Black Mirror

BLACK MIRROR

El cortometraje visualizado trata sobre una situación ficticia de un país que nos abre la incógnita de si realmente algo así podría llegar a ocurrir en la vida real.

Tenemos como principal protagonista Internet ya que actúa como medio de difusión masivo del secuestro de una princesa. La única información que se tiene acerca del caso es un video colgado en la red en que se ve a la princesa desesperada pidiendo ayuda. Sin embargo el precio que se tiene que pagar para su liberación no es nada peculiar, pues el secuestrador pide a cambio que el primer ministro del país salga en la televisión practicando sexo con un cerdo. Tanto en los canales terrestre como en los vía satélite.

A partir de la subida del video a Internet se produce una vertiginosa difusión de éste gracias al potencial de este nuevo medio gracias a su principal potencial, la inmediatez con la que podemos mandar mensajes a un público general o específico y por supuesto su carácter gratuito.

El primer ministro se ve ante una situación muy incómoda ya que ve como el número de visitas crece sin remedio alguno y trata de idear un plan para no verse en tan embarazosa situación. La idea era hacer un montaje y que el encargado de practicar sexo con el animal fuera un actor porno y no el primer ministro.

La presión social que se generó debido a la rápida difusión del video hizo que tambalease el plan de engañar al secuestrador y finalmente se vino del todo abajo cuando éste mandó un paquete al primer ministro que contenía un dedo, supuestamente el de la princesa.

Vemos como las características que nos ofrece Internet son tan amplias que pueden llegar a crear situaciones que queden totalmente fuera de control, no solo para cualquier persona sino también para un primer ministro.

Finalmente se ve acorralado bajo la presión social y siente la obligación de cumplir con los requisitos para liberar a la princesa.

Este hecho genera una expectación increíble en toda la sociedad. Tanto es así que llegado el momento clave, todo el mundo se encuentra pegado al televisor, ya sea en casa, en el trabajo, en la cafetería o en cualquier sitio y situación que podamos imaginar. No había una sola persona que no se hubiera enterado de la noticia y que no sintiera morbo de aquella situación tan inusual. En los telespectadores vemos expresiones de todo tipo, desde aquellos que comentan la jugada entre risas, hasta aquellos que apenas consiguen mantener la mirada fija en el televisor. Pero la realidad es que todos se encuentran enganchados a éste.

El corto finaliza con la liberación de la princesa mientras todo el mundo se encontraba viendo la retransmisión en directo del primer ministro practicando sexo con el animal. El dedo enviado por el secuestrador era el suyo propio y tras liberar a la princesa se

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