Los aspectos positivos y negativos del matrimonio

En estas líneas hare una especie de critica a la lectura tomando en cuenta los aspectos positivos y negativos del matrimonio de la lectura propuesta por la cátedra de psicología de la familia.

Cuando el autor plantea que el matrimonio es una realidad social, en donde intervienen hombre y mujer y tienden a formar una sociedad, en parte coincide con la lo socialmente aceptado (matrimonio heterosexual) en Latinoamérica y en algunos países del mundo, pero también no debemos olvidar que el matrimonio igualitario es un derecho conquistado por la comunidad Lgtbi, en algunos países de Latinoamérica como Argentina,, Brasil, Uruguay, Colombia, México y hasta el país Europeo de España en el cual se contextualiza la mayoría de datos expresados en la lectura, entre otros.. Que también tienen la posibilidad de formar una familia centrada  en el amor, donde las técnicas de procreación son más diversas, donde también forman parte de una comunidad, porque al fin y al cabo todos y todas somos parte de la sociedad diversa, donde la heteronormatividad está siendo repensada, resignificada, y está dando paso a formas más flexibles, diversas, inclusivas, y tolerantes de vivir las relaciones afectivas- sexuales, que tienen como opción también al matrimonio.

En cuanto  a la evolución de la nupcialidad se visualiza una estrecha relación en cuanto al número de matrimonios con la natalidad, esta relación a mi entender nace paradogicamente de la idea de la relación sexual solo como forma de reproducción estrechamente vinculada mandatos religiosos, y no como un hecho placentero también inherente a la naturaleza humana, donde lo positivo de la cuestión a nivel de salud sexual y también reproductiva es el conocimiento de los anticonceptivos o métodos preventivos desde una perspectiva que deja de lado la concepción  para dar paso a relaciones sexuales saludables.

En referencia a la concepción del matrimonio, a través del tiempo hay una marcada línea en los que son los roles de género dentro de la institución del matrimonial, también como una especie de decisión que generaba cierto status quo dentro de la sociedad, en donde en algunas sociedades ni siquiera lo ni el hombre ni la mujer, ( en ese entonces la única opción), podía decidir con quién iban a casarse sino que esa era tarea y elección de sus padres.

Luego de la segunda guerra mundial, con el llamado matrimonio burgues como aspecto positivo, es la desaparición progresiva de la desigualdad, para compartir derechos y deberes, pero no por una cuestión de igualdad de oportunidades y división equitativa de las tareas, sino por una realidad o crisis económica meramente. El amor romántico, como todas las construcciones creadas social y culturalmente, está atravesada por una ideología hegemónica. Las principales características de la ideología romántica burguesa son las de un sistema  basada en la pareja monogámica, heterosexual, regulado, entre adultos, orientado a la procreación y bendecido por la Iglesia y el Estado.   Otra característica de la ideología amorosa occidental es la libertad de elección de pareja.

Prevalece el amor por sobre la obligación del matrimonio, y se coloca a los hijos/as en el centro de la unión familiar, y  corrobora el amor entre cónyuges.

Un aspecto positivo en cuanto a a la decisión de contraer matrimonio, también lo es el divorcio, la decisión de poner fin a la unión conyugal, por diversas cuestiones entre ellas, falta de amor, la infidelidad, adicciones y uno de los puntos más importantes, de lo que antes no se hablaba, de lo que era callado, aceptado y tolerado, es la violencia de genero.

A mi entender no es una cuestión de “jóvenes” el hecho de la convivencia sin una unión conyugal, creo que se generalizo para todas las edades, y la consolidación de las relaciones van más allá de hecho matrimonial y eso se evidencia en la realidad y se materializa en las distintas formas y concepciones relaciones y de familia. Al igual que la decisión de formar un concubinato, y con dos años del mismo adquieres los mismos derechos y obligaciones que una unión matrimonial, en el caso de que algunas de las pautas establecidas por las parejas se a quebrante o el mismo sentimiento también tienen la opción de separarse sin tanta burocracia.

En ambos casos hay compromisos asumidos, derechos y obligaciones, pautas, reglas, etc que no hacen ni a uno ni a otro en una estabilidad más precaria.

Denota una cuestión idealizarte de  los aspectos más buscados de la o el futuro cónyuge  que también es un rasgo común la dimensión adictiva del amor en una época como la posmodernidad que ya es de por sí caprichosa, neurótica y obsesiva. Marcando lo que es el egoísmo dúo como la forma de relación basada en la dependencia, la búsqueda de seguridad, necesidad del otro, la renuncia a la interdependencia personal, la ausencia de libertad, celos, rutina, adscripción irreflexiva a las convenciones sociales, el enclaustramiento mutuo, etc.

Normalmente tendemos a pensar que las normas amorosas, morales y sexuales occidentales son las normales, las que siguen los dictados de la naturaleza; la Ciencia se ha encargado de legitimar esta visión, hasta llegar incluso a afirmar que el mito de la monogamia y la fidelidad sexual es una realidad biológica y universal, negando su carácter cultural.

La necesidad de parejas heterosexuales que formen familias normales posee una explicación económica muy obvia. El sistema social y político necesita de una estructura básica que está basada en el trabajo en pareja para sacar adelante a nuevos trabajadores y trabajadoras que produzcan y consuman. Esta pareja estable ha de educa a sus hijo/as para que sean capaces de adaptarse a una realidad que han heredado sin que protesten. Para ello es necesario que asuman como algo normal y natural los salarios y los horarios de trabajo, y el funcionamiento socio-político, legal y económico de la realidad.

En la familia los nuevos seres humanos aprenden, horarios y una disciplina que les haga sentir como natural el hecho de tener que trabajar toda su vida en condiciones dignas. La Familia es la principal instancia de educación e internalización de las normas y costumbres sociales, pero el estado apoya su labor con colegios y centros de formación públicos. El poder simbólico (materialismo simbólico explica claramente esto) aporta su grano de arena mediante narraciones que ofrecen modelos de comportamiento y formas hegemónicas de sentir y actuar.

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