Ensayo de Siddharta . Durante la historia han surgido ideas increíbles

Ensayo de Siddharta

Introducción

Durante la historia han surgido ideas increíbles, que no pueden pasar desapercibidas y por lo tanto se escriben. Estas ideas pueden ser del mundo real o de un mundo irreal, ambas son bien recibidas para este mundo de posibilidades.

Según cada lector, algunos libros son “buenos” y otros no tanto. Esto se debe a sus creencias y estilos de ver las cosas.

Siddharta es un libro lleno de realidades y posibilidades, pero dependerá de cada lector adoptarle lo que le es servible y lo que no del contenido.

A continuación, presentaré aspectos que me parecieron importantes de este libro y los relacionaré con algunos temas que son aplicados en la vida diaria o al menos de vez en cuando.

Desarrollo

La historia comienza con un joven llamado Siddharta, quien era respetado y admirado por su buen carácter y sabiduría. Él seguía los pasos de su padre, un brahmán.

En el fondo, Siddharta no se sentía pleno. Así que, comienza a preguntarse si realmente los sacrificios que hacía valían la pena. Para Siddharta, lo importante era conocer al propio yo, encontrarse a sí mismo y con los brahmanes no lo había logrado, ellos sabían mucho pero desconocían el interior.

Siddharta comienza a pensar en otras formas de encontrarse a sí mismo, por ello decide convertirse en un samana. Govinda, su mejor amigo, le sigue.

El padre de Siddharta no podía aceptar que su hijo se fuera, pero después de varias horas, acepta y lo deja ir. Le pide a su hijo que si encuentra lo que busca regrese para decirle y sino, que vuelva para seguir haciendo sacrificios.

La meta principal de Siddharta era quedarse vacío y sin vicios, para así, despertar los más profundo de su ser. Él no le encontraba sentido a las cosas que los demás hacían, le parecían  tontas e ignorantes.

Tres años estuvo en el bosque con los samanas y su amigo Govinda. Durante este tiempo aprendió a dominar su cuerpo; practicaba el ayuno, el sufrimiento y el vencimiento del dolor. Todo con el fin de salir de su yo (permanecer en los objetos y animales, no pensar en sí mismo), pero esto no era infinito, siempre volvía a su realidad.

Siddharta y Govinda comienzan a cuestionarse si lo que hacen realmente es lo correcto, ya que, nunca llegaban al  nirvana que significa no sentir dolor ni deseos, estar en plenitud.

Escuchan los rumores de Gotama, un budista que alcanzó el nirvana y realmente sabio. Deciden ir a buscarlo, cuando lo encuentran escuchan sus palabras. Govinda decide quedarse pero Siddartha no, pues vio que Gotama había encontrado el nirvana sin doctrina y que su doctrina no podía transmitirse con palabras.

Con la vida de Gotama, Siddharta decide encontrar la redención sin ninguna doctrina sino a partir de sí mismo.

En su transcurso no sabía a dónde ir, con su padre volvería a hacer sacrificios, además tenía miedo, se dio cuenta que sabía poco de sí mismo.

Para él, escuchar a los pensamientos y a los sentidos daría como resultado un balance.

Atraviesa un río, el barquero le hace el favor a Siddharta para que lo cruce, Siddharta no tenía con qué pagarle, pero el barquero le contesta que algún día volverá y su amistad será la recompensa.

Cuando llega a la ciudad, ve a una joven muy bonita quien se llamaba Kamala. Desde ese momento su meta era hablarle pero para eso, decide mejorar su aspecto. Se hace amigo de un barbero y lo rasuró.

Al día siguiente, se encuentra con Kamala, él le ofrece su amistad. Ella le dice que para lograrlo tiene que tener dinero y vestir elegantemente. Ella le pregunta que qué es lo que sabe hacer, él le contesta que “pensar, esperar y ayunar”. Siddharta le cuenta su historia, entonces Kamala se da cuenta de que él sabe leer y escribir, así es como le propone que trabaje para el comerciante Kamaswami.

Siddharta convence al comerciante para que le de trabajo. El comerciante se da cuenta que era muy bueno así que, comienza a confiarle más tareas. Cada vez, que Kamaswami se enojaba por una perdida, Siddharta lo escuchaba y siempre tenía paciencia.

Poco a poco Siddharta fue haciéndose de pertenencias, nunca le apasionaron los negocios, pero Kamala le daba sentido a su vida.

Con el tiempo, Siddaharta comenzó a sentir envidia por los demás, sus sentidos eran más que la reflexión. Se hizo adicto al juego.

Pero volviendo a la reflexión, se dio cuenta de que todo eso, no le daba plenitud. Decide marcharse y en su camino se topa con un río, donde se queda dormido y al despertar se encuentra con su viejo amigo Govinda. Charlaron un poco y se despidieron.

Siddharta se da cuenta de que no había sabido amar y que de ser un gran perseguidor del pensamiento y del yo, se había convertido en un hombre pecador para olvidarse de tanta obsesión por el yo, y así poderse reencontrar a sí mismo.

Al querer cruzar el río, Siddharta se encuentra con el barquero que hace muchos años lo había ayudado a cruzar por el mismo río.

Vasudeva, el barquero, escucha a Siddharta con mucha atención. Para Siddharta, el barquero era un santo, se quedó con él para aprender. Vasudeva le dice a Siddharta que el secreto está en escuchar al río y así conseguirá la paz.

Tiempo después, Siddharta como barquero, se encuentra con Kamala y un niño. Kamala había sido mordida por una serpiente, la lleva a la cabaña donde vivía con Vasudeva. Aquí la cuidaron, Kamala antes de morir le dijo que el niño era su hijo.

Siddartha trató de educar a su hijo, pero éste se negaba a vivir en un lugar así. Un día el hijo huye, Siddharta lo busca pero jamás lo encuentra.

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