LA gran Educación y entorno social

Universidad Católica Andrés Bello – Extensión Guayana[pic 1]

Facultad de Humanidades y Educación

Escuela de Educación

Semestre II

Cátedra: Sociología de la Educación

Autor: Carlos Luzardo                                                       Profesor: Luis Hernández C.

Educación y Entorno Social

Para la sociología de la educación, el entorno social y las labores educativas son dos aspectos que no pueden estar separados. Los distintos estudios llevados a cabo por esta disciplina se complementan a su vez con otras ramas de la sociología, como la sociología de la familia y del trabajo. Así pues, es clara la evidencia que vincula de forma muy marcada a la educación con su entorno, relación en la cual se presentan también una serie de factores y consideraciones específicos según el entorno estudiado.

Partiendo de paradigmas sociológicos como el funcionalismo (Durkheim) y el de la acción (Weber), se considera a la escuela como agente regulador y transformador del entorno, respectivamente. Sin embargo, esta función no puede desarrollarse ni plantearse sin antes haber establecido las conexiones necesarias y comprender la dinámica social que rodea a cada institución educativa.

Para lograr comprender las implicaciones que tiene el entorno social en la labor educativa, es necesario tomar en cuenta el entorno físico y material. La infraestructura y las condiciones generales de los ambientes aledaños a la institución describen una situación económica característica, la cual genera retos y expectativas en la comunidad, por lo que debe adecuarse a las necesidades de la población.

Otro punto importante que se debe tomar en cuenta a la hora de estudiar la relación entre la educación y su entorno, es el contexto social y cultural en el cual se desarrolla. Cada sociedad se caracteriza por valores y pautas específicas, en las cuales se encuentran representadas las prioridades, aquello que es socialmente aceptado y, por sobre todo, lo que la sociedad espera de cada individuo. Teniendo en cuenta esta realidad, es de suma importancia considerar cada uno de estos patrones para generar una respuesta efectiva desde el ámbito educativo. Tomando el entorno social como objeto de estudio de cada institución educativa es posible aislar y analizar una inmensa cantidad de saberes cotidianos (impartidos por la familia, amigos, vecinos y demás actores sociales), en los cuales se exhiben no solo las pautas sociales, sino que permiten observar la historia, la política, los status y roles que describen a una población. Al identificar cada uno de estos conocimientos cotidianos, canalizarlos e incorporarlos al proceso de formación, la escuela puede complementar el conocimiento estructurado y científico que imparte, buscando contextualizar dichos saberes y ponerlos al servicio de la comunidad.

Es importante destacar que el término “educación” no está solamente relacionado a las instituciones educativas. También se debe considerar la formación que describe a cada individuo tras un proceso de socialización primaria (generalmente protagonizado por la familia), y más importante aún, en el caso de que los individuos de alguna sociedad en específico tiendan a tener deficiencias en este proceso. Aquí es donde se presenta otra de las muchas relaciones entre la escuela y el entorno, que en este caso se evidencia a través de la acción familiar. Por esta razón, la efectividad de los planteles educativos está vinculada a la relación familia-escuela, en la cual existe una corresponsabilidad establecida, y a través de la cual la educación puede estructurar sus métodos.

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