EL MAGO SIN MAGIA, Cap. 3 Algunas Reflexiones Teóricas

EL MAGO SIN MAGIA, Cap. 3 Algunas Reflexiones Teóricas

Antonio del Río Guerrero

     En el tercer capítulo de su libro, Mara Selvini Palazzoli, señala cómo ha sido la actividad e intervención de los psicólogos educacionales, en la Italia de los años 70’s y 80’s. Esta intervención ha sido determinada de manera rígida según las demandas y necesidades de directivos, docentes y padres, las cuales están centradas de manera casi exclusiva en que exista un clima que permita al docente hacer su clase. En función de esto se intenta identificar cuáles son los elementos disruptivos que “poseen” los estudiantes, para ser derivados y tratados, desde la visión de la patología intrapsíquica individual. Sin embargo, plantea que en su investigación e intervención, se comienza a implementar una visión sistémica para identificar las problemáticas que se viven al interior de la escuela. Esto quiere decir que se pasa desde una visión de la problemática individual, donde hay un sujeto “enfermo” que posee una psique “enferma” y en donde radicarían las dificultades que perturban a la clase, a una visión sistémica relacional, con las características propias que derivan de las teorías sistémicas, es decir, el alumno inadaptado, no es más que la expresión directa (síntoma) de un sistema disfuncional.

     Además se describen que los distintos actores de la comunidad educativa, tienden a solicitar cambios de tipo 1, donde sólo existe un cambio puntual que permite que el sistema permanezca estático, en vez de apuntar a cambios de tipo 2 dónde todo el sistema cambia para dar origen a un sistema funcional adaptativo para todos.

     En este contexto sistémico se establece que: es necesario identificar posibles alianzas y coaliciones resistentes al cambio, se puntualizará el subsistema a intervenir y se evitará principios absolutistas y que la intervención del psicólogo tendría un objetivo limitado.

     Por último señala que a los distintos miembros de su equipo les habría tocado, en mayor o menor medida, interactuar en la escuela en tres contextos: evaluativo-judicial, terapéutico y asesoramiento pedagógico. Los cuáles alejan al psicólogo de la posibilidad de realizar intervenciones que sean de utilidad para la escuela.

     Al re-encontrarme con este documento resulta interesante darse cuenta cómo el sistema escolar chileno sigue perpetuando eternamente las prácticas desadaptativas descritas por la autora. Prácticas que no hacen más que interferir con un desempeño satisfactorio y que sólo hacen que la frustración sea el sentimiento predominante en los inicios del quehacer personal en la escuela.

     Es por esto que una vez que se conoce el funcionamiento de este sistema escolar y  al darse cuenta de que la concepción que se tiene del quehacer del psicólogo es tan pobre e inespecífica que nos permite implementar, con argumentos, prácticamente cualquier tipo de intervención que deseemos. A raíz de lo anterior, con una fuerte y marcada adhesión al modelo sistémico, he intentado, de manera casi intuitiva, poner en práctica los distintos planteamientos que Mara Selvini nos entrega en su  libro. Desde esta perspectiva ¿cómo no mirar al sistema escolar como un macrosistema, conformado por sistemas (escuelas) que a su vez son conformados por subsistemas (directivos, docentes, padres y estudiantes) que se encuentran interrelacionados de manera permanente con influencia directa y recíproca entre sí? ¿Cómo analizar al individuo fuera de su contexto, sin tomar en cuenta su historia, familia de origen, grupo/curso al que pertenece, etc.? ¿Cómo realizar una intervención sólo con el “paciente índice” que desde esta visión no es más que el síntoma que solo quiere evidenciar que el sistema no funciona de manera adaptativa? Pues no es posible.

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