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Analis de textos de Recaclati La práctica de la entrevista clínica


Enviado por   •  18 de Junio de 2023  •  Resumen  •  5.292 Palabras (22 Páginas)  •  66 Visitas

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                                                                        09-06-2023

Nombres: Kendal Diaz - Consuelo Marshall - Edgardo Morales - Sebastian Palma - Leonardo Ramos

Massimo Recalcati, un psicoanalista y escritor italiano. Massimo Recalcati nació el 26 de septiembre de 1959 en Milán, Italia. Es un reconocido psicoanalista y escritor italiano, conocido por su enfoque original y provocador en el campo de la psicoterapia y el psicoanálisis. Recalcati ha hecho importantes contribuciones a la teoría psicoanalítica y ha escrito numerosos libros que abordan una amplia gama de temas, desde la sexualidad y el amor hasta la filosofía y la política. Recalcati se formó en la Escuela Lacaniana de Psicoanálisis y ha sido influido por las teorías de Jacques Lacan, un destacado psicoanalista francés. Su enfoque terapéutico se basa en la idea de que el lenguaje y el discurso desempeñan un papel fundamental en la formación de la identidad y la subjetividad de una persona.

Motivación y demanda

Cuando Recalcati habla de motivación “refiere a un plano consciente, cognitivo, o sea, a las declaraciones y a las intenciones yoicas del sujeto”. A su vez alude a dos motivaciones; una intrínseca, la cual nace desde el sujeto, es totalmente voluntaria. La actividad o tarea que se realice es en sí misma una recompensa; y una extrínseca: esta proviene desde afuera y posee una recompensa asociada, un beneficio por desempeñar una tarea. Por tanto, cuando un paciente acude a terapia es mediante una motivación intrínseca. Por otro lado, introduce la demanda, que involucra una dimensión inconsciente, se escapa del conocimiento del sujeto. Recalcati nos invita a realizar una distinción entre motivación y demanda, a siempre considerar con atención la dimensión colusiva de toda demanda, es decir, existe más de una persona involucrada, las dificultades asociadas afectan no solo a quien acude a terapia y puede llevar al terapeuta a interpretar un rol determinado por el paciente. Finalmente, nos señala que no debemos creer ingenuamente en la motivación, hay que hacer la distinción de la motivación, como parte de la conciencia, de la singularidad de la demanda, perteneciente al inconsciente

La triada base 

Sobre la misma Lacan propone la tríada base que refiere a los tiempos iniciales de una cura que consiste en síntoma, demanda y transferencia. El síntoma por su lado, es eso que hace sufrir al sujeto y lo divide. Son formaciones inconscientes, verdades reprimidas del sujeto, no es posible para el sujeto gobernarlas, va más allá de la voluntad de este, ya que escapan del control de la consciencia. Esta falta de control e imposición a su voluntad y lo que hace sufrir al sujeto, se caracteriza por dos particularidades, por un lado, la persistencia en el tiempo, y por otro, como ya se mencionó es algo que hace daño que duele, esto debido a que siempre anida un goce que limita con el dolor, de ahí su persistencia. Por tanto, no es solo una forma de sentido sino una formación de goce.

El goce del síntoma 

Esta formación de goce o goce propiamente tal, refiere a la tendencia del sujeto a hacer su propio mal, es algo que va en contra de la vida. El síntoma es el punto en que el sujeto alcanza y repite este goce misterioso, en cuanto se sitúa más allá del principio de placer, no así, el placer por su parte como una experiencia de satisfacción moderada y equilibrada, es decir, goce no es placer. El goce conlleva una experiencia pulsional que denota cierta tensión, una excitación que rompe el equilibrio.

Placer y goce

Asimismo, tanto el placer como el goce conllevan una satisfacción; el placer, en su moderación anula las tensiones; y el goce, implica tensiones, la excitación, un exceso. Este último, siempre involucra una cuota de sufrimiento y desorden perturbando así el equilibrio, cuando ésta satisfacción alcanza su máximo, coincide con el punto de anulación del sujeto, tal como se mencionó previamente, una pulsión que va en contra de la vida. De igual forma, toda experiencia de placer es, de modo diverso, goce más allá del principio de placer, es más, existen dos tipos de goce uno en el que prevalece el aspecto destructivo y otro el aspecto de satisfacción, por lo cual, solo se puede obtener goce del síntoma, no placer. Lo que nos lleva a que el sujeto realmente no sufre el síntoma, está pegado activamente a él por ser justamente un lugar de goce, este apego al síntoma no es a pesar que el síntoma lo haga sufrir, sino justamente, porque lo hace sufrir, es por ello que el síntoma es eso que divide al sujeto.

Síntoma y demanda

De esta manera, en fases preliminares a la entrevista y del momento que acude a la entrevista, lo primero que se debe hacer es buscar el síntoma del sujeto. En cuanto a la demanda, debemos preguntarnos ¿Qué hace, realmente, síntoma para este sujeto? ¿Qué opera como factor de división? ¿Qué huye al control de la consciencia?, esto debido a que desde el síntoma nace la demanda imaginaria. Esta consiste en una demanda de ayuda, de comprensión, de ser escuchado, de no estar solo e imaginaria porque sitúa al terapeuta (Otro) en una posición de saber, a través del cual puede curar al sujeto. Se apoya en la transferencia imaginaria donde el Otro tiene la solución, y el sujeto se confía de este.

Las dos puertas de la demanda

Por ende, en las entrevistas preliminares hay que hacer que de la demanda imaginaria se pase a la demanda simbólica. Estas son las dos puertas que refieren a distintas partes de la demanda. En un primer momento, el sujeto se encuentra en un estado de sufrimiento, por el cual llega al analista depositando sus lamentos y la creencia de que éste posee el saber necesario para curarlo. Esta parte de la demanda se condice con una demanda de ayuda, de curación, de terapia. En este escenario, se va elaborando o preparando preliminarmente un espacio para que de lo imaginario surja lo simbólico, aquello que viene siendo de naturaleza inconsciente y que se condice con una demanda de análisis, de saber. Entonces, mientras que en la demanda imaginaria (primera puerta) se encuentra una petición de ayuda, en la demanda simbólica (segunda puerta) hay una petición de saber, incluso si esa verdad conlleva a un peor estado.

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