • 6 de Enero de 2016 • Trabajo • 1.642 Palabras (7 Páginas) • 391 Visitas
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Trabajo: Presos y sociedad
Realiza un ensayo a modo de reflexión sobre el papel de las cárceles en la integración o exclusión de la persona en la sociedad.
Extensión máxima: 4 folios.
Los presos y la sociedad
El ser humano cuando ha vivido en grupo, siempre ha tenido la necesidad de tener unos mismos objetivos comunes. Cuando ha habido un ser humano concreto que ha intentado entorpecer esos objetivos, el grupo común ha reaccionado excluyéndolo, apartándolo o aniquilándolo. Con ese motivo, nacieron las cárceles antiguas. Estuvieron pensadas en un principio para poner en buen recaudo a los enemigos del grupo común de seres humanos. En su origen fueron cuevas, cavernas, tumbas... sitios especialmente diseñados para cumplir la función de desterrar a los enemigos del grupo.
A medida de que aparecieron los primeros estados antiguos las cárceles se fueron desarrollando. Se construyeron estructuras especialmente diseñadas para esa función. Una prueba de ello es la “Carcere Marmentino”, una cárcel construida por Roma en el año 386 A.C durante el primer saqueo de Roma por los galos. Fue construida por el arquitecto Anco Marcio y según la leyenda el apóstol San Pedro estuvo recluido en esta cárcel.
Durante la Edad Media, al principio las cárceles pierden importancia y comienza a ganar lo que se conoce como “venganza privada”. Es decir, la impartición de la Justicia estaba a manos de los seres humanos individualmente. Si a un ser humano le ofendían, le robaban o atentaban contra alguien de su familia, ese ser humano tenía la responsabilidad de tomar venganza contra el delincuente como creyera conveniente. En algunos casos, si el delincuente era muy poderoso, se intentaba reclamar una compensación económica o se “olvidaba” el tema. Con el paso de los años, vuelven a tener importancia las prisiones ya que la mayoría de delincuentes atentaban contra gente poderosa de la época y surge la necesidad de tener retenida a estos delincuentes por reincidencia o por la imposibilidad por parte de estos de pagar una cantidad por su libertad. Un ejemplo podría ser “La casa de los conserjes” edificada en el 1300 y la Bastilla, donde se encerraba a los delincuentes políticos. Ambas cárceles se encuentran en Francia.
A partir del Renacimiento se comienza lentamente a buscar la reinserción de los presos en la sociedad. El primer ejemplo oficial lo encontramos en Inglaterra, durante la primera mitad del siglo XVI se instaura la primera casa de corrección para mendigos, vagabundos y prostitutas. Para “corregirles” les adoctrinaban con unos métodos didácticos en los que continuamente se veían frustrados para, de esta forma, corregir sus vicios y volver a la senda de lo “correcto”.
A partir de las experiencias inglesas, en el siglo XVII nacen los llamados institutos para hombres y mujeres en Holanda. El objetivo de estos institutos era readaptarlos socialmente tomando como base el trabajo. Para conseguirlo estos institutos contaban con una férrea disciplina, castigos corporales y condiciones de promiscuidad.
En año 1703 nace otro instituto de reeducación social para presos en Roma. Se trataba del Hospicio de San Miguel, creado por el Papa Clemente XI, y ofrecía un tratamiento menos duro que el de los institutos ingleses y holandeses, más cercano a los presos y con claras orientaciones religiosas. El tratamiento que ofrecían era puramente educativo, con muchas tendencias a la religión católica y permitía a los reclusos aprender un oficio con el que reinsertarse en la sociedad. Este instituto fue el primero de Europa en hacer una distinción entre jóvenes y adultos y, más tarde, entre jóvenes de conducta irregular y jóvenes ya condenados.
Con la creación de este instituto de reeducación y las nuevas ideas de la Ilustración, surge en Europa una nueva ideología penitenciaria llevada a cabo por los filósofos franceses. El objetivo de esta nueva ideología es humanizar el máximo posible las cárceles europeas e intentar rebajar las penas de prisión. En una cárcel europea de la época las penas normalmente eran arbitrarias, bárbaras, crueles y extremadamente severas pudiendo ser quemados vivos los presos, torturados en la rueda, en mayor o menor grado, condenados a galeras…
Así pues con el impulso de este nueva ideología renovadora, nacen los primeros críticos y reformadores del sistema, destacando a Cesare Bonnessana, Marques de Beccaria que escribió una de las obras más importantes de la época Dei delitti i delle pene, obra de Derecho Penal, escrita en 1764.
Históricamente los sistemas penitenciarios estaban divididos en cárceles privadas y públicas. Las cárceles públicas estaban destinadas a los reos del pueblo, plebeyos y siervos y las privadas a los señores feudales. El sistema carcelario era de carácter preventivo y solo tenía lugar para los reos. Para los presos condenados el castigo se hacía efectivo con trabajo forzado para ganarse su alimentación o con la pena de muerte.
Así pues con la aparición de la Ilustración se produce un desarrollo cultural que oprime esta clase de penas y se consigue humanizar el sistema penal, desapareciendo los trabajos forzados y los castigos corporales y morales.
Finalmente surge el Sistema Celular por el que se asignan celdas individuales a cada reo y es el que ha logrado consolidarse a lo largo de la Historia y se ha logrado convertir en la base de los sistemas penitenciarios.
-La Reinserción de los presos:
Actualmente una prisión o una cárcel es una institución autorizada por el gobierno y es un instrumento para realizar una correcta justicia en el país. El objetivo de esta institución es reeducar al preso para su futura reinserción en la sociedad. En la Constitución Española, el articulo 25.2 deja claro que las instituciones penitenciarias se basan en dos principios: reeducar y resocializar.
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