Descubrimiento del inconsciente de Freud

INTRODUCCION

No fue sino con Darwin que el hombre dejo de sentirse una especie única y acepto venir de antepasados homínidos, antes que el Copérnico nos había enseñado que no éramos el centro del universo, pero no fue sino con Freud que nuestro narcisismo sufrió el golpe más grande de todos, aceptar que no somos por entero dueños de nuestros propios actos.

Desde sus primeros trabajos ya Freud hacia una referencia alusiva a aquello que está en el hombre y que lo vive sin que por ello sea el hombre capaz de reconocerlo muchas veces, eso que nos gobierna en nuestra propia casa y que aunque ya existía antes que Freud al igual que la América antes de Colon, no fue sino con el que pudo constatarse como un objeto de estudio para la ciencia, la cual también fundo y que hoy conocemos como psicoanálisis.

Freud extrajo este fenómeno que hasta entonces solo había pertenecido al romanticismo alemán, a la filosofía y a los visionarios poetas, para darle un lugar en la medicina y en especial toda aquella  a la que le concierne las enfermedades mentales. Fue por esto que Freud intento buscarle una cabida a su teoría dentro de la neurología y la psiquiatría, la primera la abandonaría debido a la virtualidad que implicaban sus concepciones a la segunda la enriquecería gracias  a todas sus observaciones y descubrimientos en la comprensión de la psique por lo que sus aportes han sido en los más variados  campos de la acción humana.

En el siguiente texto abordaremos todo lo que atañe a lo inconsciente, desplegando nuestro análisis precisamente en un texto con el mismo nombre, identificaremos que aspectos descriptivos pueden darse de él y como es su funcionalidad y dinamismo en relación al resto de la psique y las demás instancias. Teniendo en cuenta que es a partir de este concepto que se construye toda la obra psicoanalítica freudiana y posterior a su fundador.

ANALISIS

El texto comienza con la justificación de Freud acerca del inconsciente, en esta parte aborda el tema de la necesidad de su existencia como recurso innegable para la comprensión de la conducta humana, que no es siempre lógica o racional y que muchas veces queda corta de explicación a través de una psicología descriptiva de la consciencia como hasta entonces se había planteado por la escuela de Wundt por ejemplo.

Hace una generalización de su existencia a toda la esfera humana, no reduciéndolo de ese modo solo a los enfermos, ya que en distintos fenómenos de la vida cotidiana podía evidenciarse su influencia, es así como aparece también en personas normales a través de lapsus, actos fallidos, los sueños o el chiste pero que encuentra quizá su más alta expresión a través de la complejidad del síntoma. Del mismo modo en las ocurrencias o ideas cuyo origen desconocemos se percibe un rastro de eso que se escapa de nuestras palabras, la existencia del inconsciente implica muchas exigencias explicativas ya que este está relacionado con procesos mentales hasta esos momentos desconocidos, y cuya elaboración y trabajo se ignoraban por completo.

Freud surge aquí como un guía  hacia ese nuevo mundo abismal que habita en cada quién o más bien que sin saber cómo habitamos y se siente en la misión de darle un sentido y un lugar mucho más objetivo con ayuda de su magnífico desglosamiento y sistematización de su teorización sobre él, Freud encuentra en la coherencia de su justificación, con la observación directa y la práctica clínica  un apoyo en el que se puede comprobar la eficacia de su actividad por medio de la cual se influye de algún modo en el curso de actividades que han de conducirse sobre el curso de procesos conscientes, una prueba irrebatible de la veracidad de sus hipótesis.

La existencia de una memoria en la que se guardan sustratos de eventos que se escapan a nuestra consciencia es decir que no están en todo momento a sus expensas y que resultan pretéritos y difusos al intentar recordarlos es otro de los argumentos de Freud para argüir a la existencia del inconsciente. Pero esto es solo alusivo su explicación mucho más detallada es en el campo de la tópica bajo la premisa de que resulta incompresible la negación de nuestro inconsciente ante la existencia de recuerdos latentes, que para Freud no encontraría su explicación en el materialismo corpóreo que implicaba aceptar que todos estos fenómenos se llevaban a cabo en las neuronas o en los tejidos nerviosos, pero que Freud constato no era posible encontrar en un espacio neurológico por más que fuese el sistema nervioso y más específico el cerebro los órganos que más involucraban una tentativa de explicar la conducta humana. Ante la ruptura con cualquier paradigma psicofísico, y la sobrevalorización exagerada de un constitucionalismo físico, se abre paso Freud a detallar más lo que serían los aspecto cualitativos de su teoría tópica y los sesgos de esta que implican el surgimiento de una teoría dinámica y económica para complementar sus premisas erigidas hasta entonces.

A continuación Freud explica la multiplicidad del sentido que requiere la esencialidad de lo inconsciente, desde el punto de vista funcional, sistemático y descriptivo, así primero establece un conjunto de cualidades en común que comparten fenómenos psíquicos que tienen múltiples características de lo que resulta como propio del inconsciente, así lo inconsciente comprendería por un lado a los actos latentes y temporalmente inconscientes y por otro, procesos tales como los reprimidos. De ese modo se utiliza este adjetivo para describir a todo proceso que no se encuentre en el campo actual de la consciencia y esto más en un sentido descriptivo que tópico es decir sin hacer una discriminación entre los contenidos preconscientes e inconscientes.

En un sentido tópico sabemos a modo de metáfora que es la parte del iceberg cubierta por el océano, la parte más profundo de nuestra psique y en la que habitan contenidos reprimidos por acción de la represión y la censura que por repulsa implican su naturaleza intolerable la mayoría de veces.

Sus contenidos son representaciones de las pulsiones y dichos contenidos se rigen por los mecanismos específicos del proceso primario, especialmente la condensación y el desplazamiento, leyes de la psique que había inscrito Freud desde su obra La interpretación de los sueños.  Estos contenidos se encuentran altamente cargados de energía pulsional y buscan retornar a la consciencia y a la motilidad, pero esto solo lo consigue pasando la barrera de la censura que se alza entre los niveles superiores, la primera de estas surge entre el inconsciente y sistema preconsciente, para llegar a este ultimo la censura lleva a cabo un proceso de deformación en la que ya no aparece el contenido en su forma más prístina pero sin determinado por un objeto o idea asociada al mismo, tal y como podemos ver como ocurre con las palabras en los sueños o como lo muestra Freud al final del texto con el ejemplo del caso de esquizofrenia expuesto por Tausk.

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