El efecto de un perfume

Escuela Preparatoria Militarizada Mixta “Ángel Albino Corzo”[pic 1]

Cadete: Ricardo Chiu Magdaleno

2do semestre grupo C

Taller de Lectura y Redacción  

Profesora: Alejandra Camacho Camacho

Taller de Lectura y Redacción II

Berriozábal, Chiapas a 18 de abril del 2021

El efecto de un perfume

Todos conocemos los aromas, es un sentido fundamental donde nos ayuda a percibir todo tipo de olores. Desde lo más extravagante como el aroma de un casino y hoteles hasta lo más cotidiano como un puesto de barbacoa, el cine, o el de tu propio cuarto. Así como los colores, los aromas también se han convertido en recuerdos, momentos, experiencias que vivimos diariamente y nos van dejando una marca en nosotros. Para entenderlo mejor, nos remontaremos y conoceremos su percepción a lo largo de los años desde su origen en la Edad de Piedra en donde la palabra perfume surge, cuando los cavernícolas cremaban troncos para satisfacer a sus dioses con los aromas del humo, al cual llamaban perfumum. Después las comunidades egipcias, griegas y árabes convirtieron en todo un ritual la actividad de perfumarse. Poco a poco las fragancias fueron agarrando fama y se fue industrializando tomando inspiraciones en olores más especiales como lo fue las plantas, los minerales como el ámbar, frutas como lo es el limón, la mandarina, la toronja, etc. Ahora en nuestros tiempos, el usar perfume ya no es el simple hecho de una aceptación social, sino también moral, debido a las distintas emociones en donde nos encontremos y transmitamos, ya que hay una enorme variedad de cítricos, amargos, pesados, maderosos, que muestran cierto tipo de intenciones. Los aromas y sus efectos influyen en nuestra vida cotidiana, muchas veces incluso sin que nos demos cuenta. Influyen en ella queramos o no. Un buen sentido del olfato nos preserva de peligros como, por ejemplo, de los alimentos podridos o de las fugas de gas. Los aromas actúan contra el estrés, ayudan a relajarse o estimulan y nos aportan nueva energía. Imagínese un mundo sin olores: probablemente sería aburrido y triste. Motivos suficientes para indagar más sobre estas pequeñas maravillas.

Usar perfume es un signo de coquetería y elegancia tanto para las mujeres como para los hombres. Además, el perfume es el accesorio indispensable que le da a toda persona un toque de sensualidad y seducción. El perfume habla mucho sobre la personalidad, este puede describir si es delicada, jovial o de carácter fuerte. Todo esto a través de sus aromas que pueden ser frutales, florales, lujosos o regios, esencias que evocan recuerdos, que pueden generar sonrisas o lágrimas, remontar a ambientes especiales y hasta sentir la cercanía de una persona a la que se añora. La fragancia nos da personalidad, ya que es un elemento que nos mantendrá en la mente de aquel que pase junto a uno, al igual que genera atracción hacia uno, debido la mayoría de perfumes cuentan con feromonas que generan cierta atractivo hacia uno. Es por eso que, hay algunos olores que nos recuerdan a ciertas personas, pues es una reacción química que hace intervenir a todos los sentidos, además de ser una de las primeras impresiones al conocer o interactuar con alguna persona. De todos los productos que integran tu arsenal de belleza, el perfume probablemente posee el mayor poder transformador. El perfume mejora tu estado de ánimo y tiene un impacto en tu mente como ningún otro producto. Basta rociarte un par de veces con tu fragancia favorita para levantar el espíritu, invocar buenas memorias y obtener esa dosis extra de seguridad que necesitas para sentirte fabuloso. Pero además de tener un efecto directo sobre tus emociones, también puede influir en la forma como los demás te perciben. Y su explicación es bastante simple los olores se procesan en el sistema límbico, la parte más primitiva del cerebro, relacionada con la memoria, las emociones y algunos de los instintos y funciones de supervivencia más básicos; por eso, ciertos aromas tienen el potencial de despertar respuestas intensas y afectar las opiniones que nos formamos de nosotros mismos y de los demás. Un estudio realizado por la Smell and Taste Treatment and Research Foundation, en Chicago, encontró que cuando una mujer usa una fragancia floral especiada, los demás pueden percibirla hasta 6 kilos (12 libras) más delgada de lo que es. Según el Dr. Alan Hirsch, neurólogo, siquiatra y director de la citada institución, estas fragancias actúan como el equivalente olfativo de las líneas verticales, que visualmente afinan la silueta, en contraste con las horizontales que la ensanchan. El Dr. Hirsch añade que, aunque el cambio es solo perceptivo, pudiera conducir a una positiva modificación del estilo de vida, porque cuando se encuentran más esbeltas, suelen mostrarse a si mismas socialmente más activas, lo que a su vez nos estimula a participar en actividades más saludables, incluyendo el ejercicio. Es verdad que cada persona percibe los olores de diferente manera. Nuestras predisposiciones genéticas nos permiten distinguir matices en los olores. Condicionados por la hedónica, es decir, la evaluación individual de la calidad del aroma, a veces incluso divergen mucho entre sí. Un ejemplo: el aroma de la lavanda ofrece generalmente tranquilidad y armonía. Pero si tenemos desarrollada la hedónica, que valora la lavanda negativamente, entonces este efecto ya no se impondrá. 

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