Cuna de reflexiones, sensaciones y sentimientos

Cuna de reflexiones, sensaciones y sentimientos

Es increíble pensar todas las sensaciones y emociones que solo una calle puede transmitir, la séptima es un extenso corredor que miles de personas recorren a diario, estudiantes, personas habitantes de calle, escritores, poetas, bohemios, políticos, historiadores, famosos, civiles, vendedores, y toda clase de personas que uno se pueda imaginar.[pic 1]

Hace tiempo no iba a visitar uno de los sectores con más memoria bogotana en la ciudad, el pasado lunes tuve la oportunidad de remembrar gratos momentos que viví por esta importante vía de la capital, que en sus inicios por el sur (Plaza de Bolívar) es peatonal, pero luego casi llegando a la calle 19 la mezcla vehicular, peatonal y ciclista comienza a hacer presencia. Centenares de festivales, marchas y eventos se han ejecutado sobre la Séptima, y con ellos se llevan miles de emociones y sonrisas, así como la marcha zombie ¡yo asistí a una de ellas en el 2016![pic 2][pic 3][pic 4]

Porque la Séptima es así, un lugar para compartir con amigos, un lugar dispuesto y presto para magnitud de ocasiones que hasta uno se puede llegar a sorprender, pero bueno, yo les quería contar sobre la oportunidad que tuve para volver a recorrer estas calles, en mi caminar del Colpatria hacia al sur, noté que aun siendo las 7:00pm, sobre las calles centenares de personas se encontraban dispuestas a tomar un café, conversar entre amigos, listas para su primera cita, o quizás para hablar de negocios; y hablando de negocios que sorpresa la que tuve cuando vi a un vendedor ambulante rematando libros a $1000 pesos ¿a cómo? ¡A $1000!

Mientras mis pies me conducían al final de mi ruta, mis ojos no pasaban por alto lo interesante que era el Septimazo, lleno de música, risas, comida y canelazo para el frío, porque a pesar de que no había llovido era una noche helada. Hablé junto con un compañero a un policía para que nos comentara un poco sobre la inseguridad de las calles y cuáles eran las nuevas modalidades de robo, nos dijo que últimamente los delincuentes distraen a las personas con una aparente venta de rosas, mientras uno les pone cuidado, otro delincuente aprovecha la situación y a sus espaldas va sacando lo que pueda de la maleta, quedé sorprendida, pero no tanto, al escuchar el ingenio de estos vándalos y ¡vaya asombro que me calentó hasta los huesos! Más adelante casi llegando al Museo del Oro intentaron utilizar esta modalidad contra mí, por suerte caminaba al lado de un compañero que me defendió y alejó a estos presuntos amigos de lo ajeno.

Qué tendrá la Séptima que la hace tan interesante… Su olor no es tan agradable, en estos momentos es un martirio caminar sobre ella, pues la están arreglando y solo hay dos pequeños senderos por donde miles de personas se amontonan para poder pasar ¿serán sus luces? Tal vez su infraestructura ¿la montonera nos llama? O su folclore e historia arrastran nuestras raíces… Definitivamente como cualquier mercado de pueblo, las ventas (ropa, música, droga, comida, artesanías y sonrisas).[pic 5]

Finalizando este recorrido en la Plaza de Bolívar, me encontré a un nuevo grupo de reservistas marchando como buenos caballeros de la noche, que a pesar de los fuertes vientos no perdían su paso.

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