Autismo y la función ejecutiva

Autismo y la función ejecutiva

Se estima que en todo el mundo 1 de cada 700 a 1000 personas presenta alguna modalidad del síndrome del autismo (Asociación internacional del autismo en Europa, 2010). Y sin embargo aquí en nuestro país, el tema es relativamente poco conocido, no se cuentan con suficientes instituciones en todo el país para atender de manera integral a estas personas y sobretodo existe un halo de tabúes que envuelven y estereotipan el tema.

El síndrome del autismo se caracteriza por una triada de sintomatología, la cual consiste en: alteración en las relaciones sociales, alteración en la comunicación verbal y no verbal y poco o ningún interés en demás actividades o comportamientos. Estas pueden ir acompañadas de otros síntomas, como la conducta repetitiva o la falta de juego de ficción, sin embargo esto ya depende de muchos factores y en cómo cada caso se ha desarrollado de manera específica.

Las causas del autismo no han sido determinadas con certeza sin embargo en base a diversos estudios e investigaciones se ha podido plantear tres ejes neurales principales que presentan disfunciones en este trastorno: “el lóbulo temporal y el sistema límbico (Bachevalier, 1994; Bauman y Kemper, 1985); el córtex frontal y el estriado (Damasio y Maurer, 1978); y el cerebelo y el tronco encefálico (Bauman y Kemper,1985; Courchesne y cols..,1988)” (James Russell, 1999, p.25 y 26), aunque se sabe que también influyen factores genéticos, así como posibles alteraciones durante el embarazo entre otras cosas.

En este ensayo lo que me propongo plantear es si es posible dirigir las funciones ejecutivas que regularmente se ven afectadas en niños autistas, valiéndose del aprovechamiento de sus conductas y características para lograr que puedan llevar una vida más inmersa y productiva en la sociedad, aunque cabe aclarar que esto ha de ser posible de preferencia en personas cuya condición mental  (en términos de retraso) no ha sido afectada por el autismo, que es desgraciadamente en la minoría de los casos.

Hill Hell (2004) señala que las funciones ejecutivas deben ser analizadas desde varias perspectivas y que igualmente importante es analizar el correlato neuroanatomico que acompaña estas alteraciones. Para este ensayo voy a referir diversos experimentos involucrados con las acciones ejecutivas en el autista y posteriormente hare la integración de todas estas.

Evidencias  y conclusiones experimentales:

Examen de la coherencia central en el autismo, el trastorno por déficit de atención / hiperactividad, y el desarrollo típico con una tarea lingüística. Se realizaron tres experimentos con 176 personas, la mitad de las cuales padecía autismo, mediante el análisis para una coherencia requerida en las terminaciones globales de oraciones, se observo las diferencias entre el grupo control y el autista. Se concluyo que las personas en general presentan diferencias cognitivas a la hora de interpretar y dar coherencia a las tareas lingüísticas, sin embargo esto no necesariamente depende si padece autismo o no, y más bien está relacionado con su nivel de coeficiente intelectual, aunque si se demostró que más de la mitad de las personas con autismo presentaron una debilidad para interpretar lo que se les pedía.

¿Cómo planifican sus movimientos las personas con autismo? Se realizaron dos experimentos con un grupo control y uno autista, se les pidió que realizaran distintos movimientos, algunos improvisados, y otros con previa planificación y dirección. Se mostró que las personas sin autismo varían en las posiciones previas al movimiento, así como en su tiempo de reacción, mientras que las personas con autismo demostraron una planeación estereotipada y calculada con anticipación, así como un tiempo de reacción similar.

La atención sostenida en los niños con autismo. Se realizo una prueba de rendimiento continuo de la atención sostenida en niños con y sin autismo, mediante la realización de actividades impuestas y se observó que la distracción que mostraron los niños con autismo en la realización de dichas actividades se debía tal vez al retraso en el desarrollo que presentan o a la falta de motivación, pero no a una deficiencia primaria en la capacidad para mantener la atención, puesto que estos niños son altamente concentrados en actividades de su elección.

Los niños con trastornos del espectro autista tienen "la materia prima de trabajo" para la percepción del tiempo. Se realizó un experimento en doce niños control, y doce niños con autismo que realizaron cuatro tareas de bisección temporal que se adaptaron a la población, dos cortos y dos de larga duración, se observó que los niños con autismo no presentan problemas en la percepción del tiempo.

La evidencia de un déficit en el aprendizaje de procedimiento en niños y adolescentes con autismo: implicaciones para la contribución del cerebelo. Se realizó un experimento en 11 niños control y 11 con autismo con Coeficiente intelectual parecido, en el tenían que realizar pruebas de juicio de intervalo de tiempo explícitos y de aprendizaje procedimental. No se encontraron diferencias en los juicios de tiempo, sin embargo si se mostró una mayor dificultad en el desarrollo de las actividades de aprendizaje procedimental en niños con autismo, estas diferencias pueden ser secundarias a las alteraciones en los circuitos fronto-cerebelosos que presentan los niños con autismo.

Discusión de los experimentos. Como se ha podido observar, las funciones ejecutivas en los niños se ven afectadas debido al espectro autista, sin embargo esto no es definitivo ni contundente en todos los casos, en algunas cosas como en la percepción del tiempo, el desempeño es casi indiferenciado y en otras si se demuestran diferencias, aquí es importante señalar que por desgracia los experimentos han sido realizados con pequeñas muestras de la población y aunque interesantes, los resultados no pueden tomarse como una prueba fehaciente aplicable en todos los casos, lo que nos lleva al comienzo de todo esto que es la etiología del trastorno autista, en el marco referencial cite que actualmente hay tres líneas de investigación que sugieren los posibles orígenes de esta enfermedad, y es aquí en donde creo yo deben ir las bases para una terapia integrativa, que sea sustentada en un marco referencial biológico y social, sin embargo el principal inconveniente que hay es que estos estudios (los biológicos) muchas de las veces no pueden realizarse en pacientes vivos e inclusive en niños, por ser de carácter invasivo o perjudicial, solo quedaría basarnos en la observación de la sintomatología y establecer en base a los conocimientos existentes de la neuroanatomía y sus funciones que áreas del cerebro están más afectadas en cada caso en particular.

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