Grafología

La Grafología

Del griego graphé, escritura y logos tratado. Por lo que se traduce como el tratado de la escritura.

La grafología se ocupa del estudio e interpretación de los grafismos, que son todos los símbolos dibujados o trazados a mano. El grafismo más utilizado es la letra, aunque también se usan los garabatos, números, rúbricas, dibujos y las firmas. Al analizar los grafismos podemos observar que, estos nos revelan, no solo la personalidad del autor, si no también sus emociones entre otros factores de relevancia. Esto se puede saber gracias a que el cerebro, con su funcionamiento electroquímico, es el núcleo de todo nuestro sistema nervioso, que dirige a los músculos que mueven la mano sobre el papel durante la escritura; al mismo tiempo, interactúa con los sentidos y la memoria, procesando la información. Es grafoanálisis se basa en trazos plasmados en la hoja gracias a las ordenes cerebrales que se transmiten hacia la mano.

Podríamos comparar nuestra huella digital con nuestra escritura, pero esta última con una ventaja de tener más contenido o información, ya que igual que esta no hay otra exactamente igual.

Se sabe que el grafismo evoluciona junto con el autor, revelando así sus “fases de evolución” y de su crecimiento interno.

La escritura ha sido parte fundamental de las civilizaciones.

Para los egipcios era considerada sagrada, escribir jeroglíficos era una arte y necesitaba bastante preparación.

En China y Japón, hacia el año 1000 a.C se practicaba cierto estudio grafológico, analizando el el espesor, la flexibilidad y rigidez de las líneas.

Arsitóteles y Demetrio anticiparon que la escritura revelaba el carácter y la personalidad del autor.

“Ya en 1662 Camilo de Baldo, Profesor de Filosofía de la universidad de Bolonia, editó ‘Tratado de cómo a través de una carta se conoce la naturaleza y cualidades del escritor’, la primera obra sobre esa materia”, explica la grafóloga Begoña Slocker.

Se le da el nombre de “padre de la grafología” a Hyppolyte Michón ya que en 1871 publicó su “Sistema de grafología” en donde declaraba a la grafología como una ciencia.

Se podría decir que la grafología es tan antigua como la escritura.

Para realizar un diagnóstico grafológico efectivo se debe escribir un texto espontáneo de 15-20 líneas, en una hoja de papel, sobre una superficie plana y lisa.

Los ocho aspectos que se toman en cuenta para realizar este análisis son:

• Tamaño (auto concepto)

• Orden de la página (estética, puntualidad, organización)

• Velocidad al escribir (agilidad mental y cociente intelectual)

• Presión (vitalidad y salud)

• Cohesión (comunicación, afectividad, forma de relacionarse con los demás)

• Inclinación

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