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Cambios Físicos Y Psíquicos En La Adolescencia


Enviado por   •  28 de Julio de 2011  •  3.791 Palabras (16 Páginas)  •  2.121 Visitas

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Cambios Físicos y Psíquicos en la adolescencia

Introducción

El trabajo que a continuación se presenta trata sobre los cambios físicos y emocionales de la adolescencia, como es conocimientos de todos en esta etapa sabemos que el púber o adolescente manifiesta cambios físicos muy notorios que muchas veces los hacen sentirse incómodos o se sienten en otro mundo y manifiestan su vergüenza a través de cambios emocionales manifestados a través de su conducta.

Muchas veces vemos a l adolescente como un ser rebelde es la etapa que quizá los padres podrían llamar la más difícil de toda la vida de sus hijos, pero debemos esforzarnos como padres y maestros por conocer verdaderamente a los adolescentes, es necesario saber cuáles son sus gustos, como ayudarlos a controlar sus emociones y enseñarles a no tener pena de los cambios que se puedan presentar.

Progresos y Pseudo progresos

En algunas ocasiones se dan unos pseudo progresos con los que el chico puede evitar el sufrimiento mental que le ocasionan sus dudas y tensiones emocionales o sea que pasa a la acción y se presenta ante todos como si para él no hubiera secretos.

Entre las tendencias a la progresión del comportamiento o actuación de un chico podemos mencionar las positivas y las negativas.

Tendencias Positivas:

Son aquellas tendencias progresivas que pueden poner a prueba capacidades e iniciativas sin escapar a las capacidades reales, estas pueden darse en el campo de trabajo, del deporte o de las ideas.

Tendencias Negativas:

Son aquellas actuaciones que buscan éxitos aparentes para evitar la duda y los temores. Aquí hay una apariencia de progreso pero también una carga de violencia y de agresividad que las vuelve peligrosas y las deja en pura apariencia sin que ayuden al progreso del adolescente.

Uno de los principales problemas que J.M. Tanner observó en 1,962 proviene del adelanto de la pubertad en Occidente, es la anticipación de la edad biológica de la reproducción.

Cambios Físicos y Psíquicos

Un cuerpo que se está formando no se puede ocultar ya que los cambios como contornos indefinidos, las imperfecciones físicas desazonan al joven púber que se encuentra preocupado por el mundo de las apariencias.

El chico, expuesto a la crítica del entorno

El chico cae y bajo la mirada crítica de tres estamentos distintos, cuyo juicio le preocupa estos son la familia, los compañeros y las chicas.

Las observaciones e indicaciones de los padres son producto en algunas ocasiones de su misma ansiedad, de sus inseguridades que el hijo en su etapa de crecimiento despierta.

La pubertad es un período conflictivo y contradictorio. Los cambios físicos que tienen lugar en esa época suelen ir acompañados de un sentimiento de ansiedad e inseguridad ante lo desconocido.

El grupo es el medio habitual en el que el púber busca la seguridad y la comprensión que a veces le faltan en el círculo familia.

El púber ante el grupo

La vivencia compartida de sus transformaciones físicas le hace sentirse como un ser “normal” y le brinda la oportunidad de comparar su propio desarrollo con el de los restantes integrantes del grupo.

Entre amigos o compañeros hay que contar con un factor, la competencia como moneda corriente en una sociedad que la tiene por norma de vida. Los jóvenes buscan un líder que reúna las características físicas que ellos desean también para sí, y al que procuran seguir e imitar.

El deporte es una excelente vía de socialización del afán de competición y de la agresividad, pero no basta.

Los púberes no soportan el aleccionamiento paternalista o la amonestación, que tanto irritan a esa edad, sino que, por el contrario, necesitan la vivencia compartida de sus cambios, el caudal de indicaciones y de información necesaria para perseverar en su propio discurrir vital.

El temor ante el otro sexo

Tener un cuerpo agradable para las jóvenes es una necesidad del muchacho. En cambio las jovencitas sienten preocupación por toda su persona en general, principalmente sobre el rostro. Aunque en algunas ocasiones esta preocupación llega hasta otras partes del cuerpo como la nariz, espalda y bíceps.

Los varones se sienten superiores ante las jovencitas por el hecho de ser varones. Pretenden demostrarlo con exhibiciones de sus cualidades como por ejemplo: darse aires de importancia cuando camina, utilizar adornos, insignias, cierto tipo de prendas de vestir.

Las jóvenes púberes: dependencia del medio social

Cuando las muchachas llegan a la pubertad se vuelven más retraídas en su convivencia familiar. Se encierran en su cuarto donde pasan horas escuchando música o leyendo. Se pierde la comunicación con el resto de la familia, en cambio con sus amigos y amigas se vuelven más extrovertidas. Ellos se convierten en su centro de confidencias y secretos al mismo tiempo que allí inician sus primeras experiencias amorosas. A esta edad la jovencita comienza a preocuparse por la belleza de su rostro y por que su cuerpo se vea bien proporcionado. El sentirse bella y admirada por los chicos autoafirma su personalidad ante los jóvenes.

Las muchachas púberes tienen problemas distintos con su cuerpo, estos están ligados a cambios específicos que les son propios, y a unas expectativas socioculturales que marcan grandes diferencias entre los dos sexos.

Relación madre e hija

En esta etapa la jovencita entra en conflicto con su madre ya en calidad de mujer.

Al comienzo de la pubertad a las jovencitas les empiezan a aparecer los senos, por tal razón crea en la joven un punto de tensión. La presencia de ellos provoca temores de índole estético y de vergüenza.

Las mil posturas ensayadas por muchas chicas para esconder el pecho nos dice a menudo que es la madre quien tolera mal este signo externo de sexualidad en su hija posiblemente por que ella tiene la suya reprimida y no se atreve a confesarlo, ve en su hija a una rival, a una mujer en desarrollo con la que teme y necesita competir.

Aunque nadie le haya dicho la joven presiente este sentimiento y experimentará la culpa de ese signo externo de feminidad como la causa de la inseguridad que siente su madre.

Aunque la madre no sea la transmisora de dicha rivalidad, la joven

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