Débora Robledo Gerena Dimensiones Éticas

Débora Robledo Gerena

Dimensiones Éticas  

Universidad Interamericana de Aguadilla

21 de junio de 2017

Necrofilia

Como todo en la vida las tendencias van cambiando, y ese ha sido el caso en cuanto a realizar actos sexuales. Muchos de los actos sexuales que se realizan son aceptados en la sociedad mientras que otros, como la necrofilia, se ven fuera de lo normal y por lo tanto no son aceptados. De primera instancia podemos pensar: en qué cabeza cabe realizar un acto tan morboso como este, pero la realidad es que, sin duda alguna, los necrófilos tienen serios problemas mentales y psicológicos; aun así, podemos mirar más allá, lo más probable han atravesado por situaciones que los han llevado a cometer estos actos, han quedado trastornados por ciertas cosas y en base a eso han logrado que la persona cometiera esas acciones. Según la Real Academia Española (RAE), la necrofilia, es la atracción por la muerte o de alguno de sus aspectos. También, se define el término como “perversión sexual de quien trata de obtener el placer erótico con cadáveres”. Claramente, es una situación que afecta la ética sexual ya que para realizar un acto sexual debe ser consentid por ambas personas, y en este caso una de ellas está muerta, es un cadáver que no tiene potestad sobre sí, es una falta de respeto al cuerpo inerte. Distintos profesionales han contribuido para descubrir las causas de esta aterradora situación que atraviesa todo el mundo. Existen estadísticas sobre la necrofilia sobre las edades y el sexo de los victimarios y el sexo de los cadáveres.

        En esta ocasión citaré el estudio de Jonathan P. Rosman, y Phillip J. Resnick, Sexual Attraction to Corpses: A Psychiatric Review of Necrophilia (1989), ya que expone estadísticas de 122 casos de necrofilia. De los casos analizados, de 68 necrófilos el rango de edad fue de 16-65, de 115 necrófilos el 95% fueron hombres (109) y el 5% mujeres (6) y el sexo de los cadáveres fue a base de una muestra de 91, el 85% (77) utilizó cuerpos del sexo opuesto, 10% (9) utilizó cuerpos del mismo sexo y el 5% (5) utilizó cuerpos de ambos sexos. Rosman y Resnick clasificaron dos grandes grupos de necrofilias: la Necrofilia autentica y la Pseudo-necrofiilia. Indicaron que las personas que realizaron los actos obtuvieron los cadáveres por su trabajo, tales como trabajadores en cementerios, morgues y funerarias. Como trabajadores en cementerios, trabajadores en morgues o trabajadores en funerarias. También, otros victimarios, lograron posesión de cadáveres mediante asesinatos.

Otros profesionales como Martin P. Kafka y Mark Griffiths utilizaron como referencia el trabajo de Rosman y Resnick para sus propios análisis. Kafka indica que la necrofilia es una parafilia muy peligrosa, aunque por consecuencia de la falta información del tema no se lograra crear una concientización acerca de la necrofilia. De igual forma, Martin P. Kafka presenta que la necrofilia puede estar acompañada de actos sádicos y motivación sexual relacionada a la muerte. En la otra mano, Griffiths definió necrofilia como el acto en que una persona obtiene gratificación sexual de ver o tener contacto con un cadáver. También, Mark Griffiths indicó que dada la rareza de la necrofilia, existe poca evidencia empírica.

Todos los países tienen leyes diferentes, entre ellas también tienen sus propias leyes matrimoniales, en muchos países occidentales con influencia cristiana no aceptan la poligamia, pero en muchos otros lugares es algo totalmente normal. En base a esto considerar que la necrofilia es un problema en la ética sexual que puede llegar a ser relativo. Solo los estados de Hawái, Rhode Island, Arizona y Georgia utilizan la palabra “necrofilia” explícitamente en sus leyes, según al artículo de John Troyer en Mortality (2008). Además, nueve estados, incluyendo Nuevo México y Wisconsin, no cuentan con leyes en contra de este tipo de acto. Mientras que en los demás estados se puede incluir o no incluir la necrofilia en leyes acerca de actos sexuales inadecuados.

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