La terapia comportamental dialéctica (DBT)

INTRODUCCIÓN

En este ensayo, se revisan algunos de los planteamientos centrales de la Terapia Comportamental Dialéctica (DBT) para el abordaje del trastorno límite de la personalidad (TLP). En particular, nos enfocamos en examinar la importancia de las habilidades de mindfulness en DBT, y para ello, nos planteamos la siguiente pregunta guía: ¿De qué forma el desarrollo de habilidades de mindfulness en       DBT contribuye con los objetivos terapéuticos en el tratamiento de pacientes con TLP?

El tema escogido nos parece relevante porque el trastorno límite de la personalidad se incluye dentro de los trastornos severos de la personalidad (Florenzano, Carvajal, & Weil, 1999), y por ende, la Terapia Comportamental Dialéctica abre nuevas posibilidades de abordaje que resultan significativas para los pacientes y sus familias. Asimismo, creemos que el trabajo con mindfulness permite que los pacientes desarrollen habilidades y recursos adicionales para la vida.

DESARROLLO

La terapia comportamental dialéctica (DBT) fue desarrollada por Marsha Linehan en la década de los noventa, específicamente para abordar el trastorno límite de personalidad (TLP), y en especial, su sintomatología de tipo impulsiva, inestabilidad emocional y conductas de riesgo (De la Vega & Sánchez, 2013). DBT es considerada una terapia de tercera generación, que haciendo énfasis en el contexto y la función, incorporan a los planteamientos clásicos de psicoterapia elementos como la atención plena, los valores o la aceptación (De la Vega & Sánchez, 2013). En palabras de su propia autora, DBT se diferencia de las terapias cognitivas-conductuales clásicas, en que busca un equilibrio entre la aceptación y el cambio (Pérez & Botella, 2006).

El tratamiento original de DBT propuesto por Linehan y su equipo de la Universidad de Washington (EEUU) consiste en un paquete compuesto por psicoterapia individual, entrenamiento de habilidades, atención telefónica en caso de crisis, y supervisión clínica (De la Vega & Sánchez, 2013).

Uno de los aspectos innovadores de DBT, es la inclusión de habilidades basadas en mindfulness para el abordaje terapéutico del TLP (Linehan, 2014). Dichas habilidades, corresponden a una reformulación de la meditación mindfulness en términos de comportamientos específicos a entrenar. Al respecto, Linehan explica que la mayoría de los pacientes con trastornos límite de personalidad tienen serias dificultades para realizar prácticas de meditación sentada, y por este motivo, fue necesario traducir o adaptar dichas prácticas, a formas de conductas más fácilmente entrenables (Linehan, 2014).

A continuación, examinaremos las habilidades de mindfulness desarrolladas por Marsha Linehan, su relación con la autorregulación emocional como objetivo de la terapia dialéctica comportamental, y su importancia para el entrenamiento de los terapeutas en este enfoque.

Habilidades de Mindfulness en DBT

Mindfulness “significa prestar atención de una manera especial: intencionadamente, en el momento presente y sin juzgar”, lo cual favorece el desarrollo de ciertas habilidades que contribuyen a tratar el TLP (Jon Kabat-Zinn, 1994, citado en Simón, 2010)

Las habilidades de mindfulness en DBT son una traducción psicológica y comportamental de las prácticas meditativas orientales, y resultan fundamentales para el desarrollo de esta terapia. Las habilidades de mindfulness son enseñadas tanto a los pacientes como a los terapeutas en entrenamiento, y están en primer lugar de importancia (Linehan, 2014).

En DBT se distinguen 6 habilidades centrales de mindfulness, clasificadas en 2 grupos: las “habilidades qué” (what skills), que son: observar, describir y participar; y las “habilidades cómo” (how skills), que son: el no enjuiciamiento, atender un foco, y hacer lo que funciona. Estas habilidades en su conjunto buscan que los pacientes puedan desarrollar un estilo de vida con un funcionamiento consciente, pues la falta de conciencia es una característica típica del comportamiento impulsivo (Linehan, 2014).

De forma resumida, el observar, se refiere a la capacidad de atender a la experiencia sin interrumpirla cuando resulta desagradable ni prolongarla cuando es placentera; es estar con conciencia en el flujo de experiencia momento a momento. Describir implica el uso de lenguaje y con ello la capacidad de comunicar y tener un autocontrol de la experiencia. Participar se refiere a la capacidad de involucrarse activamente en las actividades que están acontecimiento en el momento presente. Por su parte, las “habilidades cómo”, se refieren al modo en que el observar, describir y participar, se realizan: sin enjuiciar, atendiendo un foco a la vez (no multitasking), y haciendo lo que funciona en la práctica en vez de enfocarse en ideales, juicios o normas rígidas que dificultan la flexibilidad de la acción y la experiencia (Linehan, 2014).

Habilidades de Mindfulness y La Persona del Terapeuta

Dentro de DBT se considera relevante que el terapeuta realice prácticas meditativas y desarrolle las habilidades base de mindfulness. Como se señaló previamente, Linehan (2014) plantea explícitamente que las habilidades de mindfulness sean enseñadas a los terapeutas en entrenamiento como algo que está en primer lugar de importancia.

La meditación es una práctica que remite a la experiencia y que el terapeuta requiere cultivar, ya que es a través de su propia experiencia que puede guiar al paciente, para ayudarle a desarrollar estas nuevas habilidades. Por lo demás, DBT al realizar una traducción psicológica comportamental de la filosofía oriental que es propia de estas prácticas meditativas, se toma necesariamente de su filosofía, por lo que el terapeuta  y el espacio terapéutico se convierten en un medio de transmisión y de interiorización paulatina de esta filosofía práctica, la cual a su vez se traduce concretamente en el desarrollo de nuevas habilidades para la autorregulación emocional.

Habilidades de Mindfulness y Autorregulación Emocional

La dificultad para regular las emociones, se considera la disfunción principal del TLP, de la cual deriva la sintomatología característica de este cuadro: confusión acerca del yo, impulsividad, caos interpersonal e inestabilidad emocional. El objetivo central es ayudar a los pacientes a lidiar con las emociones intensas cuando surgen para que puedan desplegar conductas más adaptativas y funcionales en dichas circunstancias (Lynch, Chapman, Rosenthal, Kuo y Linehan, 2006, citado en De la Vega & Sánchez, 2013).

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