ANALISIS CAPITULO BLACK MIRROR
Enviado por Tiffany Gonzalez • 20 de Febrero de 2021 • Reseña • 415 Palabras (2 Páginas) • 161 Visitas
ANALISIS CAPITULO BLACK MIRROR
No hace mucho vi una de esos memes en redes sociales donde aparecía la mama de Angélica; personaje del programa animado Rugrats o “Aventuras en Pañales”, con el móvil en la mano y su particular pose de ejecutiva ocupada. Si eres de mi generación, recordarás la serie con nostalgia y por supuesto te vendrá a la mente la caracterización del personaje como una persona que “vive abrumada con demasiadas cosas importantes que giran en torno a la esfera moderna de un ejecutivo”.
Lo llamativo del asunto aquí, se debe a la frase que acompañaba al personaje animado y que decía algo como: “¿Recuerdas que cuando pequeños creíamos que ella era una loca porque mantenía todo el día con el celular?... Bueno, ahora somos como ella”. Quizá el meme se expresaba con otras palabras pero el contexto de trasfondo es el mismo: la tecnología se ha convertido en la bestia que terminó por domesticar a su amo.
Pues bien, este es el tema central alrededor del cual giran los capítulos de Black Mirror, popular serie de Netflix que recibe su nombre precisamente por hacer referencia a la “pantalla negra” de todos los dispositivos audiovisuales de última generación, especialmente los celulares. Porque si vamos a sacar a colación la dictadura invisible de la era digital, es imposible no hablar de su agente primordial: el celular y su artillería pesada, es decir, las famosas redes sociales. Y me refiero a “pesada” porque no es para nadie un secreto que las banderas de Facebook, Imstagram, Whatsapp y sus correligionarios, invadieron más rápido el globo que Colón cuando llegó a América e hicieron más bulla que Neil Amstrong cuando puso pendón americano en la Luna.
¿Qué pasa si este imperio de interacción digital llega a límites que rayan en la paronoia y hace de las personas menos humanos y más máquinas? Pues precisamente lo visionado en el primer capítulo de la tercera temporada de la serie. Un mundo donde las sonrisas son máscaras, el estatus se mide por likes y views (en este caso estrellas) y la superficialidad está a la orden del día haciendo que la gente se atragante con aquello que le molesta para encajar en un modelo igual de hueco a tanto marketing, publicidad, medios y modas basura que día a día nos moldea la cabeza.
Bien lo decía el genio Albert Einstein: “Temo el día en que la tecnología supere a la humanidad. El mundo solo tendrá una generación de idiotas”.
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