Lectura Estructural Ampliada

LECTURA ESTRCTURAL AMPLIADA.
LA LECTURA ESTRUCTURAL.
Los antecedentes del concepto de LE se remontan a los años de 1980, cuando se diseña y evalúan los resultados del taller extra-curricular, “Curso para Mejorar la Actividad Escolar” (CMAE), (Márquez, 1980). En aquel momento, es muy evidente que estudiantes, de cualquier carrera de la Unidad Iztapalapa, de los tres primeros trimestres, con muy buena motivación y voluntad de logro, muestran diversas limitaciones: en lectura del texto y escaso razonamiento verbal, restringida comunicación oral y escrita; baja auto-estima, acentuada timidez y coartadas relaciones inter-personales, aunado, a elevados niveles de estrés; anomalías que terminan por obstaculizar el aprendizaje y debilitan la motivación. 
Uno de los productos de esta primigenia investigación es el concepto de Lectura estructural (LE) que integra: lectura del texto, del contexto en que se realiza la lectura, lectura de sí mismo(a) y lectura del(a) otra(o) con quienes establece una relación interpersonal. Preguntas iniciales, pueden ser, entre otras muchas: ¿existe alguna relación entre el contenido de estos cuatro tipos de lectura?, ¿cómo puedo descubrir la relación entre estas cuatro lecturas? A continuación se aportan diversas ideas para llevar a cabo la LE. 
1.- Para la lectura del texto, preguntas que pueden ayudar a comprenderlo mejor son: ¿Para qué me sirve esta información?; ¿con qué materias puedo relacionar esta información? ¿Este texto: me ayuda a comprender mejor a mi persona, a mis circunstancias, a otras materias de estudio, a mi práctica profesional, al mundo?, etc. 
2.- Para la lectura del contexto será conveniente tomar en cuenta que contextualizar es vincular entre sí: personas, cosas, palabras o mensajes, circunstancias o ambientes o acontecimientos, lugares o espacios y tiempos en que se efectúa una determinada lectura o comunicación. El propósito es el de formar una visión integral del tema y establecer criterios que orienten una mejor comprensión del texto al vincularlo con su entorno. Por ejemplo: este libro se escribió en Estados Unidos, ¿puedo aplicar sus conceptos en México y en cualquier circunstancia? o ¿debo estudiar las condiciones de México para decidir si lo puedo aplicar o no? o ¿puedo emplear la información después de adecuarla a las circunstancias mexicanas?, ¿me afectan o no me afectan los acontecimientos que ocurren en mi entorno mediato o inmediato?, etc. 
3.- Para la lectura del sí mismo o misma, es valioso que en esta faceta de la LE se realice un análisis FODA (analizar fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas) relacionadas con la propia persona, con lo que se lee o se comunica, o con las circunstancias personales en que se vive la experiencia. Lo importante en esta perspectiva de la LE es la primera persona del singular: YO. Otro aspecto interesante de esta lectura es percibir cómo se experimenta en el cuerpo el tema que se está “leyendo”. ¿Duele la cabeza?, ¿hay taquicardia? ¿Se siente a gusto, relajado, tranquilo?, ¿hay ansiedad?, ¿miedo?, ¿ira?, etc.; ¿en qué parte del cuerpo se sienten estos sentimientos? Todo vinculado al análisis FODA. 
4.- Para la lectura de la relación con el otro o la otra, preguntas interesantes podrían ser: ¿me someto acríticamente a lo que me comunica el texto o cualquier persona que considere de autoridad? o ¿procuro aportar mis ideas para enriquecer la conversación? o ¿puedo negarme a aceptar las ideas que no me parezcan adecuadas?, etc. 
5.- Por último, se realiza la integración de la información proveniente de las cuatro lecturas. La integración sirve para ver desde distintas facetas un específico tema o situación de manera lo más informada posible (a partir de un buen y acreditado texto o noticia de radio, o de TV, o etc.). ¿Qué relación guarda lo que ocurre en mi entorno con el texto? ¿Cómo puedo interpreta lo que ocurre en mi entorno, relacionándolo con el texto? Además, se toma en cuenta cuál es el potencial personal para enfrentar la acordada problemática que se analiza (análisis FODA). De igual manera, se considera si se cuenta o no con un adecuado equipo (familiar, social, escolar, laboral, profesional, etc.) para llevar a cabo o no, las acciones pertinentes con altas probabilidades de éxito. 
Con el transcurso del tiempo, se traslada el concepto de LE a las clases impartidas en la licenciatura de Administración, concepto que es usado como un recurso didáctico para mejorar el circunscrito razonamiento verbal, de hombres y mujeres, en proceso de formación como administradores. Tras sucesivas y sistemáticas observaciones sobre la habilidad lectora de los escolares de la licenciatura de Administración, paulatinamente, se llega a la conclusión de que se necesita un método que facilite que las y los futuros administradores aprendan a realizar una mejor lectura de sus textos. Simultáneamente, se van descubriendo y estableciendo algunos vínculos conceptuales entre la LE y el pensamiento sistémico-estratégico que, como se mencionó arriba, es una de las habilidades requeridas por el vigente Plan de Estudio. Como consecuencia de este proceso se agregan dos nuevas facetas a la LE: Conclusión y Plan de Acción.
6.- La conclusión permite delimitar y precisar una idea para clarificar un asunto o problema: se realiza una síntesis breve y precisa de las ideas o datos más importantes, mostrando los puntos fundamentales sobre los que se llegó al acuerdo, ya sea de manera individual o en grupo. Para simplificar mucho este trabajo intelectual se pueden realizar mapas conceptuales o mapas mentales, que ayudarán a ampliar la visión sobre una determinada temática.
7.- Plan de Acción: Los 6 primeros puntos de la LE, conciernen a un trabajo eminentemente intelectual. Este último paso requiere, como su mismo nombre lo indica, realizar determinadas acciones en espacio y tiempo determinados. Este es el punto en que las ideas y la conclusión se traducen en hechos, en comportamientos específicos para materializar la conclusión a la que se arribó con la LE. 

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