“El Cisne Negro” Análisis de la película y relación con los conceptos de pre-psicosis y psicosis
Enviado por Nazarena Alonso • 5 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 2.051 Palabras (9 Páginas) • 1.718 Visitas
Instituto Superior “Nuestra Señora de la Paz” Carrera de Psicopedagogía
Cátedra: Psicopatología
Profesora: Lic. Elizabeth Nieto
“El Cisne Negro”
Análisis de la película y relación con los conceptos de pre-psicosis y psicosis.
Alumnas: Nazarena Alonso
Fiorella Menghini
Margarita Pérez F.
Curso: Tercer año.
Fecha de entrega: 14 de noviembre de 2016.
Introducción
El presente informe está destinado a mencionar algunas escenas de la película
“El cisne negro”, dirigida por Darren Aronosfky, con el fin de relacionarlas con los conceptos de pre-psicosis y psicosis, descritos por Roberto Mazzuca[1].
No obstante, primero se enunciarán ciertas nociones fundantes del psicoanálisis lacaniano. A diferencia de Freud, Lacan propone la existencia de tres registros que posibilitan, conjuntamente, el funcionamiento psíquico del sujeto. A saber: el registro imaginario, simbólico y real.
Desde la vida intrauterina2, el individuo interactúa con el medio que lo rodea, tomando “imágenes” –visuales, auditivas, sensitivas- que hace propias, es decir, que introyecta. Sin embargo, el autor plantea que el registro imaginario se funda en el estadio del espejo y refiere a cuestiones relacionadas con el Yo, la imagen de sí mismo y del otro.
Al mismo tiempo, el individuo integra una red simbólica creada por sus Otros primarios y está compuesta por todas aquellas fantasías y expectativas que se tenían sobre el primero. Este sistema de representaciones se conforma con entidades simbólicas –palabras, juicios, esquemas- que se inscriben en el psiquismo del sujeto y constituyen, entonces, el registro simbólico. Lacan expone que se origina en el lenguaje y el Gran Otro, es decir, el Nombre del Padre.
Por su parte, el registro real resulta ser el más difícil de conceptualizar. Lacan lo define como lo “imposible”, lo “prohibido”, lo que “está en relación con el goce”. Este último se entiende como la modalidad de satisfacción que no tiene medio de inscripción y aparece como pérdida. Dicho en otras palabras, lo real es todo aquello que es imposible de significar y de imaginar.
Habiendo esclarecido éstos términos, se dará inicio al análisis propiamente dicho.
Análisis
“A la luz de las perspectivas analíticas, se nos abren varios caminos a fin de comprender cómo una construcción puede producirse en un sujeto.” J. Lacan[2]
La película “El cisne negro” exhibe los avatares de la vida de Nina Sayers, una joven bailarina de danzas clásicas, que tiene la oportunidad de encabezar el clásico “Lago de los cisnes” de Tchaikovsky, debido al repentino accidente de Beth Macintyre, la protagonista de la obra hasta entonces.
A continuación, se describirán a los tres personajes más influyentes en la vida de Nina y se establecerá una correlación con la psicosis de la joven.
En el psicoanálisis clásico, Freud define la neurosis y la psicosis como estructuras psíquicas, que difieren entre sí. Sin embargo, Lacan añade que los mecanismos de formación de síntomas de la primera es la represión, mientras que de la segunda es la forclusión, es decir, la no inscripción del significante fundamental -el Nombre del Padre- en el registro simbólico.
En primer lugar, aparece su madre, Érica Sayers, una bailarina de ballet que se ve forzada a abandonar su carrera, para criar a su única hija. Érica es una madre controladora, estricta, que dirige y digita los hábitos y actividades de Nina. Entre las conductas más llamativas de la madre, se cita las siguientes: se la observa colocarle una caja musical antes de dormir y, posteriormente, arroparla, llamarla insistentemente por teléfono, vestirla, colocarle guantes en contra de su voluntad –para que no se rasque-, cortarle las uñas con violencia, decidir quién puede visitarla, pintar numerosos cuadros del rostro de Nina, colgarlos en su habitación, encerrarla, esconder el picaporte y observarla mientras duerme.
Resulta evidente que la madre parece absorber a su hija hasta sofocarla. Desde el psicoanálisis lacaniano, se la concibe como una madre fálica, cuyo deseo le asigna el lugar de objeto e impide la estructuración psíquica de su hija. Esto podría deberse a la ausencia del padre, o un Otro que cumpla la función paterna. En consecuencia, no se establece como Ley y no se prohíbe el deseo materno.
Dicho de otro modo, no hay despliegue del complejo de Edipo y el significante de la castración paterna está expulsado. Como se mencionó previamente, Lacan se refiere a éste fenómeno como el mecanismo de forclusión del Nombre del Padre.
Paralelamente, inferimos que el concepto lacaniano de fantasma podría explicar por qué la madre presiona permanentemente a Nina para que triunfe como Primera bailarina. El término fantasma se refiere a todo aquello que no pudo ser dicho, simbolizado o procesado, pero que está allí, con su peso traumático. Tal como se ha mencionado, el inminente abandono de la carrera como bailarina de su madre, y todo lo que ello representa, no sólo repercute sobre ella, sino también sobre su hija. Dicho en otras palabras, el fantasma son hechos y circunstancias dolorosas, que se intentaron sepultar, pero su huella aparece como marca en los descendientes. Esta “herencia” opera en el psiquismo de la familia, como si buscara al miembro adecuado para que aquello que quedó “olvidado”, pueda emerger. Al parecer, Nina estaría representando ese miembro.
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