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Análisis de la película “Escritores de la Libertad”


Enviado por   •  11 de Junio de 2019  •  Ensayo  •  2.527 Palabras (11 Páginas)  •  2.914 Visitas

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Análisis de la película “Escritores de la Libertad”

Introducción:

En el presente ensayo se intentará analizar la película Escritores de la libertad (1992) a partir de dos enfoques psicológicos: la Terapia centrada en el cliente, de Carl Roger y la Logoterapia, de Víctor Frankl.

En primer lugar, se planteará brevemente el argumento basado en hechos reales, de la historia narrada en el filme.

A continuación, se describirán las escenas más relevantes para nuestro abordaje, siendo analizadas cada una, desde ambas corrientes.

Por último, se presentará una conclusión intentando ampliar los conceptos fundamentales, unificando los planteamientos iniciales y profundizando la idea general desde una perspectiva integradora.

Desarrollo:

La película Escritores de la libertad (Freedom Writers) está basada en la experiencia de Erin Gruwell a partir del momento en que comienza a ejercer la docencia como profesora de literatura. Esto ocurre en una escuela media de Long Beach, California, que cuenta con un programa de integración que implica aceptar alumnos “problemáticos” provenientes de sectores desfavorecidos, en su mayoría pertenecientes a minorías étnicas.

Al iniciar su trabajo, la maestra comienza a notar que el colegio repite los prejuicios y estigmatizaciones con los cuales la sociedad margina a esos adolescentes. Las mismas faltas de oportunidades se recrean dentro de la institución, desde la selección del material didáctico hasta las expectativas de logros puestas en ellos. Los profesores se niegan a enseñar, esperando simplemente que los estudiantes se cansen y abandonen la escuela.

A su vez, las diferencias y divisiones entre los alumnos se reflejan dentro de la clase, donde se separan en distintos grupos que se arman previamente en las calles por prejuicios raciales y guerra entre pandillas.

La llegada de la maestra Gruwell a la escuela y particularmente al aula 203, promueve una serie de movimientos, tanto en la manera de vincularse y relacionarse de los alumnos (entre ellos y para con la sociedad en general), como en la estructura y las formas de manejo institucionales.

Lo primero que intenta la profesora es romper estas fronteras dentro del aula, logrando que los alumnos se sienten junto a compañeros que por propia decisión no elegirían. Provoca un primer movimiento y pone en evidencia la falta de tolerancia hacia el otro y por tal motivo comienza a pensar estrategias para que comiencen a descubrir las cosas que tienen en común.

En este punto, podemos observar que Erin posee una concepción de sus alumnos que podría compararse con la concepción de persona de Rogers, dejando evidenciar ante todo su profundo  respeto y aceptación por cada uno de ellos.

Desde la mirada logoterapéutica, la maestra contempla las diez tesis de la persona planteadas por Frankl en “La Voluntad de Sentido”, donde el hombre es reconocido como un ser intencional, y es tal vez este “cambio de fronteras” propuesto por la maestra el que los empuja a tomar nuevas posiciones pero esta vez asumiendo la responsabilidad de su decisión.

En otro momento de la trama, Gruwell descubre que sus alumnos están haciendo circular la caricatura de uno de ellos resaltando sus rasgos étnicos y al intentar explicarles la violencia latente que ese hecho implica, se da cuenta de que la mayoría de ellos no conocía lo que significaba Holocausto. Por tal motivo se enfoca en plantear una serie de actividades para poder generar conciencia sobre los actos discriminatorios que ellos mismos reproducen.  

Todo esto lo lleva a cabo desde una actitud auténtica de empatía, aceptación y deseo de comprender a sus alumnos, propia de la Terapia centrada en el cliente. Podemos decir que de algún modo sus intervenciones en la clase promueven que cada uno comience a reconocer sus vulnerabilidades, lo que les molesta y los lastima, como primer paso para la motivación al cambio.

Posicionándonos en la perspectiva de Frankl, podemos inferir que Erin, con cada nueva actividad pensada, apela a la conciencia de sus alumnos como órgano de sentido, posibilitando que éstos comiencen a descubrir los valores presentes en su realidad.

Para avanzar en su objetivo, propone un juego: traza una línea en el centro del salón e indica que se acerquen a ella quienes hayan sufrido alguna de las cosas que les va enunciando. Esto hace que los alumnos vean de forma concreta que tienen muchas más cosas en común que las que podrían imaginar. Los secretos individuales, al ser compartidos por la mayoría, dejan de ser obstáculos para convertirse en motores de desarrollo colectivo dentro del aula. Les permite reconciliarse con su contexto y en consecuencia con sus compañeros. En definitiva, encontrar un lugar de pertenencia dentro del colegio. 

En esta escena, la maestra verdaderamente demuestra su interés por ayudar a sanar las dolencias de sus alumnos desde una perspectiva Rogeriana, poniendo el foco en la relación, intentando que ellos no se sientan juzgados ni evaluados moralmente, por ella ni por sus compañeros, evidenciando las similitudes de sus historias de vida y no profundizando en las diferencias.

En cambio pensando desde el existencialismo postulado por Frankl, podríamos afirmar que esta actividad es una de las que promueve en los alumnos la posibilidad del pasaje de la inautenticidad en la que la mayoría se encontraba, dentro de sus historias de rivalidad entre pandillas y sectores étnicos, a una autenticidad que les permitiera libremente elegirse, comenzar a conquistarse y lograr el dominio de sí mismos.

"Las circunstancias externas pueden despojarnos de todo, menos de una cosa, la libertad de elegir cómo responder a esas circunstancias". (Frankl, 1946)

Otra de las actividades que propone Erin, es ir al Museo de la Tolerancia, un museo que muestra los horrores del nazismo, de los cuales la mayoría de los alumnos no tenían conocimiento. Luego de la visita, organiza una cena con los estudiantes y algunos sobrevivientes de campos de concentración, logrando que luego de esto,  sus alumnos tengan una visión completamente distinta de las consecuencias de la discriminación racial o social. Es entonces cuando la maestra les propone leer El diario de Ana Frank que resulta un disparador para la reflexión  sobre las diferentes situaciones que les suceden en su vida cotidiana. Cabe destacar además que Erin consigue otros empleos para pagar de su bolsillo las salidas y el material de lectura.

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