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La pianista, tema del masoquismo basado en la película


Enviado por   •  26 de Marzo de 2017  •  Ensayo  •  1.889 Palabras (8 Páginas)  •  177 Visitas

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LA PIANISTA

Como seres humanos, por naturaleza siempre vamos en busca del placer, de nuestro bienestar, de todo lo que nos haga sentir bien, evitando sentir dolor y sufrimiento; sin embargo, por absurdo que parezca encontramos en el mundo personas que por el contrario pueden encontrar en el dolor, un profundo placer y nosotros podríamos cuestionarnos con respecto al tipo de relaciones que esas personas mantienen, cuando continuamente experimentan situaciones de sufrimiento y dolor que sin llegar a ser situaciones de violencia, terminan siendo relaciones tormentosas en el sentido que conllevan mayor sufrimiento del placer que debiera.

En este ensayo me interesa abordar este tema del masoquismo basado en la película “La pianista” que no está muy lejos de una realidad sufrida o gozada por personas reales y no sólo en una pantalla de cine, repitiendo una y otra vez este tipo de patrón en sus relaciones. Si bien, siempre en necesario hacer un análisis individual para poder distinguir la problemática de cada persona, me parece que el concepto de masoquismo (necesidad de castigo y compulsión a la repetición), pueden darnos una perspectiva para ver este tipo de relaciones, y elecciones objetales que estas personas realizan.

Primeramente abordaremos el masoquismo desde la concepción de Freud y como fue cambiando su visión con respecto al el a partir de la incorporación de la pulsión de muerte en su teoría. En Tres ensayos de teoría sexual (1905) Freud aborda al sadismo y masoquismo como perversiones. En este texto identifica al sadismo como el componente agresivo de la pulsión sexual, el cual se ha vuelto autónomo y se ha desviado de la meta central. El masoquismo lo explica a partir del sadismo, siendo una transformación de éste: “si es lícito suponer que también sensaciones de dolor intenso provocan idéntico efecto erógeno, sobre todo cuando el dolor es aminorado o alejado por una condición concomitante, esta relación constituiría una de las raíces principales de la pulsión sadomasoquista, en cuya múltiple composición vamos penetrando así poco a poco”[1]

Retomando un poco la película antes mencionada, desde las primeras escenas podemos observar que entre Erika y su madre queda de manifiesto un estricto control sobre su hija queriéndola poseer por completo, devorándola sin darle opción de lugar para un tercero. Erika está en esa cómoda posición de ser poseída por la madre que la reduce por un lado a mandar y por otro a obedecer. Ella como sujeto deseante se encuentra atrapada, obedeciendo a su madre y haciendo obedecer a sus alumnos, pero en algunos momentos aparece una vía alterna que le permite hacer una pausa en éste movimiento que singulariza su vida, escapar del yugo materno que le prohíbe vivir, sólo que la salida que construye no es muy afortunada. En esa pausa aparece su interés por la relación con el otro a través de las relaciones sexuales. Existen algunos rasgos que al inicio de la película me hacen pensar en una estructura perversa, el vouyerismo irrumpe en las salas de cine porno y en el autocinema, donde algunos novios van a tener relaciones sexuales, sin embargo, la excitación de Erika no la conduce a un orgasmo, a disfrutar, aún y cuando sea como espectadora del placer de otros, pareciera que su placer es otro, aquello que Lacan llamó goce, y que es más cercano al sufrimiento. Se orina, y al hacerlo los novios interrumpen su acto placentero, pareciera que Erika dijera, eso quieres, eso te quito, sobre eso me meo o me vomito, esto último recordando la escena con Walter cuando intentando hacer algo placentero se transforma en lo contrario, y eso la lleva nuevamente al distanciamiento, a ese rasgo de impenetrable, no aparece ningún signo de excitación cuando tiene la única relación sexual con Walter. ¿ Qué es lo placentero para Erika?. Desde sus primeros trabajos, Freud nos señala la importancia del primer objeto satisfacción en el ser humano, que también se constituye en el primer objeto hostil, así como el único poder auxiliador, de la relación con éste primer objeto, el ser humano aprende a discernir, además, que de éste mismo objeto a través de la acción específica se recibió una carga erótica que dejó huellas (función materna dice Lacan), huellas que posteriormente el sujeto representará para intentar repetir la vivencia de satisfacción. De la relación con éste primer objeto quedan rasgos, ¿ Qué es un rasgo? Una primer respuesta, lo que queda del otro, eso que configura aquello que llamamos el ideal del yo. Pensando en Erika, pareciera que existe un rasgo (elemento del objeto dice Lacan) que pasa de madre a hija sin sufrir alteración, hablando analíticamente, sin cuestionarse, un rasgo que la desliza hacia el terreno del goce. La madre no le permite disfrutar, como ella misma no disfrutó de un hombre. Cuando aparece algo del deseo de Erika, como un vestido, inmediatamente su madre lo destruye, materialmente, lo rompe, y con las palabras critica su gusto por ciertas prendas. No le permite disfrutar. Ése rasgo, respecto a la relación con el Otro, se constituye en su modo de relacionarse, que se materializa a través del discurso y que ha dejado huella en Erika, porque tampoco consciente que alguien pueda disfrutar un deseo. Pensando en su alumna, sabiendo que tocar el piano es lo más importante para ella, le destruye las manos, al mismo tiempo, le abre la puerta a Walter para acercarlo a los límites de lo placentero, pero justo antes de conseguirlo, como con su alumna, decide que eso tiene que interrumpirse, habíamos dicho que existen algunos elementos que nos hacían pensar en una estructura perversa, sin embargo, respecto a la perversión cabe recordar, que uno de los rasgos distintivos es convertirse en el instrumento del goce del otro, sabedor del goce del otro lo lleva a . Y ahí los tiene, a sus pies, para hacerlos sufrir, su alumna, ya lo padece, con las manos cortadas. Y ¿Walter?, Walter descubre una fascinación en él por esta maestra, con su excitación, esta dispuesto a hacer lo que sea para conseguir su amor pero justo en ése momento, en el que el perverso llevaría al goce sin miramientos, aparece la fantasía sexual de Erika. Como cualquier otro romántico, lo quiere hacer por escrito, dejar huella del contenido de su amor, sólo que en la entrega nos deja ver la parte descarnada de cualquier Pedagogía, si quieres que permanezca a tu lado, tienes que hacer lo que yo diga, de lo contrario, desaparezco. Conforme se va leyendo el contenido de la carta, la idea de una estructura perversa se va diluyendo, su fantasía es ser golpeada, violada y humillada por un hombre, pareciera que ahí esta el placer para Erika, un placer difícil de presentar, tal vez, por eso lo hace por escrito, citemos a Néstor Braunstein cuando habla de las diferencias entre el neurótico y el perverso: “ En la neurosis el goce aparece como escenificación fantasmática de difícil confesión. “ (1) Erika se siente un tanto apenada al hacer saber su deseo, recordemos los cortes que hace en su piel después de haber visitado las salas de cine porno, como una especie de ritual de purificación al lavar la sangre, pero mancillando su cuerpo. Citemos nuevamente a Braunstein: “ Las excursiones del neurótico por el campo de la perversión no son infrecuentes pero se caracterizan por dejar la impresión de que apuntan más al remordimiento ulterior que al goce presente. “ (2) A lo largo de la película el elemento que permanece es la insatisfacción. En ningún momento aparece alguna risa, o algo placentero, las escenas sexuales no alcanzan un nivel erótico, se vuelven desagradables, ¿ Por qué?, ¿Cuál es el extraño placer de Erika? . Freud aborda el tema del que estamos hablando a través de su texto: “ El problema económico del masoquismo” Freud nos deja ver que el asunto del masoquismo no es algo simple, no se reduce a lo que ahora comúnmente se hace, decir que el masoquismo es el placer por sentir dolor. Vale la pena por su puesto la revisión completa del texto, por cuestiones de espacio vamos a una parte específica del artículo, aquella donde Freud dice: “ En el ser vivo(pluricelular), la libido se enfrenta con la pulsión de destrucción o de muerte; esta, que impera dentro de él, querría desagregarlo y llevar a cada uno de los organismos elementales a la condición de la estabilidad inorgánica (aunque tal estabilidad sólo pueda ser relativa). La tarea de la libido es volver inocua esta pulsión destructora; la desempeña desviándola en buena parte y muy pronto con la ayuda de un sistema de órgano particular,la musculatura hacia fuera, dirigiéndola hacia los objetos del mundo exterior. Recibe entonces el nombre de pulsión de destrucción, pulsión de apoderamiento, voluntad de poder. Un sector de esta pulsión es puesto directamente al servicio de la función sexual, donde tiene a su cargo una importante operación. Es el sadismo propiamente dicho. Otro sector no obedece a este traslado hacia fuera, permanece en el interior del organismo y allí es ligado libidinosamente con ayuda de la coexcitación sexual antes mencionada; en ese sector tenemos que discernir el masoquismo erógeno, originario. “(3) Difícil discernir que lugar ocupa Erika frente a lo explicado por Freud, porque no esta en el diván asociando, pero la película si nos permite pensar las diferencias entre la perversión y el masoquismo, éste último ligado a una neurosis obsesiva que pudiéramos entrever cuando Erika intenta construir un momento placentero y no puede, vomita. Con lo cual es rechazada, intenta ser tierna y se lava, se limpia, y dice “ Ahora ya estoy limpia, por dentro y por fuera, como bebé “ Pareciera que la habita una culpa que la ensucia a cada momento y que no le permite disfrutar, que por esa culpa debe pagar un castigo, tal vez, la culpa por sentir lo que Freud nombra como deseo inconsciente pero que en la película no aparece como inconsciente, la escena de amor frustrado con la madre. Pero la culpa es sólo un rasgo de la neurosis obsesiva, cerremos estas reflexiones con una cita de Lacan respecto al fantasma en la estructura obsesiva. “ El fantasma del obsesivo es entonces algo que tiene una relación con el goce de lo que es incluso observable que puede devenir una de las condiciones, pero de lo que Freud nos demuestra que la estructura tiene valor de eso que designa como siendo su valor de índice, puesto que lo que ese fantasma puntúa no es otra cosa que un rasgo de la historia del sujeto, algo que se inscribe en su diacronía. Es a saber que el sujeto en un pasado en consecuencia olvidado, ha visto, nos dice Freud, un rival que sea del mismo sexo o de otro poco importa ---sufrir la sevicia--- del ser amado, en la ocasión del padre, y ha encontrado en esta situación original su felicidad. “ (4) Finalmente, la última escena nos perfila directamente sobre lo que Freud explica en el problema económico del masoquismo, el cuchillo por medio del cual Erika conduce su agresión no es posible dirigirlo hacia fuera, y se dirige hacia el cuerpo propio.

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