¿Es hoy un buen día para morir? Suicidio y depresión

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Introducción

¿Es hoy un buen día para morir? Es lo que me pregunto por la mañana al despertarme. […] y si no es hoy, ¿Cuándo? (Niven, 2015). Quizá más de alguna persona lo haya pensado, un triste pensamiento mientras desayuna o se viste para ir a la escuela y/o el trabajo, y se da cuenta que todo lo que da sentido a su vida se ha desvanecido. No existe felicidad por haber despertado, no hay emoción al saber que su equipo ganó la final de futbol, ni satisfacción de haber aprobado ese examen o que al fin subió de puesto, no hay nada, solo un vacío, un gran y doloroso vacío. Cada día es lo mismo, la monótona rutina, una y otra vez, pareciera que no tendrá fin, despertar, comer, dormir, ¿Qué sentido tiene?

Desarrollo

A diario se lucha con los monstruos que atormentan la mente, “las etiquetas” envueltas en estigmas sociales, (depresión, suicidio, problemas mentales, etc.)

Nadie quiere hablar acerca de eso, son conversaciones incomodas, así como el sexo lo fue alguna vez. Temas tabúes, que han abandonado a miles de personas, a miles de jóvenes que necesitan de ayuda y no se les otorga.

La depresión es una enfermedad, no un estado de ánimo, cientos de personas no saben identificar y diferenciar esto, o no le toman la debida importancia. El problema radica en la carga que se hace cuando se tiene que poner una sonrisa, para evitar críticas, rechazo o burlas, también el decir “estoy bien” y no estarlo, pero no se habla porque el estigma es muy grande para que alguien lo comprenda.

La depresión no solo es tristeza, pues cambia totalmente la manera en que se percibe el mundo, existe una insatisfacción y profunda soledad, se dejan de disfrutar cosas que lograban felicidad.

Hay un sentimiento de inutilidad y culpa, falta de energía, cambio en el apetito, sentimiento de desesperanza y abandono  (Plus, 2019).

Primero por cortos periodos, dicen que ya pasara, que solo fue un mal día, padres que creen que solo es “una etapa”, o “rebeldía”, o que solo es “drama para llamar la atención”, incluso “manipulación” y que se debe ignorar todo eso. Se encargan de hacerle creer a los demás que es una exageración, que no hagan caso de las palabras o acciones, “es flojera, haz algo de provecho”, “de que estás cansado si no haces nada”, “inútil”, etc., y por último “la depresión no existe”.

Pero la depresion si existe, es tan real como la diabetes o el cáncer e igual de destructiva, una persona con depresión deja de vivir feliz, deja de disfrutar, así como la carga emocional de tener una máscara para ocultarlo, es cansancio emocional. Llega a un punto en el que se desea salir, y existen dos maneras, se busca ayuda o se recurre a la muerte, el suicidio.

Para hablar acerca del suicidio, es importante comprender que a veces va de la mano con la depresión, con los problemas mentales y que se deben dejar de lado los mitos.

Cada 40 segundos, alguien, en algún lugar del mundo. Se quita la vida. Casi 800.000 personas mueren por suicidio cada año. Y es la segunda causa de muerte entre jóvenes de 15 y 29 años, superada solo por accidentes de carretera (News, 2019).

El suicidio, a pesar de estar vinculado con desórdenes mentales (en especial la depresión y el consumo de alcohol), ocurre mientras las personas viven un momento de crisis, ya sea que tienen problemas económicos, sentimentales o alguna enfermedad crónica (News, 2019).

¿Una salida fácil a situaciones difíciles?, quizá sí, quizá no. El constante pensamiento que abruma las mentes de quienes solo desean terminar con el sufrimiento, puesto que no siempre se quiere morir, sino solo acabar con aquel tormento mental. La pesada carga que trae consigo la depresión y el persistente deseo de morir, no es fácil de asimilar, mucho menos con el estigma que estos conllevan.

De los mitos se deben conocer las verdades, eliminar aquellos prejuicios sobre el suicidio es lo primero para evitarlo y así poder erradicarlo. Una persona no siempre debe “ser fuerte” y “echarle ganas” para seguir adelante, es falso que una persona no quiera o no tenga voluntad para sobreponerse, el sufrimiento emocional no es voluntario, no es suficiente tener la fuerza de voluntad para superarlo, esto requiere de atención, por eso que el estigma social debe romperse ya.

Nadie quiere llamar la atención por hablar de suicidio, cuando alguien habla sobre suicidarse se debe tomar muy en serio.

8 de cada 10 personas que cuentan sus intenciones de suicidio a familiares o amigos, lo cometen (IMSS, 2019).

También hay que dejar de juzgar, no es correcto decidir si una persona es mala o buena por querer suicidarse, es alguien que sufre emocionalmente más de lo que puede tolerar, para esto se requiere un tratamiento (IMSS, 2019).

La depresión, el suicidio, los problemas mentales, etc., han sido olvidados y juzgados por la sociedad, personas que padecen una tristeza profunda, ansiedad, abandono, deben tener alguien que los apoye, que los escuche y no los deje solos cuando más lo necesiten.

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