Ya podemos comenzar a hablar de Seminario

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Esta política no es una consigna o un concepto de aplicación mecánico, o un simple modelo a llenar; sino que es una herramienta que todos los trabajadores bancarios deben utilizar para prevenir y enfrentar cualquier acción de un cliente que intenta valerse del banco para realizar operaciones ilícitas.

El trabajo de las sucursales nunca debe ser un acto formal de cumplimentar un modelo o un proceso superficial y sin rigor: es identificar, profundizar, verificar, analizar y crear mecanismos de control de las operaciones, que conviertan a la institución en una barrera de enfrentamiento a las ilegalidades y al lavado de dinero.

El modelo Conozca a su cliente será actualizado una vez al año como mínimo  o cuando:

• Se detecten operaciones consideradas inusuales de acuerdo con la valoración prudencial.
• Cuando se realicen transacciones o se produzcan cambios relativamente importantes en la forma de operar las cuentas.
• Cuando dentro de los parámetros de riesgo adoptados, se considere necesario efectuar dicha actualización.

Este modelo se archivará en el expediente legal y será firmado por los máximos representantes tanto de la entidad como de la institución financiera.

DEBIDA DILIGENCIA

La debida diligencia es la piedra angular del trabajo de un banco. Es una política, por lo tanto, debe ser observada con toda la rigurosidad y profesionalismo requerido. Se debe puntualizar que no una recomendación, es de obligatorio cumplimiento por parte del todo el sistema bancario. Se atempera su aplicación a cada una de las modalidades del trabajo de un banco, por todos sus trabajadores. Es una herramienta imprescindible para el  necesario trabajo en equipo, el cual es muy importante dada la complejidad de la actividad bancaria.

Si fuéramos a definirla en una breve síntesis, diríamos que es una extrema cautela. Es dedicación, empeño en evitar inconvenientes o problemas. Se debe tener en cuenta en todas las profesiones, y depende del grado de profesionalidad de que disponga el obligado a realizarla.

Un concepto erróneo en nuestra actividad bancaria es identificar la  debida diligencia como si representara un simple modelo a llenar por un cliente. El sentido común nos proporciona su intensidad.

¿Y por qué de la debida diligencia?

Se trata de que el proceso de la debida diligencia en el proceso de identificación de los clientes, es constante, nunca concluye; y su permanente cumplimiento tiene que ser tanto cuantitativo como cualitativo, a partir de los datos aportados por el cliente. Primero para que sepamos quienes son y después para comprobar si sus actividades se encuentran acordes a la legislación autorizante tanto bancaria como general.

De lo que se trata es de identificar, verificar y monitorear al cliente, de forma sistemática y permanente. Este proceso no se agota en el momento de la captación como cliente, sino mantiene su vigencia, permanentemente, en el desarrollo de sus actividades como consecuencia del servicio que le brindamos. Tener un conocimiento lo más profundo posible de todas sus actividades y sus relaciones con terceros. Esto permite intuir cualquier irregularidad, aun cuando el cliente opere dentro de los marcos textualmente legales o aparentemente trascendentes. En ocasiones el cliente infractor se enmascara en su modus operandi. El cliente que desea burlar los controles bancarios intencionalmente, estudia los procedimientos bancarios y trata de apoyarse reclutando a su favor a los trabajadores de nuestra institución.

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