Análisis crítico de la intervención y articulación con la Teoría y evaluación del propio proceso
Enviado por abigaileransus • 16 de Octubre de 2019 • Síntesis • 1.637 Palabras (7 Páginas) • 139 Visitas
Análisis crítico de la intervención y articulación con la Teoría y evaluación del propio proceso
A partir de lo relatado previamente considero interesante rescatar como primer punto el trabajo que se realiza con las interconsultas. Es importante que al igual que explica la Licenciada Vivas, la autora María Julia Fava (2007) considera importante la creación de un equipo de interconsulta en intervención temprana, los pediatras deben ampliar la mirada, para poder realizar intercambios acerca de la singularidad del padecimiento de cada uno de sus pacientes, pudiendo realizar lecturas no sólo del campo médico sino también del campo psicopedagógico. Es esta necesidad de ampliar la mirada donde surge la necesidad de la interconsulta, la cual según la Lic. Fava puede entenderse como como la posibilidad de hacer “espacio” a aquello que se presenta como opaco a la mirada, pero no desde la concepción de que no se cuenta con el saber necesario, sino desde el posicionamiento de pensar que ese saber está por saberse.
En el propio acto de la interconsulta que se realiza dentro de la Maternidad, principalmente hasta los dos años de edad de los pacientes, hay una puesta a prueba del funcionamiento de la disciplina. Tendría que entenderse a la interconsulta como un acto dinámico, en permanente movimiento, que se produce como consecuencia en una falta de saber en función a un paciente. Lo que a veces suele suceder con esta práctica es que se lleva a cabo sin una verdadera formalización, dado que se hace entre consultas, sin un tiempo preestablecido, solo por la convocatoria que genera un paciente. Por lo que explica la licenciada Vivas, esta es una práctica habitual del funcionamiento hospitalario que resulta de gran valor, tanto para los tratamientos como para la formación en general.
Otro punto interesante, que resultó distinto a lo que uno como estudiante supone que se realiza en todo hospital es la continuidad de un tratamiento. En caso de que se detecten dificultades que necesitan ser atendidas más allá del seguimiento y orientaciones que se realiza dos veces al año con cada niño, se realiza una derivación por fuera de la institución hospitalaria. En este punto creo que es interesante resaltar lo que expresa la Dra. Lombardi (s/f) en un artículo en donde dice que “se debe saber y aceptar que quien deriva correctamente a un paciente no los pierde, al contrario si de la derivación resultase un alivio del padecer , el enfermo estará siempre agradecido , no sólo al médico tratante sino también al derivador. Por eso lo que se debe plantear no es derivación o no derivación, sino derivar a quien tenga la capacidad humana y científica en determinada especialidad” . Esto resulta de un gran valor ya que habla de la importancia de poder reconocer hasta donde cada profesional puede llegar, hasta dónde se puede hacer desde el lugar que cada uno ocupa con su rol. El problema para la Licenciada Vivas parece ser cuando esta derivación, no trae los resultados esperados, al no tener en cuenta el nuevo profesional lo que ya viene siendo trabajado desde la institución hospitalaria. Cuando está a su alcance, realizan derivaciones con aquellos profesionales que conocen cómo trabajan. Ya que para el trabajo con estos niños es muy importante tener presente, las afecciones orgánicas que tienen por haber nacidos prematuros, y algunos profesionales no las tienen en cuenta al evaluarlos. En este punto puede verse reflejado la integración bio-psico-social del sujeto, en donde lo subjetivo no puede desprenderse de lo orgánico y el contexto influye en esta evolución e imbricación de aspectos.
Por otra parte, un punto muy interesare en el relato de la Licenciada Vivas es en relación a poder mirar más allá del marco teórico de referencia, lo cual puede articularse con lo que expresa Levy (1994) en donde manifiesta que “(…) una toma de posición teórica y clínica que, enlazada a aspectos ideológicos y éticos, determina, una particular relación significación –intervención ”. Levy (1994) agrega, además, que suele haber una centración en las propuestas de intervención según en el contexto en donde se lleva a cabo la práctica profesional. Si bien es necesario tener clara una teoría y una práctica de prevención asistencial para poder establecer y delimitar la problemática de la consulta para determinar un marco pertinente de tratamiento, también es preciso tener presente referentes clínicos y la formación clínica, ya que también inciden en nuestra intervención. Pero al mismo tiempo, es fundamental poder interrogar nuestras prácticas, dado que distintas situaciones vivenciadas con los pacientes interpelan nuestra posición e intervención.
En relación a esto Norma Filidoro (1997), aduce que cada uno a partir de sus referentes teóricos y clínicos va formulando ciertas anticipaciones y que cuando no son corroboradas por los hechos, producen o mejor deberían producir conflictos que nos lleven a re- elaborar los datos y a construir nuevas hipótesis. Ningún cuerpo teórico puede explicarlo todo, todos los cuerpo teóricos tienen fragmentaciones. El hecho de privilegiar discursos, ofertas y producciones en relación a múltiples
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