“LOS ADOLESCENTES EN LA PANDEMIA”
Enviado por 15100427 • 8 de Septiembre de 2021 • Apuntes • 1.973 Palabras (8 Páginas) • 100 Visitas
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“LOS ADOLESCENTES EN LA PANDEMIA”
Cambios de comportamiento[pic 5]
- Alumna:
Lechuga Gutiérrez Gabriela Miroslava
- Escuela:
INSTITUTO POLITECNICO NACIONAL[pic 6]
Centro de estudios científicos y tecnológicos No. 7
“Cuauhtémoc”
- Fecha de entrega:[pic 7]
26 / diciembre / 2020
- Modelo expositivo:
Texto argumentativo
CAMBIO DE COMPORTAMIENTO DE LOS ADOLESCENTES EN LA PANDEMIA[pic 8]
Vivimos un momento único que exige adaptarse repentinamente a muchos cambios. La situación de pandemia generada por el coronavirus COVID 19 ha afectado a la gran mayoría de la sociedad ya sea de manera laboral, social, económica, emocional o en su salud; sin embargo, hablando de consecuencias sociales los adolescentes son los más afectados en la contingencia sanitaria pues aparte de enfrentarse a cambios propios de su edad y situaciones familiares, tuvieron que adaptarse a las nuevas modalidades impuestas para evitar la propagación de la enfermedad.
Por su parte, los cambios de comportamiento provocados por el distanciamiento social y la cancelación de actividades valiosas o significativas para los adolescentes se manifiestan con una serie de reacciones emocionales impactando en su salud mental y su comportamiento. Según estudios realizados por instituciones de investigación y salud como UNICEF, la mayoría de los adolescentes se han visto perjudicados ante la situación actual. Cabe mencionar que cada persona es distinta y que dicho distanciamiento los afecta de forma directa e indirecta. Más allá de enfermarse, el bienestar social, emocional y mental en las etapas de desarrollo del adolescente se han visto impactadas por la pandemia generando múltiples cambios en su vida y manera de pensar. No poder participar en eventos sociales genera un malestar emocional en los jóvenes pues su naturaleza les exige buscar nuevas experiencias.
Los encuentros virtuales ayudan, pero no lo sustituyen totalmente. En contrapartida tienen que estar 24 horas al día, por tiempo indeterminado, con la familia, lo cual puede ser una buena experiencia, aunque no siempre las relaciones son fáciles y más bien los conflictos pueden ser fuertes.[pic 9]
Reconozco que el distanciamiento social para frenar la propagación del virus puede ser especialmente difícil para los adolescentes ya que pueden sentirse (inmersos en las etapas de desarrollo) estresados, con miedo o preocupados por retomar sus actividades, entre otros, provocan de cierta manera un cambio, en ocasiones repentino, en su comportamiento.
Durante el periodo de confinamiento, además de las medidas cotidianas para prevenir el COVID-19, el distanciamiento físico o social es una de las mejores herramientas que tenemos para evitar estar expuestos al virus y desacelerar su propagación. No obstante, tener que distanciarse físicamente de los seres queridos (como amigos, novios o novias, familiares o la comunidad religiosa) puede ser difícil. Los adolescentes también pueden tener dificultades para adaptarse a las nuevas rutinas sociales, desde optar por no asistir a encuentros presenciales hasta usar mascarillas de manera constante en público. [pic 10][pic 11]
La pandemia por el COVID 19 sin duda ha impactado a todo el mundo, todos estamos dejando de hacer actividades valiosas y significativas, sin embargo, actualmente los adolescentes (como el resto de la sociedad) se encuentran dentro de casa y se ven restringidos de uno de los aspectos fundamentales en su proceso de desarrollo que es la socialización. Del mismo modo, la interacción con sus pares es predominante y el contacto físico es un componente valioso en su vida para la construcción de su identidad e independencia, fomentando nuevas habilidades y aprendizajes. Es importante que los adultos ayuden a los adolescentes a asumir la responsabilidad personal de protegerse y proteger a sus seres queridos, dicho de otra forma, les deben brindar apoyo para que puedan conectarse con familiares y amigos en forma remota y de manera segura.
Para ellos, el no poder participar en eventos sociales como encuentros deportivos, graduaciones, fiestas o cualquier actividad que los haga interactuar socialmente “les produce malestar emocional” considerando que, explica la especialista Rosa Cornejo (psicóloga), la naturaleza de su edad evolutiva le exige a su cerebro buscar nuevas experiencias que por el momento están siendo limitadas.
Como se ha señalado, esta situación de aislamiento social como medida preventiva de la enfermedad puede ser muy complicada para los adolescentes ya que los hace sentir desconectados de sus amigos. Muchos también le hacen frente a grandes desilusiones como las cancelaciones o aplazamientos de graduaciones, bailes de graduación, temporadas deportivas, no asistir a la escuela y otras actividades planeadas por largo tiempo pueden generar malestar de diversas formas; la desconexión física puede generar la sensación de soledad asimismo como la incertidumbre de retomar sus actividades provoca fuertes estados de frustración. [pic 12]
Los cierres de las escuelas a causa del COVID-19 han llevado a los adolescentes a tener que participar de las clases desde su casa. Las plataformas y comunidades en línea se han vuelto esenciales, ya que las familias recurrieron más que nunca a las soluciones digitales para apoyar el aprendizaje de los estudiantes. Desafortunadamente, la necesidad inmediata de entornos de aprendizaje virtual puso de manifiesto la inequidad en los recursos, el acceso y la conectividad en las familias y las comunidades. Los cierres de las escuelas también significaron un cambio en la forma de acceder a servicios esenciales para el desarrollo, como terapias ocupacionales, conductuales y del habla. Esto también ha obstaculizado la continuidad en el desarrollo de los adolescentes en cuanto a las habilidades atléticas y formación práctica con posibles impactos en la educación superior y el futuro profesional. Es importante entender que la enseñanza virtual podría dificultar cada vez más el aprendizaje para los estudiantes con recursos limitados o necesidades especiales. Es más, algunos niños pueden experimentar ansiedad ante la idea de retomar las clases presenciales o virtuales. Algunos incluso pueden sufrir fatiga a causa de las videoconferencias. Las familias, escuelas y comunidades pueden unirse para encontrar soluciones a fin de garantizar que las necesidades de aprendizaje de todos los niños sean cubiertas de manera adecuada. [pic 13]
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