En relacion a la discapacidad. modelos sociales
Enviado por lidiapatricia • 21 de Agosto de 2017 • Documentos de Investigación • 3.577 Palabras (15 Páginas) • 265 Visitas
En relación a la categoría DISCAPACIDAD, propongo realizar un breve recorrido histórico en el que se retrata, sintéticamente, su evolución, y se identifica y destaca como modelo al que se adscribe en esta investigación el modelo social.
Se parte de la idea que la discapacidad es una realidad humana que ha sido percibida de manera diferente en los diversos períodos históricos de la humanidad. En este proceso, se los ha estigmatizado y estereotipado, encasillando en grupos sociales a aquellos individuos que comparten determinados atributos.
En este sentido, la discapacidad es una categoría social, que a través del tiempo se fue configurando y asumiendo distintos sentidos, distintos modos de ser representada socialmente, que pueden ser estudiados y diferenciados como modelos o paradigmas que en cada época configuraron esa “manera de interpretar y de pensar nuestra realidad cotidiana; una forma de conocimiento social y, correlativamente, una actividad mental desplegada por individuos y grupos a fin de fijar su posición en relación con situaciones, acontecimientos, objetos y comunicaciones que le conciernen” (Jodelet D. , 1994,473).
Es posible advertir que, como lo señala (Sartori de Azocar, 2010), los modos como las personas se relacionan con la discapacidad está atravesado, por las experiencias que haya tenido con ella y por los modos de entenderla e interpretarla socialmente. En este sentido, se intetará realizar un breve recorrido histórico, considerando esos modos de entenderla e interpretarla, anclado en la cultura occidental.
Cuando se habla de discapacidad, se entiende que es una condición tan antigua como el cuerpo humano, pero que no siempre fue representada de la misma manera. En un primer en el modelo denominado de la prescindencia, se valoraba la fuerza física como condición fundamental para la vida y aquellas que padecían alguna limitación de esta índole, eran abandonadas a su suerte o eliminadas, recibiendo un trato ¿in-humano?; en la época de Esparta es posible encontrar muchos relatos que dan cuenta de ello, como así también en otras culturas como en Asia (Sartori de Azocar, 2010: 32 ) “se los abandonaba en el desierto y los bosques”.
Es posible advertir que fue la deficiencia aquello que puso en evidencia la existencia de un Otro diferente, a través de un cuerpo (in-completo o deforme) diferente y desconocido, etiquetándolos o estigmatizándolos como peligrosos, de allí la necesidad de abandonarlos, eliminarlos como modo de negación de su existencia, que insiste en el tiempo y en el espacio. Fue Foucault quien explora en “La hermenéutica del sujeto” como (Sartori de Azocar, 2010: 30) “los modos de subjetivación del ser humano en la cultura occidental y la sujeción identitaria que es contra la que hay que luchar en cuanto a las representaciones culturales cargadas de prejuicios y actitudes negativas ante las personas con discapacidad”
Por su parte, el proyecto borbónico de la gubernamentalidad demandaba el impulso de una política tendiente a fortalecer el aumento de la población laboralmente activa, lo cual exigía un combate sin cuartel a los dos grandes enemigos del trabajo productivo: la enfermedad y la mendicidad.
La enfermedad ya no era sólo un problema de orden moral o religioso, sino un problema de cálculo económico. La higiene pública y el estímulo a la investigación científica fueron acciones promovidas estatalmente porque se creía que con ello podría evitarse una disminución de la población laboralmente activa. La obligación del Estado era proteger sus recursos humanos y velar por el aumento de la población, por lo cual la salud pública pasa a ser objeto de una estricta regulación estatal.
Esta, entre otras condiciones, dio lugar al modelo Médico-rehabilitador, en el que las personas deben ser curadas por la ciencia y rehabilitadas para incluirlas en la sociedad.
El discurso médico hegemónico posibilitó diferenciar lo que es normal de anormal, sostenidos por instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS), maquinaria de producción de poder y dominación sobre las personas. Asimismo, posibilitó ubicar a la persona con discapacidad en la condición “diferente”[1]. Aquí el diferente es igual a inferior o enfermo, en algún sentido mostrando como “Las relaciones de poder necesitan producir y transmitir efectos de verdad que, a su vez, las reproducen…Así, la medicalización de los cuerpos se ha convertido en una de las herramientas utilizadas para el control de las personas” (Rodriguez Díaz, 2010:70-71), precisamente el conocimiebnto científico, como el de la medicina, adquiere el carácter de sagrado e incuestionable, imponiéndose sobre los saberes populares.
Es así como la categoría discapacidad se ubica en una lógica binaria -modelo cartesiano de mirar y nombrar el mundo que rige hasta nuestros días- como capaz-incapaz, lo que lleva a preguntarse ¿capacidad de qué? ¿Respecto a quién? ¿Siempre? ¿En todo?.
En la argentina “ser” discapacitado es haber transitado y entrado ¿tal vez atrapado? en los diagnósticos del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales V (DSM ), y poseer un Certificado Único de Discapacidad (CUD). Y en este punto, vale preguntarnos: ¿Cuál es la marca que “haría necesario” pasar por esa experiencia calificadora que etiqueta a la persona en su totalidad como dis-capacitado? teniendo en cuenta todo lo que implica ese pequeño prefijo “dis”[2]. Y encontramos que el hecho de poseer el CUD habilita a la persona a acceder a derechos y obtener beneficios. Con este documento, las personas con discapacidad pueden acceder a la cobertura médica total y gratuita de todo lo que involucre su discapacidad, transporte terrestre gratuito de corta y larga distancia, franquicias para comprar autos, certificado de libre tránsito y estacionamiento, y exención de patentes y demás impuestos, entre otros beneficios. Se genera un reconocimiento y garantía de derechos mediados por una categorización y reconocimiento a partir de la discapacidad, concibiendo la experticia del modelo médico como determinante.
Entonces, ¿Cómo funciona este dispositivo? Rótulos que habilitan otros (diferentes) espacios y encubren otras necesidades, por ejemplo económicas. Es decir una categorización de la diferencia que “habilita el acceso a derechos”.
En este sentido, el certificado se transforma en
… garantía de pertenencia a los pobres merecedores, contribuye a diluir el efecto legitimador del orden social que produce la generación de políticas fundadas en el reconocimiento de características altamente estigmatizadoras de un grupo focalizado, que resulta despojado de su condición de clase, es analizado por fuera de las relaciones sociales en las que es producido como tal, e invisibilizado como grupo excluido históricamente del mercado de trabajo. (Almeida, 2012:207)
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